“De repente un alumno, en medio de la clase, golpea el banco o grita porque perdió una apuesta”, como relatan los especialistas en consumos problemáticos, ya no es simplemente una anécdota sino una muestra de la epidemia que se desató en los jóvenes de la sociedad. El fácil acceso a las paginas de apuestas, el bombardeo publicitario, el dinero virtual y el impacto en la salud de los más chicos es una preocupación compartida por padres, colegios y psicólogos.
A su vez, si bien la ludopatía es una enfermedad que podría clasificarse como “clásica”, esta nueva modalidad en donde un adolescente apuesta desde la comodidad de su hogar, en un sillón o en silencio en un aula, dificulta las señales que permiten identificar en ese joven el juego en calidad de consumo problemático.
Las apuestas deportivas ya no necesitan lugares físicos para llevarse a cabo, solo basta con que un chico tenga un celular y dinero en una billetera virtual para jugárselo. Una actividad con un crecimiento exponencial sin antecedentes que nadie sabe donde va a terminar, pero que en la actualidad se lleva puesta la salud mental de adolescentes y jóvenes adultos que encuentran en esta modalidad una forma de ganar una fortuna fácil. Aún más grave, detallan que pueden verse en los recreos a alumnos prestando plata o a algunos experimentados y mayores, que ofician de tomadores de apuestas.
De acuerdo con la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ludopatía es una enfermedad emocional que afecta aspectos de la vida personal, familiar, laboral, social y económica de quien la padece. En esta misma línea, los expertos señalan que hay otras actitudes en el consumo del adolescente, o joven adulto, que requieren el acercamiento de la familia o la atención de especialistas.
La psicoanalista Mariela Coletti, directora de Entrelazar, un centro de tratamiento e investigación de la adicción al juego, evidencia que las apuestas deportivas online se dispararon en el mundo y que, luego de la pandemia, la Argentina no fue la excepción. Primero se legalizó su operatoria en el país y después se les permitió a las empresas locales que publiciten estas marcas en sus productos, lo que generó un “campo fértil”, con aval del Congreso, para que todo sea “legal y acordado”.
Esto permitió que el “consumo sea masivo y alcance a un nuevo target que no tenía relación directa” con esta nueva modalidad. De este modo, los adolescentes y jóvenes adultos, especialmente los varones, son buscados ya que “conjugan dos pasiones”, el deporte, con toda su adrenalina, y el dinero, con la posibilidad de ganar gran cantidad en una sola oportunidad.
Respecto al “campo fértil”, esta vía libre que tienen las casas de apuestas online para operar, indica que el marco legal que se les dio para arraigarse en la sociedad “es lo que hace falta para combatir” su propagación en los jóvenes. Por lo que encuentra, en este contexto, una expansión “en publicidad” que permite que se normalice y que “estén los pibes en todas las escuelas viendo como les fue en su apuesta”.
“Lo que pasa en publicidad sucede porque no hay decisiones políticas ahí, simplemente prefieren sacar una ley que autorice antes que una ley que regule”, y añade que “no es suficiente poner que apostar es perjudicial para la salud, nadie lo lee, deberían no haber publicidades y limitar la promoción”. Debido a que, fuera del mundo deportivo, la difusión por parte de influencers y periodistas es muy grande para solo restringir la propaganda en el fútbol o los clubes.
El psicólogo Gustavo Irazoqui, especialista en adicciones comportamentales y miembro de Dispositivo Pavlovsky, una institución que acompaña y asiste a personas con consumos problemáticos y a sus familiares, explica que por apostar “no significa que vas a ser adicto, pero si que hay un riesgo de que tengas un juego problemático”. Esta patología se hace presente “cuando por lo menos te trajo un problema en tu vida, ya sea en tu pareja, en tu casa, académico, económico o legal y eso no te alcanzó para frenar”.
Según relata Irazoqui, hay un incremento muy grande en las consultas por parte de padres, chicos y colegios porque ven que las apuestas online invadieron espacios que antes no. “La accesibilidad que tienen para la apuesta es muy alta e incluso un compañero puede apostar por él”, explica.
Al mismo tiempo, advierte que este fenómeno “se va a normalizar y nos vamos a tener que acostumbrar a que las apuestas sean cada vez más accesibles hasta que se naturalice”, y agrega que “ya es normal que un chico te diga aposté aca o aposté allá”.
Irazoqui detalla que una de las formas de prevenir este tipo de consumos es “mantenerse cerca, tanto institucional como familiarmente”, debido a que el método de captación de las empresas de apuestas es muy fuerte en los más jóvenes. Entonces, “si los padres o las instituciones observan que los chicos gritan, se cierran o irritan” deben saber que estas actitudes “pueden ser indicios a tener en cuenta” y quizás “sea el momento indicado de acudir a un especialista”.
Ambos especialistas coinciden en que al momento en que un jugador llega a la consulta está en un “estado generalmente bastante catastrófico”, por lo que es necesario buscar ayuda antes de que sea tarde. Si bien la adicción es “un fenómeno más complejo”, las apuestas como consumo problemático requieren la atención de un especialista previo a que se transformen en un “regulador emocional”, en el instante en que aparece para como “única herramienta” para paliar situaciones adversas de la vida cotidiana.
La Defensoría de la Provincia de Buenos Aires, ofrece un programa de Prevención y Asistencia al Juego Compulsivo con centros de atención gratuita y un equipo profesional interdisciplinario.
El 0800 444 4000 funciona las 24 horas, los 365 días del año y ofrece toda la información necesaria a la persona que se comunica buscando ayuda o una respuesta.
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