Pocos se sorprendieron con el final de la proyectada sesión de ayer en la Cámara de Diputados bonaerense, que se vio frustrada por desencuentros profundos entre oficialismo y oposición.
Ya lo había advertido el gobernador Axel Kicillof la semana pasada: el Frente de Todos no iba a enterrar fácilmente el proyecto para reformar el sistema jubilatorio de los empleados del Bapro. “La ley no existe, no sirve, es un desastre”, señaló en una conferencia de prensa organizada tras la segunda audiencia convocada por la Corte.
La arenga fue ratificada por varios legisladores, entre ellos la titular de la bancada oficialista en el Senado, María Teresa García, quien auguró una nueva ofensiva respecto de un tema sensible, al ser promesa de campaña del Gobernador al titular de La Bancaria.
Precisamente, Sergio Palazzo hizo, durante la presentación pública de Kicillof días atrás, una apelación a los legisladores radicales para que apoyen la iniciativa. En cambio, apuntó a los socios “amarillos” de los boina blanca como responsables de la negativa.
Durante las negociaciones previas a la frustrada sesión de ayer, desde el oficialismo buscaron quebrar la unidad de la alianza opositora, intentando que los de la UCR faciliten el tratamiento del proyecto (además, hubo otros tantos que quedaron sin tratar por la suspensión del debate). “Con alguno que de quorum, nos alcanzaría para sesionar”, se ilusionaban desde las filas que comanda César Valicenti.
Sin embargo, los del centenario partido privilegiaron la unidad sectorial y decidieron no facilitar el tratamiento de la iniciativa, como antes habían decidido el PRO y la Coalición Cívica.
Tampoco parece haber funcionado el trabajo de hormiga realizado por los dirigentes gremiales en los territorios, para que los intendentes del radicalismo influyan en sus representantes. Así, varios de ellos fueron visitados por delegaciones de bancarios para explicarles los perjuicios financieros de la ley votada en tiempos de María Eugenia Vidal y del desastre que sería para la Provincia si la Corte declara la inconstitucionalidad, dando la razón a los 5.000 recursos de amparo.
Caída la sesión, el propio Valicenti apuntó al sector del PRO vinculado a la exgobernadora como responsables del fallido debate. Y apeló, una vez más, a la responsabilidad del radicalismo para, en pocos días, volver a reunirse y allanar el camino para la media sanción.
En voz baja, más allá de haber metido su sello en el comunicado post-rosca (hablaron de “capricho” del Gobernador y de “prepotencia” del oficialismo), varios legisladores de la UCR reconocen que la de Cambiemos fue una mala ley.
“Cuando se aprobó la ley, hasta un estudiante de abogacía sabía que la Corte iba a rechazar el tema de la movilidad. Y ahora los del PRO hacen puchero, se ponen intransigentes y no se hacen cargo de la cag… que se mandaron”, dijo un diputado boina blanca a La Tecla.info.
En las próximas horas el Frente de Todos volverá a la carga. Así lo adelantaron y otra vez, como desde hace tiempo, la mira estará puesta en quebrar la unidad de Juntos, ilusionados con sentar a los conducidos por Maximiliano Abad -los radicales- en sus bancas.
Desde las filas boina blanca no adelantan movimientos, aunque algunos legisladores reconocen que, más allá de la pirotecnia verbal y del escandalete de ayer en la Legislatura, todavía hay tiempo para seguir negociando.
Como muestra, el vicepresidente del bloque radical en el Senado, Agustín Máspoli, aseguró a Chacabuco en Red que “la ley tiene muchas cosas buenas, pero puede tener algún error y nosotros estamos para hacer leyes y para modificarlas”.
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