Julio Garro quedó muy preocupado tras las jornadas de los banquetes de La Renga, que dispararon una ola de reclamos de los vecinos. Durante el primer recital hubo algunos desmanes, pero en la segunda y tercera jornada (tocaron tres sábados consecutivos) el principal trastorno se produjo en el tránsito. Se cortaron (y hasta se tabicaron) calles que jamás habían sido interrumpidas al tránsito, como la 19, por ejemplo. Hubo vecinos que no podían ingresar a sus casas y costaba explicarle a los inspectores y a las fuerzas policiales que debía pasar porque vivían en la otra cuadra. |