16 de marzo de 2011
VICENTE LÓPEZ
Vial Costero, cóctel de incidentes y represión
Las ambientalista que se oponen a la construcción de la obra denuncian la presencia de 150 policías que intentan desalojarlos del predio. Se produjeron nuevos hechos violentos de represión policial en el municipio que ha tomado costumbre resolver con esta metodología la protesta social. Ya hay tres detenidos. El “Japonés” y el desmadre de la gestión
Si hay un conflicto por una megaobra en la provincia de Buenos Aires que engloba todo tipo de condimentos sociales y políticos, es el del Vial Costero de Vicente López.
Desde mediados del año pasado que comenzaron los cruces entre el intendente de San Isidro, Gustavo Posse y el local, Enrique “Japonés” García, la mecha siguió encendida y se avivó progresivamente con cualquier sal echada por los protagonistas.
La participación social se fue masificando en el distrito imponiéndose a la creación de la obra pero recibiendo a la par, en innumerables ocasiones, diversos hechos asociados a la violencia cuerpo a cuerpo entre las fuerzas de seguridad de la Provincia y los manifestantes.
Inclusive el intendente, un día se escapó de un acto que conducía para dirigirse al lugar de la protesta y enfrentarse él directamente con los ambientalistas.
Ahora, nuevamente el peligro al desalojo de los asambleístas por medio de la metodología más repetida en el último tiempo en el municipio para contener las protestas sociales: la violencia.
Para evitar ser sacados del predio, los habitantes de Vicente López tuvieron que optar por treparse a los árboles que siguen en pie en el lugar.
A través de su blog, los vecinos que se oponen a las obras del Vial Costero que permanecen en la costa del río impidiendo el avance de las maquinarias, denuncian que hay en el lugar 150 policías que torean con el desalojo inminente.
EL PROYECTO
Desde hace cinco años la gestión de Enrique Japonés García viene allanando el terreno para convertir la zona de la costa de Vicente López en una suerte de Puerto Madero. Con la modificación al Código de Ordenamiento Urbano de 2004 se dio el visto bueno a emprendimientos monstruosos que fueron cambiando la fisonomía del lugar.
Un megahotel de la cadena Howard Johnson y un complejo comercial, cuya construcción fue avalada en 2005 a la velocidad de la luz, son sólo algunos de los ejemplos de las construcciones que van avanzando de a poco sobre terreno natural.
Ahora, lo que todos describen como el único espacio verde de Vicente Lopez será, ineludiblemente, avasallado por un vial costero, pese a la oposición de los vecinos de la zona y los dueños de los bares, y a las evidentes irregularidades que se están cometiendo.
La asociación civil Pro Vicente López y la Agrupación de Vecinos de esa ciudad bonaerense, con el apoyo de la Defensoría del Pueblo de la Nación, presentaron una impugnación ante el Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable (OPDS).
En sus fundamentos denuncian que la comuna licitó la obra, denominada “Pavimentación Vial Ribereño - Vicente López”, sin tener aprobados previamente los estudios de impacto ambiental que exigen las normativas tanto provinciales como nacionales (esto es la ley provincial N° 11723, de Control Ambiental, y la ley nacional N° 25675, de Política Ambiental), y como quedó estipulado, además, en el convenio marco firmado con el ministerio de Vialidad de la Nación.
Las entidades ciudadanas explicaron que la comuna presentó un estudio del año 2006 “con fecha 01-06-09 Nota GD 8337” en la Provincia. La salvedad es que “resulta que la autoridad ambiental provincial no ha expedido hasta la fecha (principios de este año 2010) la declaración de impacto ambiental con relación al proyecto Vial Costero”, aseguran.
En la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de San Martín se ingresó un amparo judicial de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados contra el Municipio de Vicente López.
Según informa a Desafío Económico Iris Di Giano, integrante de esa ONG, antes se había presentado un amparo, pero “no pudimos demostrar la inmediatez y se consideró improcedente”. “Ahora sí podemos hacerlo”, señala.
La arquitecta Graciela Mariani, planificadora Urbana y Regional, plantea además una gran contradicción en este proyecto: luego de la puesta en marcha de lo que hasta hoy es el Paseo de la Costa, se tuvieron que construir badenes y limitar el uso vehicular a un solo carril, por la velocidad de los vehículos. Es una paradoja, entonces, que quince años después se haga con eso mismo una autovía.
En aquel entonces “se construyó una vía de dos carriles con un cantero en el medio, como figuraba originalmente en el proyecto que había realizado la facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA, en convenio con la Municipalidad de Vicente López. Esta avenida de dos carriles se encuentra actualmente construida, no siendo necesario eliminar los establecimientos de comidas y, con ellos, sectores de baños y servicios para la zona, para realizar la construcción de un nuevo carril”.
Sumado a esto, “el área verde que circunda a los lugares de comidas y sectores de servicios sirve de escurrimiento de las aguas, que cuando llueve suelen inundar la zona”.
Justamente, los bares de la zona significan otro punto de inflexión en este conflicto. En febrero el intendente interino Guillermo Ruiz (García estaba de viaje) decretó que los boliches de la llamada también Playita de Olivos tendrían una semana para desalojar la zona, y lo mismo pasó con el Campo de Deporte Municipal Nº 3. Los dueños de los bares apelaron la medida, y tienen hasta el 28 de abril para retirarse de forma definitiva.
Por su parte, el diputado nacional por la Unión Cívica Radical Norberto Erro plantea a Desafío que el actual proyecto es una contrariedad. El funcionario, quien formó parte de la Comisión de Tratamiento de la Zona Costera cuando la idea de construir el paseo de la costa comenzó a implementarse, remarca que “con anterioridad la costa estaba degradada, con basurales a cielo abierto; era inaccesible para los vecinos. El objetivo principal fue generar amplios espacios verdes, para paliar ese déficit, y por otro lado, lograr, un lugar de esparcimiento, recreación y tranquilidad”.