Con el calendario electoral adelantado en el tiempo, las definiciones se apresuran en el seno de los espacios políticos. Y el radicalismo no escapa a esta realidad.
Dispuestos a cumplir a rajatablas con la premisa de disputar cada cargo, cada espacio, cada candidatura al PRO, los boina blanca de la provincia de Buenos Aires apura el paso en pos de clarificar el rumbo.
En ese marco, días atrás se produjo el lanzamiento (aunque no lo llamen de tal manera) de la precandidatura de Maximiliano Abad para suceder a Axel Kicillof, en un acto que tuvo lugar en Mar del Plata.
Allí, con la presencia de dirigentes y legisladores nacionales, provinciales e intendentes, el titular del Comité Provincia ratificó sus aspiraciones con el acompañamiento de unos 4.000 seguidores.
Entre quienes sostienen su postulación se encuentran dirigentes de talla nacional, como Ernesto Sanz o Facundo Manes, además de referentes provinciales y una veintena de intendentes, encabezados por el el trenquelauquense Miguel Fernández, presidente del Foro de alcaldes del radicalismo.
Sin embargo, entre algunos de los popes bonaerenses se generaron algunas dudas ante lo que consideran “mensajes contradictorios” respecto del futuro del partido, y más aún sobres las políticas de alianzas de Juntos.
“Es preocupante la imagen que estamos dando por ahora”, señaló un jefe comunal del interior provincial, en referencia a los gestos y expresiones, contradictorios y con un amplio abanico de opciones, de algunos hombres fuertes en la UCR.
La referencia estuvo dirigida, por un lado, a la preferencia manifestada por el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quien propuso no descartar un acercamiento hacia el referente liberal Javier Milei.
“Hay que producir un acuerdo programático, que haya muchas ideas que sean aplicables y asegurar de esa manera iniciar un ciclo nuevo en la Provincia”, sostuvo el sanisidrense, recordando que “en la provincia no hay balotaje y se gana o se pierde por un voto”.
En igual sentido se pronunció el diputado nacional Martín Tetaz, quien se asomó tímidamente en la costa atlántica a un intento de instalarse como precandidato a la gobernación provincial.
El platense, vinculado al senador Martín Lousteau -igual que Posse- consideró que “si no acordamos con Milei, vamos a ser tan funcionales al kirchnerismo como es él". Y añadió que “sería muy interesante tener a más figuras que representen sus ideas en Juntos por el Cambio”.
Las inclinaciones de ambos no cayeron bien en el oficialismo radical, encarnado por Abad, aunque no fue el único elemento que los tiene a mal traer. “No estamos dando una imagen de partido coherente. Por un lado tenés a Posse o a Tetaz que quieren ir con Milei, y por otro va Manes a Córdoba y se hace fotos con Schiaretti” (gobernador de Córdoba, enrolado en el peronismo no kirchnerista). Estas cosas no deberían pasar”, confesó uno de los participantes del acto de “Adelante Buenos Aires” en el Once Unidos de La Feliz.
Tras una visita a la provincia mediterránea, con foto incluida, el neurocientífico sostuvo que el mandatario cordobés “es un hombre de gestión y de mucho prestigio, que sería bienvenido a la coalición”, mientras Schiaretti mantuvo silencio y continuó su construcción junto al exgobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el mandamás de San Luis, Adolfo Rodríguez Saa.
Es por eso que rápidamente se activaron los mecanismos políticos para tratar de “ordenar a la tropa”. En concreto, desde el radicalismo bonaerense pedirán una reunión con Facundo Manes, hombre de referencia de Abad, para pasar en limpio la estrategia. Lo mismo podría ocurrir con otros sectores partidarios.
“Es importante que, si vamos a disputar los espacios con el PRO, sepamos desde qué lugar lo hacemos y hacia donde vamos. Porque la sociedad está recibiendo mensajes muy contradictorios”, lanzaron.
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