Jenna Ortega reveló lo difícil que fue interpretar a Merlina: "Lloraba histéricamente"

"Merlina" es un éxito en Netflix y batió todo tipo de récords. El trabajo de Jenna Ortega, la protagonista, fue felicitado en todo el mundo no sólo por los fanáticos, sino también por los críticos. Sin embargo, no todo fue tan fácil como parece.

En una reciente entrevista, la actriz de 20 años contó que tuvo que someterse a un exigente desafío para cumplir el papel. "Me presentaba dos horas antes en el set, trabajaba entre 12 y 14 horas por día, volvía a casa, me metía a un Zoom y tenía una clase de algo, llegaba a mi departamento y mi profesor de violonchelo ya me estaba esperando", explicó. "Era un ir y venir constante, y si podía un fin de semana porque no grabábamos el sábado, era: ‘Muy bien, entonces, te vamos a dar las clases ese día'", agregó, sobre lo difícil que fue ponerse en la piel de la menor de los Addams.

La intérprete también reveló que tomó clases de esgrima y violonchelo antes del inicio del rodaje y que continuó perfeccionándose durante los ocho meses de grabación. "No dormía nada, me quería arrancar los pelos. Son muchísimas las videollamadas que tuvo que contestar mi padre en donde yo lloraba histéricamente del otro lado", confesó.

Asimismo, admitió que uno de los desafíos más difíciles fue el de tocar el violonchelo lo más perfecto posible. "Al principio ni siquiera sabía dónde se suponía que tenían que ir mis manos", aseguró.

Si bien la estrella planeaba estar al frente de las escenas de riesgo, esto no pudo cumplirse porque el tiempo comenzó a quedarles corto. "Empezamos a quedarnos sin tiempo porque Merlina aparece en casi todas las escenas. Tuvieron que empezar a utilizar dobles de acción y ocasionalmente dobles de chelo, pero yo me empeñé en estar lo mejor preparada posible para que pudieran utilizarme a mí todo lo que se pudiese porque siempre es más creíble una escena cuando podés verle la cara al actor", señaló.