El arzobispo Víctor Fernández fue uno de los invitados a la reapertura de la Sala Ginastera del Teatro Argentino tras su cierre en 2017 para obras de refacción que nunca se llegaron a concretar.
En diálogo con La Tecla, “Tucho” destacó “la idea es que sea una sala abierta a todos, ¿no? Una sala del pueblo. De arte, pero accesible a todas y a todos. Y eso creo que es lo más importante, porque ofertas culturales hay, pero esta tiene la intención de tener una amplitud popular que es lo que quiero destacar más. Después habrá diversos tipos de actividades, habrá un montón de iniciativas que se irán creando, pero lo primero era reabrir esta hermosa sala y empezar de nuevo”.
Y añadió: “Lo que a mí me gusta es que el Instituto Cultural tiene una noción de cultura amplia, que no es sólo la cultura ilustrada, la cultura propia de ciertos sectores, sino la cultura, en su sentido, más rica, que abarca todo tipo de manifestaciones. Y creo que eso es lo más destacable de las acciones del Instituto”.
Con respecto a la situación social que se vive en el país, el Arzobispo dijo: “El país está en un momento duro, como todos sabemos. Sobre todo el sufrimiento de los últimos en los sectores de los barrios más postergados, donde uno siempre ve que hay como dos tipos de seres humanos. Uno lo dice en teoría, pero después en la práctica la realidad es que algunos tienen acceso a determinadas cosas y otros no”.
“Algunos tienen posibilidad de crecer en la vida, desarrollarse, y otros tienen una base demasiado pobre para alcanzar determinados niveles. La pobreza en ascenso no ayuda para nada a lograr el objetivo de que todos accedan a una vida más digna”.
Sobre los candidatos y sus mensajes en época de campaña, expresó: “La impresión que tengo es que todavía no estamos debatiendo demasiado los problemas de fondo. Uno quisiera escuchar opiniones sobre cómo se va a encaminar este problema, cómo se va a intentar resolver este sufrimiento. Ahí es donde uno no encuentra tanto las propuestas concretas que te dan también esperanza. Porque si vos imaginás cómo puede ser la salida, la podés aguantar, pero sabes que hay una orientación”.
“Nosotros ayudamos en todo lo que podemos, pero a través de Caritas, por ejemplo, y de otras instituciones nuestras, llegamos a un porcentaje minúsculo de todos los que necesitan ayudas. Y por otro lado, no podemos resolver los problemas estructurales. Eso solo lo podemos hacer entre todos. La demanda va creciendo”, cerró.
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