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12 de enero de 2017
VERANO 2017

Running en la playa: consejos, beneficios y incovenientes

En verano, los circuitos para los apasionados por las pruebas de fondo se trasladan a los principales centros turísticos. Sin embargo, son pocos los que conocen los beneficios (y los inconvenientes) de correr en la playa.

Running en la playa: consejos, beneficios y incovenientes
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1. Ritmo moderado, a pesar de que tengas experiencia.
Correr por la playa debe ser un placer y no una obligación. Exigirnos más de lo necesario es contraproducente. En la playa quemamos más calorías de las normales debido a las especiales características del terreno y del ambiente. Sólo por eso ya deberías reducir la intensidad de tu ejercicio. Además, si vas a un ritmo demasiado alto, puedes lesionarte debido a las irregularidades de la arena.

2. Es un ejercicio anti-estrés.
Estás de vacaciones, relajado, con el sonido del mar de fondo... Es sin duda el escenario perfecto para entrenarnos y salir a correr. No hay que descuidar este punto, si no te diviertes corriendo es que algo estás haciendo mal. En cualquier caso, no olvides terminar tu carrera con un buen baño.

3. No corras distancias largas.
Es normal que, animados por la 'facilidad' con la que se corre en la playa queramos ir un poquito más allá y más allá... Ponerse un objetivo razonable antes de salir a correr y recordar que luego hay que volver. No necesitas ser un 'vigilante de la playa'. Al menor síntoma de agotamiento detenete poco a poco, refrescate y regresa andando.

4. Corre en la orilla, pero evita las zonas más blandas.
La zona perfecta es aquella en la que la arena está más compacta y algo húmeda. Las zonas blandas son el 'enemigo' a evitar debido al riesgo de torceduras que puede haber. Aún así, si tienes la tentación de correr sobre el agua para sentir más resistencia en tus gemelos, que sea en series cortas y no lo habitual.

5. Carrera de ida... Y vuelta.
Debido al desnivel que tiene la orilla de la playa, lo más aconsejable es establecer un recorrido de ida y otro de vuelta. Intenta correr lo mismo en ambas direcciones, ya que sino puedes forzar demasiado los músculos de un lado de la cadera, sobrecargándolos más de la cuenta. Si no te ves con suficientes fuerzas, la próxima vez corre con la inclinación contraria.

6. Ten cuidado con los 'obstáculos'.
Niños, castillos de arena, hoyos, palas de playa... Si mantienes un ritmo adecuado podrás visualizar con la suficiente antelación los 'peligros' que te puedes encontrar corriendo por la playa. Ten en cuenta que no estás solo y que la playa es de todos. Si tienes que reducir el ritmo o parar, mejor que chocarte contra algo o alguien. Las lesiones por ello son más frecuentes de lo que crees.

7. Es más difícil correr por la arena.
No te engañes, a pesar de la sensación de libertad y anti-estrés que proporciona correr en la playa es más trabajoso que hacerlo sobre el tartán o en la misma calle. Además, la arena de la playa tiende a castigar el tobillo y el tendón de Aquiles con mayor facilidad que otras superficies.

8. ¿Con o sin zapatillas?
La eterna duda que no nos atrevemos a resolver, pero que tienes que tener en cuenta a la hora de planificar tu carrera. Puedes correr con o sin ellas, por eso no hay problema. Si corres con zapatillas, lo mejor será tener unas específicas para la playa, que sean lo suficientemente ligeras y con gran amortiguación. Si por el contrario te decides a correr sin ellas, no lo conviertas en tu técnica habitual, ya que a la larga puedes tener problemas en tus articulaciones.

9. Evita las horas de más calor.
Un punto básico y que solemos 'relajar' en vacaciones. Si llevas varias horas en la playa es posible que minimices el efecto del calor sobre tu organismo y creas que ya estás 'acostumbrado'. Nada más lejos de la realidad. Si puedes corre con gorra o visera, refrescate siempre que puedas y ten en cuenta que el sol está ahí. Usa protección solar siempre que corras de día.

10. Quemas más calorías.
Está demostrado que correr en la playa incrementa la 'quema' de calorías por varias razones. La arena opone mayor resistencia a nuestro trote, con lo cual nuestros músculos trabajan más para mover nuestras piernas. El calor y la humedad provocará que sudoremos más y la pérdida acelerada de electrolitos. Repón fuerzas al volver, hidratate convenientemente y refrescate siempre que puedas.

11. Exige más a tus músculos.
Corriendo por la playa trabajarás tu tren inferior más intensamente que sobre cualquier otra superficie. Notarás como tus cuadríceps (muslos), y sobre todo tus gemelos, se cargarán antes de lo habitual. Por tanto, es inevitable que te canses antes de tiempo. Por eso te pedimos moderación y que bajes la distancia a recorrer. Al terminar, descansa poco a poco tus músculos y no lo hagas bruscamente.

12. No corras por la playa si has estado lesionado.
Ya que el impacto sobre tus articulaciones es mayor y el terreno es más inestable, correr por la arena de la playa está totalmente desaconsejado para las personas que hayan tenido lesiones recientes de tobillos, rodillas o alguna lesión muscular. Si estás en ese grupo, consulta antes con un profesional.

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