12 de septiembre de 2025
ERA MILEI
Caen las ventas, sube la informalidad y crece la incertidumbre macroeconómica
Según un informe de CAME, las ventas minoristas de las pymes cayeron 2,6% interanual en agosto y la recuperación sigue sin aparecer. La pérdida del poder adquisitivo, la presión fiscal y la expansión de la informalidad marcan un escenario de creciente tensión para el comercio formal.

La economía argentina continúa mostrando señales de estancamiento y pérdida de dinamismo. En agosto, las ventas minoristas de las pymes registraron una caída interanual del 2,6% a precios constantes, marcando la profundización de una crisis que ya lleva meses. Así lo informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En la comparación mensual, también hubo un retroceso del 2,2%, lo que refleja la dificultad de sostener un repunte sostenido en un contexto de fuerte incertidumbre y deterioro del poder adquisitivo.
En el acumulado del año las ventas muestran un crecimiento interanual del 6,2% respecto al mismo período de 2024. Pero el panorama general se ve empañado por la fragilidad de los ingresos de los hogares, la elevada presión impositiva y las dificultades de financiamiento. “El 35% de los comercios relevados afirmó que su situación empeoró frente al año pasado, cinco puntos más que en julio”, señaló CAME. Lo que confirma el deterioro en la rentabilidad y en las expectativas del sector.
La celebración del Día de la Niñez trajo algo de movimiento a los comercios. Pero los resultados fueron heterogéneos y muy dependientes de promociones y planes de pago. La mayor parte de las compras se concentró en volúmenes reducidos y en productos esenciales, con el canal presencial superando ampliamente al digital.
Por rubros, el único con desempeño positivo fue farmacia, con un alza marginal del 0,2%. El resto presentó caídas significativas. Como bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles (-10,4%), perfumería (-8,9%), textil e indumentaria (-4,8%), ferretería y materiales de la construcción (-1,9%). Lo mismo que alimentos y bebidas (-0,9%) y calzado y marroquinería (-0,8%).
La debilidad del consumo privado se vincula directamente con la erosión de los salarios frente a la inflación. El estancamiento en la capacidad de compra obliga a los consumidores a replegarse sobre lo indispensable, afectando a rubros que dependen del gasto discrecional.
Venta callejera
El debilitamiento del mercado formal también se refleja en el crecimiento de la venta ilegal callejera, otra cara de la profundización de la crisis. Como indicó el Observatorio de Comercio y Servicios de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), en agosto se detectaron 160 puestos de venta ilegal en la ciudad de Buenos Aires. Esto representa un aumento del 10,3% respecto a julio.
Si bien en la comparación interanual se observa una fuerte baja del 86,6%, el repunte mensual encendió las alarmas. Las diez cuadras más afectadas concentraron casi el 90% del total de los puestos, con la avenida Avellaneda como epicentro de la actividad. Allí se registró casi la mitad de los stands de la ciudad, con Avellaneda al 3400 y la calle Perú al 0 como los puntos más críticos, al concentrar 30 y 20 puestos respectivamente.
Los rubros que más se comercializan son alimentos y bebidas (46,4%) e indumentaria y calzado (32,5%). Categorías que se relacionan directamente con el consumo masivo. La expansión de la oferta informal refleja la búsqueda de precios más bajos por parte de consumidores con ingresos cada vez más ajustados. Pero al mismo tiempo genera presión sobre los comercios habilitados, que enfrentan costos fiscales y regulatorios imposibles de trasladar al público.
Además, los casos de piratería crecieron un 11,1% respecto a julio, con 40 episodios registrados. Principalmente en indumentaria y calzado en Avellaneda y en productos de óptica y relojería en la Estación Constitución.
Estado de situación en La Plata
El fenómeno no se limitó a la Ciudad de Buenos Aires. En La Plata, la CAC detectó 49 puestos de venta ilegal en calles y peatonales, un número estable respecto a julio pero con una caída del 45,6% interanual. El Paseo de compras El Ayuntamiento concentró el 40,8% de los stands, seguido por la Galería Apolo y el Pasaje 8 Bis. Allí, la indumentaria y el calzado representaron el 73,5% del total de la oferta callejera, consolidando la presión que la economía informal ejerce sobre los locales establecidos.
Expectativas
El relevamiento de CAME muestra que, pese al mal presente, casi la mitad de los comerciantes (49%) cree que la situación podría mejorar el año próximo. Sin embargo, la porción de quienes creen que todo empeorará creció al 9%, lo que marca un escenario de creciente escepticismo.
La combinación de ventas formales en retroceso, mayor concentración en consumos esenciales, retracción en sectores vinculados al gasto discrecional y un repunte en la venta callejera expone con crudeza la profundización de la crisis. La falta de reactivación sostenida, sumada al deterioro del poder adquisitivo y a la expansión de la informalidad, delinean un panorama en el que los comercios deben sobrevivir con estrategias defensivas. Mientras los consumidores ajustan cada vez más sus hábitos de compra.