La mayor parte de su carrera política tuvo lugar en la provincia de Río Negro, pero es nacido en Buenos Aires, en Banfield, más precisamente. Y aunque no sabe demasiado de victorias electorales importantes, es el primer peronista antikirchnerista que decidió anunciarse como candidato a Presidente de cara a 2019. En su entorno lo posicionan como el armador bonaerense del Peronismo Federal. Si bien el espacio cuenta en sus filas con figuras trascendentes del medio nacional, como Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Sergio Uñac, que, vale decir, también quieren ir por “Otra vez hemos tenido que ponernos los pantalones cortos para convocar en esta primera etapa a la dirigencia bonaerense de todas las secciones electorales”, dice ante Además, al acto realizado en el teatro Metro de “Muchos de los intendentes peronistas que no están con Cristina, incluso algunos que están, van a jugar en este espacio. Cuando vean que Unidad Ciudadana no es una alternativa peronista van a volver a su casa. Cristina es un límite para este espacio”, agrega Basile, y reconoce que en esta primera etapa “convocamos a los compañeros que no pertenecen a los grupos tradicionales que están hoy en la política”. A la cabeza de ese grupo de dirigentes se encuentra el todavía renovador Gilberto Alegre, quien dejó de ser diputado nacional en 2017. “Si en la provincia de Buenos Aires no se logra armar una estructura competitiva, no hay ninguna posibilidad a nivel nacional”, dice, contundente, el exjefe comunal de General Villegas, quien, al igual que Basile, resalta la figura de Pichetto, justamente, por ubicarse en las antípodas del kirchnerismo. “El Frente Renovador tiene que decidir qué va a hacer. Por un lado están Felipe Solá, Facundo Moyano y Daniel Arroyo, que, si bien ahora cambiaron un poco, la mayoría está más cerca del kirchnerismo. Y Massa está en silencio. Hay que debatir. Si no hay arreglo con el kirchnerismo vamos a pelear en el peronismo, si no, no. Nos fuimos de ahí hace mucho tiempo; no podemos volver ahora como si nada hubiera pasado”, indica el villeguense. El propio Pichetto, en su discurso, dejó en claro que irá en busca del lugar que queda entre oficialistas y kirchneristas, como ya intentaron, sin éxito, Florencio Randazzo y Sergio Massa en los comicios pasados. “Esto no es la avenida del medio, es una construcción clara y nítida que se diferencia de la construcción política de Unidad Ciudadana, que es un espacio de centroizquierda que va a competir en el proceso electoral”, expresó el senador nacional que quiere sentarse en el sillón de Rivadavia. “Si el peronismo no se reconstruye, si no instala liderazgos firmes y no lleva una propuesta, corre el riesgo de diluirse”, afirmó en otro pasaje del discurso, no sin antes expresar que “este espacio tiene figuras relevantes que hacen a la renovación del peronismo. Son los casos del gobernador (Juan Manuel) Urtubey, el gobernador (Juan) Schiaretti, la figura de (Roberto) Lavagna. En ese espacio tengo la voluntad y la convicción de ser alternativa y ser candidato”. Altanero y convencido. Así transita Pichetto los primeros metros del camino a una posible candidatura presidencial. En su entorno lo envalentonan, lo aclaman, lo vivan. Por el momento es el único dirigente con cierto nivel de conocimiento que se anima a intentar juntar al viejo justicialismo bonaerense que no quiere a Cristina, que no quiere a la por ahora dueña de los votos, que ni siquiera la reconoce. Claro, siempre los dejó afuera de todo. Así, con pocos pergaminos y a la espera de las encuestas y los consecuentes primeros movimientos serios de los intendentes del Conurbano, el rionegrino aparece como una luz de esperanza para los veteranos duhaldistas que hasta hace poco creían que no volverían al ruedo. A decir verdad, todavía no volvieron, pero hoy tienen esperanzas. Si se apaga el kirchnerismo, lo habrán logrado; si no, apenas habrá sido una nueva ilusión frustrada, que Cambiemos seguramente sabrá aprovechar. |