Las últimas semanas no le dieron tregua a Susana: primero porque al inicio de la cuarentena adoptó a Rita, una cachorra, y supuestamente la devolvió; pero luego se supo que la iría a buscar para llevársela a Uruguay con sus otros perros. Luego se marchó con su hermano a Punta del Este en plena pandemia y cuarentena obligatoria, hecho que quedó plasmado en los medios y en las redes sociales con molestias. Después sufrió un accidente doméstico que le provocó una luxación de codo, que derivó en una internación y un hisopado para descartar COVID-19. Y como si todo esto no fuera suficiente, la AFIP le cayó con una demanda millonaria por no cumplir con el impuesto a las ganancias y su emisora de cabera, Telefe, le reclamó que haya dado nota a la competencia. Definitivamente, Susana no tiene descanso. |