El plenario de la militancia realizado en Avellaneda dejó una serie de tareas para el kirchnerismo en su objetivo electoral: Cristina Fernández de Kirchner en el centro de un camino sinuoso con riñas internas no resueltas hasta el momento; el 24 de junio cierran las listas y quedan 14 semanas para resolver las candidaturas; el plan que buscará llevar en la boleta a la máxima esperanza K; el problema de la deuda externa, que también se cruza mientras el blanco predilecto es Alberto Fernández.
"Seguramente se van a seguir generando hechos políticos, movilizaciones y convocatorias", señalaron a La Tecla desde la organización de la congregación de militancia realizada el sábado pasado. En las 15 comisiones dispuestas para debatir, la militancia le planteó a los dirigentes movilizar en contra de la proscripción de la Vicepresidenta y expresar el repudio a lo que consideran el “partido judicial”, que tiene su cara más visible en la Corte, además de bregar por la candidatura de Cristina.
En tanto, un funcionario bonaerense de peso señaló que el fallo que condenó a la expresidenta “es un problema político que se resuelve políticamente y no con presentaciones judiciales para apelar el fallo, más allá que es algo que debe hacerse”. Al mismo tiempo, ante la posibilidad de realizar una marcha el 24 de Marzo (Día de la Memoria, Verdad y Justicia) se mostró de acuerdo, pero puso reparos en torno a las formas y tildó que “podría ser peligroso” ante un supuesto “desbande”, en un contexto en el que la violencia ejercida por sectores reaccionarios es recurrente.
Por su parte, el intendente Jorge Ferraresi, ante la consulta sobre hasta cuándo esperarán a que CFK tome una decisión sobre su postulación, respondió: "Las listas cierran el 24 de junio a las 12 de la noche y será hasta las 12 menos 1 minuto de ese día". Además, sobre la posibilidad de una PASO en caso que Alberto Fernández persista en su deseo de reelección, dijo que "no está descartado y es una de las posibilidades. Si el Presidente decide ir a primarias, se podría ir pero falta todavía para eso". A su vez, aprovechó la ocasión y se mostró a favor de que Kicillof vaya por otro mandato: “Estamos con un candidato firme, ha hecho una gestión maravillosa y necesitamos que le dé continuidad a la provincia de Buenos Aires".
El plan de las 14 semanas de clamor ya había sido esbozado por el jefe comunal de Ensenada, Mario Secco, la semana anterior. En ese municipio el Gobernador encabezó un acto el jueves para entregar ambulancias y allí participaron varios alcaldes del Frente de Todos. Al finalizar la actividad, mientras de desarrollaban diálogos informales entre los presentes, el mandamás local militó a sus pares no solo para invitarlos al plenario en Avellaneda, sino también para adelantarles que iba a comenzar un fuerte operativo para pedir la candidatura de Cristina.
Hasta acá el universo K no mostró fisuras evidentes en la hoja de ruta trazada, pero durante el cierre del plenario el sábado quedó al desnudo públicamente lo que ya se sabía sobre la relación entre Máximo Kirchner – Axel Kicillof. La sintonía entre ambos posee interferencias y el ruido provocado es un aspecto a tener en cuenta, sobre todo en tiempos de definiciones.
“Es nuestra obligación como militantes recorrer todas las escuelas, fábricas, barrios, calles y clubes. Lo dijo Cristina, hay que bajar al territorio, dar la discusión sin vergüenza ni esconderse porque no tenemos que esconder, mirando a los ojos a nuestro pueblo", lanzó el mandatario provincial en su discurso. A su turno, para cerrar la jornada, el presidente del PJ bonaerense respondió: "No hay que bajar al territorio, compañero Gobernador, hay que subir a la militancia a los lugares de decisión de una buena vez por todas y ahí vamos a ver cómo se negocia, se batalla, se debate y se discute".
Fuegos artificiales que dan cuenta de -al menos- la diferencia de criterios a la hora de desplegar política. De un lado se evidenció aquellas críticas hacia el diputado nacional sobre su presencia a nivel territorial y la exigencia de una mayor cercanía donde muchos ponen la cara. Del otro, los cuestionamientos hacia el Gobernador en el que le endilgan una forma de conducir cerrada y le reclaman mayor apertura en la toma de decisiones de gestión.
En el trayecto está claro que Alberto Fernández es el blanco preferido del kirchnerismo y que Sergio Massa es la figura a cuidar. En la misma línea que Cristina Fernández, Andrés “Cuervo” Larroque expresó: "Si el Presidente tuviera chance de reelegir ya estaría pegando afiches”. Luego, afirmó: "Yo a Massa lo quiero siempre en mi equipo, es un jugador y lo quiero siempre”. Las coordenadas para la militancia son claras en este punto.
Tal como lo expresó la Vice en viernes en Río Negro y Máximo al día siguiente en el Conurbano, otro obstáculo a sortear que se le presenta al kirchnerismo es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Al igual que Juntos por el Cambio, el planteo es pagar la deuda multimillonaria que dejó Mauricio Macri. No obstante, a pesar del consenso para cumplir con la receta del organismo internacional, la diferencia reside en cómo hacerlo y dónde focalizar las prioridades. Por ahora, se paga religiosamente y el ajuste va sobre ruedas, pero el futuro es incierto y piden cambiar condiciones. En plena sequía, tanto el petróleo como el litio aparecen como las nuevas joyas de la abuela a vender, pero generan preocupación sobre el impacto ambiental que podrían generar sendas explotaciones.
Las consecuencias económicas para amplias capas de la sociedad de lo acordado con el FMI también marcarán el rumbo de la dirigencia política, y en especial del actual Gobierno, que deberá ingeniárselas para contener las implicancias. Mientras tanto, la apuesta K reside en retrotraerse a la nostalgia de lo que se llamó la “década ganada” para que Cristina sea la figura excluyente. Resta definir si será como jugadora en la cancha, como DT para decidir quiénes jugarán o ambas.
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