La noche del 1º de septiembre de 2022 quedará registrada en la historia como uno de los momentos más tensos que le tocó atravesar al país. La vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en plena batalla judicial saludaba a un grupo de manifestantes en la puerta de su departamento del barrio porteño de Recoleta y fue atacada con un arma de fuego por un joven. La bala no salió y se abrió un nuevo escenario político con el avance de la violencia como principal característica en una sociedad quebrantada.
Fernando André Sabag Montiel fue quien le apuntó a la cabeza a CFK con una pistola de uso civil y gatilló dos veces, pero los disparos no salieron. Además, Brenda Uliarte, novia del atacante, se encontraba en las inmediaciones del lugar. En la actualidad los dos están detenidos. El otro implicado es Nicolás Carrizo, considerado partícipe necesario del ataque.
El día siguiente hubo manifestaciones en las calles en diferentes puntos del país y el epicentro estuvo en Capital Federal. Las mismas fueron para repudiar el hecho y estuvo impulsada principalmente por organizaciones sociales, políticas y sindicales vinculadas al kirchnerismo más otros espacios independientes. Mientras, el presidente Alberto Fernández declaraba asueto y el clima de tensión crecía.
En ese marco, se abría un nuevo período en argentina en la que la grieta se expandió más. Quienes rechazaban enfáticamente el hecho exigían -y todavía lo hacen- que todo el arco político se posicionara en repudio a lo acontecido. Desde varios sectores de la oposición lo hicieron, pero desde algunos rincones prefirieron mantener el silencio y otros esquivaron referirse puntalmente a la figura de la Vicepresidenta.
A su vez, la causa judicial avanza en dirección al juicio oral y público de los presuntos autores materiales mientras que la querella de la expresidenta reclama que se profundicen las medidas de pruebas vinculadas a la detección de posibles conexiones políticas o autorías intelectuales, hasta aquí descartadas por los investigadores.
Hace casi tres semanas, el domingo 13 de agosto, el escenario político volvió a temblar luego de que Javier Milei se convirtiera en el candidato presidencial más votado. Se trata de uno de los dirigentes políticos más cuestionados por sus polémicas posturas discriminatorias sobre determinados sectores de la sociedad y por sus violentas formas de expresarse. Además, el kirchnerismo apunta a Patricia Bullrich -la postulante de Juntos por el Cambio, la alianza que quedó en segundo lugar desplazando al peronismo a la tercera ubicación- y la intenta vincular con el atentado.
Este viernes, organizaciones sociales, sindicales y feministas de Unión por la Patria (UP) se movilizarán en reclamo de "justicia", contra la "impunidad" y para exigir castigo a los responsables, porque "con violencia política no hay democracia".
En las últimas horas, La Cámpora, a través de sus redes sociales, dejó disponible un documental sobre el fallido magnicidio denominado 'La bala que no salió y el fallo que sí saldrá", que remite al título de un editorial publicado por el diario Clarín en septiembre del año pasado, y que se puede ver completo desde la plataforma de Youtube.
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