La Tecla
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Como se informó en La Tecla, los intendentes lograron desdoblar la ley para reducir los impuestos provinciales que se cobran sobre las tarifas de los servicios públicos. Y consiguieron que el artículo 2 de la normativa que se iba a tratar hoy en la Legislatura pasara a la Comisión de Presupuesto del Senado, donde podría tener un breve tratamiento y salir de manera favorable al requerimiento de María Eugenia Vidal, ya que el oficialismo tiene mayoría en esa comisión.
De todos modos, el traspié logrado por los jefes comunales también es interpretado como la herida de muerte para el proyecto, que le resta a los municipios en total una suma de 1.300 millones de pesos. “Será difícil que aunque salga del Senado pase por Diputados”, reconocieron desde el propio bloque de Cambiemos.
Pero el temor de los intendentes estará latente hasta que el cambio en el artículo 75 de la ley 11.769 quede definitivamente cajoneado y se siga con el cobro actual del 6 % sobre la factura de luz. Es que si la norma sale tal cual lo mandó el Ejecutivo, los municipios no sólo pierden dinero que destinan al mantenimiento del alumbrado público, sino que se quedan sin la posibilidad de recuperarlo motu proprio.
El proyecto enviado por María Eugenia Vidal reduce la contribución a las municipalidades por el uso de su espacio público del 6 % de las entradas brutas al 0,01%. Es decir que los usuario pagarían una nimiedad. Entonces, por qué directamente la Gobernadora no derogó el artículo (lo mismo sucede con el 74 de la misma ley sobre la contribución del 6 por mil que va a la Provincia) y lo dejó en un valor tan bajo?
Al colocar una alícuota, aunque sea mínima, el Gobierno tabicó toda posibilidad de que los gobiernos municipales les cobren una tasa a las compañías eléctricas por el uso de su espacio aéreo. Con el principio de que no puede haber dos cargas impositivas por el mismo concepto, el impuesto provincial no permite que se establezca una tasa municipal. Allí estriba buena parte de la bronca de los intendentes también; que expresan abiertamente y de manera pública los peronistas, pero también comparten sus colegas de Cambiemos, aunque por disciplina partidaria lo callan.