31 de diciembre de 1969
Opinión
¿The Truman Show?
El conflicto Gobierno-campo nunca se caracterizó por la prolijidad de ninguno de los dos lados. Pero con la llegada de la discusión al Congreso la cuestión se ha convertido, carpas de por medio, en un insólito sainete
¿Habrá en los cables de los países del resto del mundo un canal especial con el reality argentino? ¿Es el país una puesta en escena como caracterizó brillantemente Jim Carrey en la película The Truman Show? ¿Son actores los que participan de una discusión desordenada en el Parlamento, más parecida a un diálogo de sordos que a una búsqueda de consenso?
Los interrogantes pueden parecer descabellados, pero no tanto como el ridículo espectáculo que sirve de programación continuada a los canales de TV y tiene como epicentro la Plaza de los dos Congresos.
Entre carpas y el circular de piqueteros y ruralistas se hace una más ridícula muestra de ver quién tiene el muñeco más grande.
Con toros, pingüinos y palomas, el paseo se ha convertido en un zoológico de inflables que, por cierto, no son nada baratos. Con el costo de tanta carpa (de oficialistas y campesinos) y tanto muñeco relleno de aire se podrían hacer miles de cosas mucho más útiles. Ahh, como si fuera poco también actuaron en la plaza algunos payasos vestidos de huevo. ¡Qué manera de hacer huevo en medio del incendio!
Paralelamente, en el plano de lo institucional, está la discusión adentro del Parlamento donde se debería encontrar la solución para salir del atolladero. Sin embargo, la fantástica oportunidad de llevar adelante un debate serio y en serio choca demasiadas veces con la intolerancia, la intransigencia y la terquedad de aquellos que no quieren aflojar nada y de los otros, que quieren quedarse con todo.
Sin ahondar en las razones de uno y otro sector, sin ánimo de tomar postura en favor de nadie, sólo cabe señalar que el espectáculo es triste y lamentable. Lo fue desde el primer día, pero el cariz de comedia que ha tomado el asunto agrava esa percepción. ¿Seremos una especie de The Truman Show?
Se debería advertir que los posibles espectadores, más que disfrutar el espectáculo lo padecen y, lo que es peor, no lo entienden.
Los argentinos, en cambio, parece que nos vamos acostumbrando a dejar pasar los trenes. Mientras acá todo se dilata, en la lejana Australia siembran soja hasta en macetas para captar los mercados que nuestro país puede perder en breve.