A pocos días del recambio de gobierno, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, brindó su último discurso como Jefe de Estado, en vísperas de entregarle el bastón presidencial a Javier Milei.
Durante su intervención, el presidente saliente resaltó algunos hitos de su gestión y se lamentó por no poder cumplir con todos los objetivos que se propuso el Frente de Todos durante la campaña del 2019. Sin embargo, le advirtió al nuevo Jefe de Estado que "no es necesario" un ajuste feroz en la economía.
Comenzó su discurso recordando los cuarenta años de democracia y las últimas horas de la Dictadura Cívico Militar: "Hace exactamente cuarenta años transitábamos las últimas horas de la peor dictadura militar de nuestra historia. Lo hacíamos con esperanza hacia el futuro y con el temor de que pudiera volver a repetirse el círculo del autoritarismo. Lo logramos, fuimos capaces".
"La democracia transitó muchos vaivenes hasta poder consolidarse, y acá estamos, cuarenta años después, en las vísperas de un nuevo traspaso de gobierno. Hace cuarenta años parecía imposible que se dé el traspaso de mando entre dos fuerzas políticas distintas, ambas elegidas por el pueblo", añadió el mandatario.
Allí recordó que asumió el 10 de diciembre del 2019 "con una situación calamitosa que el gobierno anterior nos dejó. Con altísimos índices de pobreza e inflación. Con una deuda que nos compromete por varias generaciones".
"Argentina es un país mucho mejor que hace cuatro décadas", continuó Fernández. aseguró que el país "tiene más trabajo, más obra pública, más obras de infraestructura construidas, más viviendas, más industria más universidades, más derechos para las mujeres y disidencias. Más desarrollo en ciencia y tecnología, somos un país inserto en el mundo con autonomía".
"Si algo me reprocho, es en no haber sido capaz de terminar con la grieta que nos separa y nos enfrenta. Para cerrar la grieta no hace falta someter al otro o quien impone su relato. Lo que hace falta es caminar junto al otro y buscar consensos", aseguró el presidente.
En ese sentido, el presidente sostuvo que "la deuda es nuestra principal causa de nuestra crisis social y económica. El acuerdo con el FMI hizo posible postergar pagos que jamás hubiésemos podido enfrentar con la economía recesiva que recibimos".
Allí volvió a cuestionar al gobierno de Mauricio Macri: "Esa deuda nos obligaba a pagar entre 2021 y 2022 la suma de 37.000 millones de dólares. Esa deuda fue tomada irregularmente y denunciada en los tribunales federales".
En ese sentido, enumeró las problemáticas que surgieron durante su gestión. Volvió a mencionar la pandemia, la sequía y la guerra. Pero advirtió: "Cuando enumero esa sucesión de conflictos, busco ponerle relieve a todos los desafíos que debimos afrontar. No es ponerle excusas para eludir nuestros eventuales errores".
En un fragmento de su discurso, enumeró algunos hitos de su gestión: "La actividad económica está 7.5% por encima de lo que recibimos en 2019. El empleo registrado tiene subas durante 37 meses ininterrumpidos". A su vez, enumeró beneficios para mujeres y disidencias , al igual que en materia de educación pública y jubilaciones.
Y allí le advirtió a la gestión de Javier Milei: "El gobierno entrante encontrará en la caja del gobierno nacional más de un billón de pesos. La ciudadanía merece saberlo porque cada peso le pertenece".
En esa misma línea, el presidente saliente comenzó con la autocrítica. "Sabemos que no hemos alcanzado los objetivos que nos propusimos con el aumento de los ingresos. En la lucha contra la inflación y la disminución de la pobreza. Porque las circunstancias no nos acompañaron y también porque debimos hacerlo mejor, o diferente, o porque no encontramos la manera adecuada".
También mencionó el dinero que recibirá la Argentina el próximo año en materia de exportaciones. Y analizó: “Con semejante escenario, no es necesario pensar en un ajuste que detenga la producción y restrinja el empleo y el consumo”.
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