Retenciones: quiénes fueron los grandes y pocos ganadores de la medida de Milei
El Gobierno eliminó de manera transitoria las retenciones a las exportaciones de granos, con un cupo de USD 7.000 millones. La medida duró apenas 48 horas y dejó un ahorro impositivo de casi USD 1.500 millones concentrado en un puñado de grandes empresas, mientras productores advierten que no hubo mejora real en sus ingresos.
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El Gobierno nacional anunció el lunes una medida de fuerte impacto en el mercado agroexportador: la reducción a 0% de las retenciones para la venta al exterior de granos. El beneficio se aplicaba hasta el 31 de octubre o hasta agotar un cupo de USD 7.000 millones, y regía desde el 23 de septiembre. Sin embargo, el plazo se evaporó en tiempo récord: en apenas dos días, el cupo quedó cubierto.
El incentivo resultaba tentador. En el caso de la soja —el cultivo con mayor carga tributaria, con una alícuota del 26%— la baja de retenciones equivalía a un beneficio similar a una devaluación del 35%. Pero, según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), lejos de mejorar los márgenes de los productores, el esquema terminó siendo aprovechado casi exclusivamente por las cerealeras.
Los datos muestran que seis compañías concentraron el 86,8% del beneficio fiscal, lo que representó unos USD 1.313 millones. Entre ellas, Cargill embolsó USD 328 millones; LDC, USD 222 millones; COFCO y Aceitera General Deheza, cerca de USD 200 millones cada una; Bunge, USD 167 millones; y Molinos Agro, USD 151 millones. En total, diez empresas sumaron más de USD 1.470 millones en ahorros impositivos por la eliminación transitoria de las retenciones.
El informe de CEPA subraya que las ventas al exterior registradas en estas 48 horas no coinciden con las compras de granos efectuadas en el mercado interno en ese mismo período. En muchos casos, las exportadoras inscribieron volúmenes que no tenían en inventario y que incluso corresponden a cosechas futuras. Eso implica que, cuando el mercado se estabilice, los precios internos volverán a reflejar los descuentos por retenciones, trasladando el costo tributario nuevamente a los productores.
En palabras del centro de estudios: “En los hechos, se trata de una ganancia extraordinaria que embolsarán las multinacionales del agro a cambio de un mínimo costo financiero (...). Pan para hoy y hambre para mañana”.
La aceleración en el uso del beneficio no se explica solo por la expectativa de ganancias. Un factor determinante fue un mensaje del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, quien publicó en X: “The Treasury is currently in negotiations with Argentine officials for a $20 billion swap line with the Central Bank. We are working in close coordination with the Argentine government to prevent excessive volatility. In addition, the United States stands ready (...) to end the tax holiday for commodity producers converting foreign exchange”.
El tuit dejó en evidencia que Washington exigía el fin de la rebaja de retenciones como condición para avanzar en la ayuda financiera prometida. El trasfondo estuvo marcado por la presión de los agricultores norteamericanos, que perdieron parte del mercado chino tras la imposición de aranceles por parte de Pekín.
Caleb Raglan, presidente de la American Soybean Association (ASA), se mostró enfático: “La frustración es abrumadora. Los precios de la soja en EE.UU. están cayendo, la cosecha está en marcha, y los agricultores leen titulares no sobre asegurar un acuerdo comercial con China, sino sobre que el gobierno de EE.UU. está otorgando 20 mil millones de dólares en apoyo económico a la Argentina mientras ese país reduce sus impuestos a la exportación de soja para vender 20 cargamentos de soja argentina a China en solo dos días”.
Para CEPA, la decisión de reducir las retenciones fue parte de una estrategia de corto plazo destinada a sumar divisas en un contexto de fragilidad cambiaria. El anticipo de USD 7.000 millones en dos días permitió al Gobierno hacerse de dólares frescos, pero a costa de resignar ingresos fiscales y transferir recursos al sector exportador.
La medida se suma a una serie de instrumentos implementados en los últimos meses para contener la brecha cambiaria y engrosar las reservas. Entre ellos figuran el blanqueo de capitales por más de USD 20.000 millones, los BOPREALES, el dólar blend y acuerdos de financiamiento con organismos internacionales. Sin embargo, el diagnóstico del centro de estudios es claro: el alivio es temporal y no resuelve los problemas estructurales del modelo económico.
La eliminación transitoria de las retenciones mostró su efecto inmediato: liquidez rápida para el Gobierno, beneficios extraordinarios para las exportadoras y un costo fiscal de casi USD 1.500 millones. Para los productores, en cambio, no hubo mejoras significativas, y la política dejó en evidencia la dependencia de la Argentina frente a las condicionalidades externas.
En palabras del propio CEPA, se trató de “un premio nada desdeñable por anticiparle a Milei los USD 7.000 millones que necesita para contener la cotización del dólar de cara a las elecciones, a cambio de pan para hoy y hambre para mañana”.