El mundo legislativo de los mil bloques

Por Javier Garbulsky y Hernán Sánchez

Mucha muñeca deberán tener las autoridades de cámara y los conductores de los bloques en la nueva Legislatura. La implosión de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza lleva a que tanto Diputados como el Senado sean un festival de bloques, que para muchos puede significar una ventaja para el oficialismo pero que, en rigor, es un problema a la hora de recuperar dinamismo y entregarle al Gobernador las leyes que demandará en su segundo mandato. 

En la Cámara Alta, además de la unidad de la bancada oficialista y de la concreción de algunos reemplazos, ya se confirmó la división entre el PRO y la UCR, que en su bloque también contiene al monzoísmo y al GEN; y falta la definición de Joaquín de la Torre, que armaría un unibloque desde su acercamiento a los libertarios. Los cinco que entraron por La Libertad Avanza se separaron en tres espacios, aunque todavía no confirmaron nombre y la senadora referenciada en Carolina Píparo mantiene charlas para ver si queda sola o se suma a una de las otras dos bancadas liberales. En Diputados, los oficialistas todavía deben confirmar quién va a ejercer la presidencia del bloque, que por ahora estaría en manos de Avelino Zurro. 

Por el lado de Juntos, la división fue en cuatro espacios, aunque uno (el de los radicales cercanos a Facundo Manes) quedó afuera por el momento del interbloque (figura retórica en la Legislatura) bajo el cual prometen trabajar en coordinación el PRO, la Coalición Cívica y la UCR orgánica, que también incorporó al monzoísmo y al sector de Evolución Radical. Los libertarios se partieron en cuatro y el bloque mayoritario, con lazos con el massismo, sería una llave del oficialismo para estar a un diputado del quorum. 

La atomización abre un complejo panorama para el funcionamiento de las cámaras y requerirá de muchos acuerdos; y las charlas para sumar músculo a cada uno de los bloques robándoles a otros son constantes.