Durísimas acusaciones lanzaron desde el Sindicato Único de Profesionales Trabajadores y Técnicos del IOMA (SUPTTIOMA) durante un encuentro con legisladores bonaerenses de la UCR.
Su titular, Raúl Idelmar Seillant, fue quien tomó la palabra para aludir a la corrupción que vienen denunciando desde hace un tiempo, las cuales derivaron en la causa por la presunta estafa por medio del Plan Meppes. Seillan indicó que hay complicidad de una amplia red de farmacias y droguerías de toda la provincia en un circuito que implicaba un monto superior a los 17.000.000 de pesos mensuales: "Se recetaban medicamentos a pacientes fallecidos”, dijo.
"No falta plata, lo que sobran son ladrones", aseveró Siellant, para, luego describir la otra denuncia que realizaron, la cual giró en torno de la emisión de cheques dobles por un monto estimativo a los 6.000.000 de pesos, la falsificación de internaciones domiciliarias, la creación de planes de prevención que son una “cosmética” utilizada para difundir y agregar valor a una prestación médica común, entre otras.
Las acusaciones que realizan desde SUPTTIOMA apuntan al titular de la obra social, Antonio La Scaleia, quien llamativamente aún se mantiene en el cargo. El caso salió a la luz hace casi un año cuando fueron detenidos, a raíz de la denuncia del sindicato, dirigentes de IOMA, farmacéuticos propietario de laboratorios.
En ese primer momento, en declaraciones a La Tecla Info, Seillant relató que “empezamos a fines de 2010 a recabar información después de actos de asamblea a los que se acercaban afiliados que no tenían respuestas. Habían hecho denuncias concretas, las cuales eran de pacientes oncológicos que habían fallecido y se les seguía prestando tratamiento”.
El gremialista citó el caso de una persona de Dolores, cuyo marido “había fallecido en 2003 y figuraba activamente en 2012 con un tratamiento de casi 70 mil pesos por mes”.
Asimismo, detalló que durante entrevistas que mantuvieron con pacientes en pos de obtener información al respecto se encontraron con que “nos decían que iniciaban un tratamiento y les aparecían drogas que nunca habían utilizado. Eran drogas monoclonales muy caras, que actualmente salen alrededor de 25 mil pesos cada ampolla. De esa manera descubrimos que las personas a las que se estaba defraudando eran pacientes crónicos en tratamientos oncológicos”. |