5 de junio de 2025
CADA UNO POR SU LADO
Congreso Nacional: una votación que tensa los acuerdos entre PRO y LLA
El bloque del PRO mostró divisiones en la votación de aumentos jubilatorios: 22, con Bullrich, votaron en contra; 9, cercanos a Macri, se abstuvieron; solo Baldassi apoyó. La UCR también se dividió: 4 a favor, 9 abstenciones. Las internas debilitan a JxC, generan dudas sobre su rol opositor y embrollan los posibles acuerdos con LLA

El bloque de diputados del PRO volvió a poner en evidencia las profundas divisiones internas que atraviesan a esta fuerza política, durante la sesión en la que se aprobó el proyecto de ley para incrementar los haberes jubilatorios y elevar el bono de $70,000 a $110,000. Estas diferencias, que reflejan tensiones entre las distintas facciones del partido, no solo impactaron en la dinámica legislativa, sino que también generaron un fuerte debate público sobre la cohesión de Juntos por el Cambio como coalición opositora.
El bloque del PRO, liderado por Cristian Ritondo, mostró una marcada fragmentación en su votación. De los legisladores que lo integran, 22, alineados con la exministra de Seguridad y presidenta del partido, Patricia Bullrich, rechazaron el proyecto, en sintonía con la postura del Gobierno Nacional, que argumenta que el aumento podría generar un impacto fiscal significativo. Esta decisión fue interpretada como un respaldo a la línea de austeridad promovida por el Ejecutivo, lo que desató críticas de sectores que consideran que el PRO debería priorizar una postura más social frente a la situación económica de los jubilados.
Por otro lado, nueve diputados cercanos al expresidente Mauricio Macri optaron por la abstención, una postura que buscó equilibrar las tensiones internas sin confrontar directamente con el Gobierno. Entre ellos se destacaron figuras como María Eugenia Vidal, Silvia Lospennato, Luciano Laspina, Germana Figueroa Casas y Ana Clara Romero. Esta decisión generó especulaciones sobre un intento de mantener una posición intermedia que preserve la unidad del bloque, aunque también fue criticada por sectores que la consideraron ambigua frente a un tema tan sensible para la sociedad.
El único legislador del PRO que votó a favor del proyecto fue el cordobés Héctor Baldassi, cercano al exjefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, quien ha defendido posturas más moderadas dentro del partido. Por su parte, el diputado larretista Álvaro González, también de la Ciudad de Buenos Aires, estuvo ausente durante la votación, lo que añadió más incertidumbre sobre la cohesión interna del espacio.
Las divisiones no se limitaron al PRO. El bloque de la Unión Cívica Radical (UCR), liderado por Rodrigo De Loredo, también mostró posturas dispares. Cuatro legisladores radicales –Julio Cobos, Fabio Quetglas, Natalia Sarapura y Roberto Sánchez– apoyaron el proyecto, reflejando una sensibilidad mayor hacia las demandas de los jubilados en un contexto de inflación y pérdida de poder adquisitivo. Sin embargo, otros nueve radicales, incluido De Loredo, optaron por la abstención, una decisión que generó críticas internas y externas por considerarse una falta de definición clara en un tema de alta relevancia social.
Las diferencias exhibidas en ambos bloques no solo reflejan disputas internas, sino que también tienen implicancias significativas para la oposición en su conjunto. La fragmentación del PRO y la UCR pone en riesgo la capacidad de Juntos por el Cambio para presentarse como una alternativa unificada frente al oficialismo, especialmente en un año de alta sensibilidad política. Analistas consideran que estas divisiones podrían debilitar la posición negociadora de la coalición en futuras discusiones legislativas, como el tratamiento del presupuesto o reformas económicas clave.
En el caso del PRO, la votación dividida profundizó las tensiones entre las alas lideradas por Bullrich, Macri y Larreta, que representan visiones distintas sobre el rol de la oposición: desde un alineamiento más cercano al Gobierno hasta una postura más dialoguista o crítica. Estas fricciones podrían complicar la definición de candidaturas y estrategias de cara a las próximas elecciones.
Por su parte, la UCR enfrenta un desafío similar, con un sector que busca reafirmar su identidad progresista y otro que prioriza mantener una relación pragmática con el oficialismo. La abstención de De Loredo, en particular, generó críticas de sectores internos que consideran que el partido debería haber adoptado una postura más firme a favor de los jubilados.
En términos sociales, la aprobación del proyecto fue celebrada por organizaciones de jubilados y sectores de la sociedad que demandan mejoras en los haberes previsionales, aunque persisten dudas sobre su implementación debido a las advertencias del Gobierno sobre el impacto fiscal. La fragmentación opositora, sin embargo, podría limitar la presión legislativa para garantizar que estas medidas se concreten efectivamente.