Argentina
Miércoles, 24 abril 2024
NOTA DE TAPA
28 de marzo de 2023

Las diferentes razones que motivan el tiroteo oficialista

El trasfondo de los misiles cruzados entre la Nación y la Provincia. Qué hay detrás de la pelea por el desembarco de las fuerzas federales. Los pedidos de Kicillof. La insistencia de Alberto Fernández para ir a las PASO atrincheran a todo el kirchnerismo

Por Hernán Sánchez

En la dimensión de la enconada interna del Frente de Todos entre el kirchnerismo de paladar negro y el presidente Alberto Fernández, Axel Kicillof mantenía una comprensible neutralidad entre las necesidades de andar bien con la Casa Rosada y la convicción de ser incondicional de Cristina Fernández. Pero esa excepcionalidad se rompió en las últimas semanas. Por cuestiones de gestión, es cierto, aunque ello sea un subterfugio de los motivos reales que mueven a ambos campamentos para llevar al campo visible la guerra política que altera al oficialismo. 

Nunca deben perderse de vista las verdaderas razones que mueven a cada una de las tropas del oficialismo en un año electoral, y que tienen como botín de fondo la candidatura presidencial y el nuevo objetivo del kirchnerismo: retirar a Alberto sin honores. Primero fue el enojo por la idea del jefe de Estado de cortar con la dedocracia abriendo internas, e incluyéndose en la grilla. Ahora, con La Cámpora casi obligada a aceptar la posibilidad de las PASO, la condición de los K es que el señor Fernández no aparezca en ninguna papeleta. Como si fuera poco, el renunciamiento reciente de Mauricio Macri encendió otra mecha: el kirchnerismo quiere que el actual primer mandatario imite a su antecesor, y el Presidente dice que quien debe imitarlo es la vicepresidenta.

En ese combate sin tregua aparecieron los bombardeos entre Provincia y Nación, que no le convienen a nadie y aunque parezcan escindidos de la puja electoral, no lo están tanto. A Kicillof no le cae nada bien que los intendentes que deberán ir colgados de su boleta lo puenteen con pedidos que la Casa Rosada en algunos casos responde con celeridad. Y el albertismo devuelve algunas gentilezas del despecho que han provocado declaraciones (recientes y antiguas) de ministros bonaerenses, como Sergio Berni o Andrés “Cuervo” Larroque. El principal tiroteo fue por el tema del desembarco de gendarmes en el Conurbano, pero no fue el único, y en el Gobierno bonaerense nunca esperaron que, por ejemplo, Kelly Olmos metiera en el barro al Gobernador para zanjar un encono con Wado de Pedro. 

“Nosotros no queremos tener ningún tipo de cruce, ni ningún debate. Tenemos muy claro que nuestros rivales, a los que debemos rebatirles y debatirles, son los de Juntos por el Cambio”, dijo a La Tecla un ministro provincial. “Las internas hacia dentro del frente no nos sirven, no nos convienen, y son muy malas para nosotros”, añadió, antes de preguntarse “¿por qué, de pronto, se les ocurre que es buena idea pegarnos a nosotros? Es algo inentendible, pero que tienen que responder desde Nación”.

Desde Nación niegan terminantemente que haya una bajada de línea para batallar con el Gobierno bonaerense, y hasta recurren a una amarga autocrítica: “Nunca hubo una estrategia comunicacional sobre nada, como no la hay con este tema; son cuestiones personales de los ministros”. En el entorno de Aníbal Fernández afirman que el titular de Seguridad se mostró sorprendido y se enojó porque el Gobernador no lo llamó por teléfono antes de mandarle una carta como si se tratara de un opositor, pero que, de todos modos, “no pensaba contestarle”. Después escaló el conflicto y Aníbal salió con los tapones de punta. En la Provincia explican con cierto detalle por qué se produjo la reacción. “Primero filtraron a ‘La Nación’ la nota que le mandó Kicillof a Aníbal. Después le filtraron a ‘Clarín’ cuántos gendarmes iban a cada distrito, lo que, precisamente, nosotros pedíamos que nos digan. Y después terminan filtrándole, de vuelta a ‘La Nación’ (a través de Carlos Pagni), que lo que quiere Axel es proteger a la policía corrupta en la lucha contra el narcotráfico. No podemos permitir que salgan a decir esa barbaridad de que Axel estaba siendo cómplice de la policía con el narcotráfico. Hay que poner límites”, soltó una de las voces más cercanas al mandatario bonaerense. 

“Debatir mediáticamente con Nación no nos interesa, no nos suma, es una pérdida de tiempo. Los debates deben darse cara a cara, en una mesa de laburo, no mediáticamente”, se quejaron en calle 6. Con miras al proceso electoral, cerca de Kicillof recomiendan “hacer el máximo esfuerzo de parte de todos para después llegar a lograr la mejor lista, para que la gente tenga ganas de votarnos y confíe en que podemos ser nosotros los capaces de seguir transformando esto”.

Así como no toleró ese comentario televisivo sobre la supuesta protección a la mala policía, Kicillof también masticó bronca por el reto público de Máximo Kirchner en Avellaneda, cuando le pidió que suba al Gobierno más militantes. “Otra cosa que no suma nada y no le aporta nada a nadie”, reflexionaron en Gobernación. Aquella frase repercutió incluso en el interior de La Cámpora, porque “Máximo se fue a la banquina”, como dijo uno de los dirigentes de tercera línea de la Orga; y motivó la intervención de Cristina, quien advirtió: “Arreglen sus asuntos pero no muestren las diferencias en público”.

Al único que se lo puede bombardear sin tregua es al Presidente. Casi al mismo momento que Mauricio Macri anunciaba que no será candidato este año, el kirchnerismo comenzó a operar que Alberto Fernández debía tener el mismo gesto. Parece ser la condición sine quanon de los K para no romper la coalición. El jefe de Estado recuperó cierta centralidad, juega también con eso y torea: “¿Quién es el que me pide a mí que me baje, con qué ascendencia lo hace?”. Si no es Cristina, no considera otro como un par al que deba darle esa indulgencia. “No acepta que otros, que valen tan poco o menos que él, quieran correrlo”, comentó un hombre que conoce todo el pensamiento del mandatario, que en ese contexto saca a relucir su carta más fuerte, y la que altera sobremanera al kirchnerismo, sobre todo a Máximo Kirchner: que las PASO diriman los liderazgos. 

“Alberto no está encaprichado con ser, pero encontró un formato para estar en el centro de la cancha y que lo pone en valor en su rol de Presidente. Hay una agenda de inaugurar obras, mostrarse con líderes internacionales, tener un acto todos los días con cuestiones positivas. Eso no lo lleva a la candidatura, pero sí a estar sobre el ring, aunque sea golpeado”, grafican en cercanías del habitante de Olivos. Los problemas económicos parece absorberlos Sergio Massa, y eso ayuda en esta percepción. 

“Lo que Alberto dice y quiere es que el peronismo tenga un candidato surgido de las PASO, que florezcan mil flores, como decía Néstor (Kirchner)”, señalan en la Rosada, donde tratan de reproducir una charla entre el jefe de Estado y su ministro del Interior, De Pedro. El funcionario habría planteado que no se puede hacer una interna contra el Presidente, a lo que Fernández le restó importancia porque no lo considera un problema. “Pero él maneja los recursos”, dicen en La Cámpora. “Ellos manejan las cajas más grandes, como YPF y Anses, y el sesenta por ciento del Presupuesto”, retrucan en el albertismo. 

“Alberto advierte que quien venga, si Cristina no es la candidata, que es la que tiene la mayoría, va a tener los mismos problemas, porque el dedo no alcanza para legitimar la gestión. El dedo te puede hacer candidato y te puede hacer Presidente, como le pasó él, pero no alcanza para legitimar la gestión. Es la principal anomalía de esta familia disfuncional que es el Frente de Todos, entonces hay que legitimar los liderazgos en las PASO”, comentaron a La Tecla en un ministerio de los que responden al Presidente. Y recordaron lo que pasó con las listas de hace dos años. Es esa la verdadera razón de una guerra donde los misiles afloran desde cualquier parte e impactan en campamentos que hasta ahora parecían de bandera blanca. 


Las diferentes razones que motivan el tiroteo oficialista


ORDENAMIENTO INTERNO
La mesa política que reclama Kicillof para discutir cara a cara

“Lo que quiere Axel es que la mesa política del Frente de Todos se consolide, porque hasta ahora hubo un solo encuentro y eso debe ser más periódico”, aseguró el responsable de un ministerio bonaerense a La Tecla. El Gobernador reclama que los capitostes del oficialismo vuelvan a reunirse para discutir puertas adentro, como lo hicieron el 16 de febrero en la sede del PJ nacional. 

“Debemos sentarnos a discutir cara a cara y no mandarnos mensajes por los diarios”, dicen en Provincia, donde afirman que deben juntarse a instancias  del Presidente, en su calidad de jefe de Estado y de titular del Partido Justicialista. “La mesa política se hizo cuando la convocó Alberto, y no es culpa de él si no se vuelve a reunir. Pero ese no es el problema, el problema es que les molesta Alberto, y son artilugios para no discutir el fondo de la cuestión, que es el liderazgo”, retrucan desde la Casa Rosada.

En el entorno presidencial aseveran que no entienden por qué hay tanta insistencia en correr al mandatario cuando “si vos sos candidato te conviene que yo, presidente peronista, mida 12 en vez de 10, porque, en definitiva, te sumo más a vos”.

Aquella reunión de febrero en la emblemática sede de la calle Matheu, en la que no estuvo Cristina, contó con las presencias de Alberto Fernández, Sergio Massa y Máximo Kirchner. Y cada uno sentó a varios laderos. Además fueron cinco gobernadores y un puñado de intendentes. Quizá sean demasiados invitados para llegar a una síntesis que le dé al oficialismo un horizonte más claro. 

Alberto aportó a Santiago Cafiero, Agustín Rossi, Victoria Tolosa Paz, Juan Manuel Olmos, Julio Vitobello y Fernando “Chino” Navarro. Por el kirchnerismo, además de Máximo, dieron el presente Eduardo “Wado” de Pedro, Andrés Larroque, Mayra Mendoza, Adabel Fernández Sagasti, Abel Furlán y Sergio Palazzo. En tanto que Massa llegó acompañado por Malena Galmarini, Cecilia Moreau, Juan Andreotti, Rubén Eslaiman y Diego Giuliano.
Axel Kicillof, Gerardo Zamora, Mariano Arcioni, Jorge Capitanich y Gustavo Bordet fueron los gobernadores, mientras que, además de Mayra Mendoza, en representación de los distritos estuvieron Mario Secco, Fernando Espinoza, Alberto Descalzo, Mariel Fernández y Lucas Ghi.


LA X DEL PRESIDENTE
Por qué Alberto insiste con las PASO y el esquema que propone

Funcionarios de Alberto le piden que se junte con Cristina y definan de una buena vez qué hacer para que el Frente de Todos pueda conservarse y llegar a un entendimiento sobre las reglas electorales con las que va a jugar la alianza gobernante en la búsqueda de no perder la conducción del país. 

Y el Presidente tiene una propuesta, que es, precisamente, la que el kirchnerismo no acepta. La idea de Alberto, más allá de los nombres, es ir a una interna nacional que en la provincia de Buenos aires tenga forma de X; es decir, que en la parte superior haya dos candidatos a Presidente, uno del peronismo y otro del kirchnerismo, con sus respectivas listas de legisladores nacionales; en el centro, un solo candidato a Gobernador que compartan todos, Axel Kicillof; y abajo abrir las listas seccionales y en los distritos.

Aun cuando muchos ven que Sergio Massa pudiera ser un candidato de unidad, en el albertismo consideran que si el ministro de Economía se apresta a esa carrera, también necesitaría de la validación de las PASO. “Si Sergio es el candidato de Cristina, tampoco alcanza para la unidad, necesita ganarle a alguien para ser el candidato de todo el espacio. No importan hoy los nombres, lo que importa es que gane uno u otro, ese sea al final el candidato de todos, porque hoy ningún dedo puede hacer esa síntesis”, resumen en el entorno del primer mandatario. 

“En el 2021, un sector mayoritario se quedó con una lapicera y volteó todo lo demás, hubo 80 listas que se voltearon en la provincia de Buenos aires; eso no puede volver a pasar, porque si no contenemos a todos adentro va a ganar la derecha o va a ser una derrota catastrófica. Alberto quiere que el peronismo gane”, aseveran cerca del Presidente. 


Las diferentes razones que motivan el tiroteo oficialista


DESEMBARDO DE GENDARMES
Una estructura federal que llegó a la Provincia para quedarse 

Los tiroteos entre Kicillof, Sergio Berni y Aníbal Fernández impactaron en el herido cuerpo del Frente de Todos en las últimas semanas. En Provincia piden que se detallen las tareas y la distribución de las fuerzas federales. “Como dijo Axel, si están cumpliendo tareas contra el narcotráfico, que es un delito federal, y están bajo las indicaciones de la Justicia Federal, está perfecto; me decís eso y ya está. Pero si están haciendo tareas de cuidado ciudadano es ilógico que ni los intendentes ni nosotros sepamos cuántos son ni dónde están. En tres años no logramos esas respuestas”, reclaman en calle 6.

Más allá de esto, el desembarco de una nueva tropa de 900 gendarmes (Nación declara que ya hay 4.953 efectivos trabajando) trae consigo la novedad del Comando Unificado Conurbano de las fuerzas federales que actúan en el territorio, de lo que se desprende que no es un programa pasajero sino que llegarán para quedarse y trabajar en paralelo con la Bonaerense.

El Comando Unificado de las Fuerzas Federales nucleará el trabajo de Gendarmería, Policía Federal y Prefectura, que tiene muchos agentes desplegados en los distritos costeros. El comando está conducido políticamente por la secretaria de Seguridad y Política Criminal de la Nación, Mercedes La Gioiosa, y como jefe policial tiene a un oficial de Gendarmería. Cuenta, además, con una mesa en la que la Provincia debe sentar un representante político y uno policial, y también están invitados a participar los municipios.

Explican desde el ministerio conducido por Aníbal Fernández que es la misma modalidad que se implementa en Rosario y que consideran exitosa en su actuación en el conflicto con los mapuches en el lago Mascardi. La Gioiosa ha mantenido en los últimos días encuentros con los in-tendentes para organizar el desembarco, que, según fuentes nacionales, “es inminente”.

Aseveraron desde la cartera nacional que “los intendentes están desesperados, y si llegamos a levantar el proyecto por esta pelea política, nos matan; así que no hay dudas de que se va a avanzar”.


LOS CANDIDATOS
¿Otra vez Kicillof en la grilla nacional?

El Gobernador bonaerense se aferra con todo a la reelección y prefiere que lo descarten de cualquier aventura presidencial. Sin embargo, como un búmeran recurrente, en los últimos días volvió a sonar con fuerza la posibilidad de que sea ungido por Cristina Fernández como su candidato para suceder a Alberto Fernández. En la Gobernación prefieren no escuchar ni hablar sobre esa chance, aunque nadie deja de reconocer a la vicepresidenta como la jefa.

Más allá de si Alberto se baja o no de su sueño reeleccionista, el kirchnerismo duro parece haber cedido en su reticencia a ir a las PASO, y eso abre varios caminos en la interna del oficialismo. 

Si Alberto no va, por honor a su insistencia, deberá poner a su candidato. Puede ser Daniel Scioli. Mientras que por el kirchnerismo ya patea el terreno electoral el ministro del Interior, Eduardo de Pedro. Sin embargo, los sondeos de las próximas semanas serán claves. Cristina no pondrá a merced de una posible derrota a su estructura electoral; es decir, pondrá en la cancha al candidato que, al menos, le asegure el triunfo dentro de la interna peronista. Kicillof sigue siendo el dirigente que mejor fideliza los votos de la expresidenta.


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COALICION EN CRISIS
El riesgo de una ruptura que algunos ven inminente y otros descartan 

Dirigentes que han hablado con Máximo Kirchner en los últimos días se quedaron con la sensación de una inminente ruptura del FdT. Pero ese panorama apocalíptico contrasta con otras visiones, como, por ejemplo, la de Wado de Pedro, quien recomienda una ampliación del frente hacia otros sectores, y hasta de lo que promueve la misma vicepresidenta. 

“Cristina, en Río Negro fue muy clara con la imperiosa necesidad de la unidad”, dijo a este medio una persona muy allegada a Axel Kicillof. Y recomendó “tener mucha paciencia para no acelerar los tiempos y que las cosas sucedan cuando deban suceder. Estamos todos demasiado ansiosos, y esas ansiedades son muy malas para nuestro espacio. No hay necesidad de que haya una definición ya”.

Un dirigente que camina los pasillos del poder nacional expresó: “Máximo no quiere ir en ningún espacio donde esté Alberto; es la primera consigna, después se verá quién es el candidato y cómo se elige; si no es Cristina puede ser Wado, Scioli, Coqui (Capitanich), pero Alberto ya está”. 

Es claro que el kirchnerismo no quiere compartir más ninguna boleta con el jefe de Estado y que la chance de dejarlo solo está muy latente. Otros ponen paños fríos y anticipan: “Romper sería instalar un escenario como el de 2003, pero en aquella oportunidad sabíamos que, sí o sí, el Presidente iba a ser peronista, ahora es prácticamente al revés, las chances no son muchas”.

Por su parte, un sagaz vocero del gabinete nacional analizó: “Si nos dividimos puede ser una catástrofe. Además, Cristina tiene otro problema: supongamos que sea electa senadora por la Provincia, pero si perdemos feo y perdemos el control del Senado le pueden quitar los fueros”. Además dijo que “dividirse puede poner en riesgo la continuidad de Kicillof en la Gobernación, y ese es el punto fundamental por el que la ruptura es difícil. Ya la tiene peluda el Gobernador si tiene que ir con un candidato presidencial que no alcance las expectativas”. 

En el entorno de Alberto, en tanto, suman la advertencia que le hizo al oficialismo el presidente de Brasil, Lula Da Silva, cuando dijo que “lo que está enfrente es la derecha fascista” y puso como ejemplo su alianza con un hombre de derecha moderada para ganarle a Bolsonaro. “Lo que dice Lula es que hay que abroquelarse porque no es una elección que se pierde, sino un cambio de época; y ahí Cristina tiene razón cuando hace referencia a la Justicia y a la sentencia dictada en las redacciones”, se sinceró el hombre del equipo presidencial.



 

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