Con la reelección bajo el brazo, Axel Kicillof ahora va por otro de sus objetivos para que Unión por la Patria (UP) se lleve la victoria en la disputa presidencial. A días de las elecciones, trazó una hoja de ruta para copar los principales territorios de la provincia de Buenos Aires. El Conurbano, batalla que definirá la suerte del oficialismo, tendrá especial énfasis. Los intendentes peronistas entran en juego y mantienen reuniones con el Gobernador.
La centralidad de la segunda vuelta del 19 de noviembre se lleva toda la agenda pública del Gobierno bonaerense y hace que Unión por la Patria -al menos momentáneamente- deje en pausa las rencillas internas entre sus diferentes sectores. Del mismo modo, la reorganización del gabinete también pasó a un segundo plano y hasta el debate por el Presupuesto 2024 queda relegado.
Kicillof ya se declaró en estado de “campaña permanente” y ordena a la toda la tropa a no dormirse en los laurales porque entiende que gran parte de la sustentabilidad de su gestión depende de lo que pueda suceder en la batalla por el sillón de Rivadavia. Por eso, llevar a Sergio Massa a la victoria es la meta que por ahora le quita el sueño.
La hoja de ruta diseñada, además de contemplar el desembarco en zonas claves del interior, tiene un capítulo especial para el Conurbano. De hecho, esta semana inició una ronda de reuniones con los intendentes de la Primera Sección y continuará este martes con los de la Tercera. Luego, será el turno de los caciques del territorio profundo bonaerense.
Desde Calle 6 señalaron a La Tecla que en el encuentro fue para abordar detalles de la campaña electoral y no perder ni un milímetro en la pelea voto a voto que se libra. Además, el mandatario provincial les planteó a los jefes comunales que “hicieran el máximo esfuerzo hasta el 19”. Del mismo participaron Verónica Magario, Andrés "Cuervo Larroque, Carlos Bianco, Cristina Alvarez Rodríguez, Pablo López y Agustina Vila. Funcionarios que poseen sintonía fina con el Gobernador.
El mensaje fue claro para los coroneles del peronismo en una franja caliente del Gran Buenos Aires y en la que, según fuentes del oficialismo, algunos creen que hay una ventana para nada despreciable en la que se puede entrar para crecer en cantidad de votos. El escrutinio indicó que Massa juntó poco más de 1.500.000 sufragios y ahora la meta es superar ese techo. También el peronismo recuperó el distrito de Suipacha que estaba en manos del radicalismo.
Mientras tanto, en la Terca Sección el candidato a presidente de UP cosechó más de 1.700.000 y ahora se analizará cómo salir a buscar nuevas voluntades de cara al round final. La performance rindió frutos para el oficialismo porque le arrebataron dos municipios a Juntos por el Cambio: Lanús y Brandsen.
De los más de 4.300.000 votos que sacó Massa en la provincia de Buenos Aires, unos 3.200.000 fueron aportados por ambas secciones electores. En ese sentido, desde peronismo bonaerense habían adelantado a este medio que la intención era crecer al menos un millón más de votos. Ahora, con un escenario parejo, ese número quizás pueda quedar corto, por eso Kicillof no se cansa de reiterar que "la campaña electoral, la gesta que se hizo en esta Provincia, se termina cuando Sergio Massa esté en la Presidencia".
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