10 de julio de 2016
ESCáNDALO
Ituzaingó: la Policía, la batalla y Descalzo en la mira
Tiros, piedras, gases y un hecho policial con causas mezcladas con la política. Un comisario apañado por el intendente, afuera, y una decisión desacertada que generó consecuencias peligrosas

El enfrentamiento del jueves 30 de junio entre barras del Club Atlético Ituzaingó y la Policía no puede ser analizado sin tener en cuenta la silenciosa disputa entre los gobiernos provincial y municipal por el control de la Policía Local de Ituzaingó. Es que detrás del estallido en el Circo Royal surgieron sospechas de una operación derivada de una interna que pone la lupa sobre el accionar de esa fuerza de seguridad y que podría salpicar al intendente.
La punta del ovillo aparece con el robo a un auto de la empresa de Alberto Traverso, dueño de una distribuidora de alimentos para mascotas, quien era custodiado por miembros de la Policía Local, que también fueron asaltados.
El coletazo de ese hecho se hizo sentir tiempo después, cuando el Ministerio de Seguridad determinó el desplazamiento del jefe de la Policía Local, Jorge Castillo, debido a una serie de denuncias que lo involucraban con el supuesto desvío de efectivos asignados a patrullar las calles para realizar custodias privadas. Así se inició una investigación en Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense.
La decisión de la administración provincial, desde donde se designó al nuevo titular de la fuerza -Leonardo Maidán-, no cayó bien en el municipio que comanda Alberto Descalzo, quien rápidamente habló de “violación al convenio” de adhesión a la Policía.
Como represalia, el jefe comunal decidió quitarle apoyo logístico y económico a la fuerza local. Se retiraron diez móviles (7 Fiat Siena y 3 camionetas Ford Ranger) y el sistema de comunicación por handy (Nextel), y se dejó de reparar patrulleros y de pagar combustible. Con un reclamo de mayor seguridad siempre latente, la jugada de Descalzo recibió duras críticas, no sólo de la oposición.
“Si bien es verdad que se realizó el retiro de móviles y equipos Nextel que pertenecen a la Municipalidad y fueron dados en préstamo a la Policía Local para reforzar su servicio, esta situación duró sólo un día, ya que ordené su inmediata restitución y dichos móviles y equipos de comunicación están a disposición de la Policía Local y de la Policía de la provincia de Buenos Aires”, señaló el mandamás tras los incidentes en cercanías al circo. Desde el Ministerio de Seguridad afirmaron que las devoluciones no fueron aceptadas y los faltantes fueron reemplazados por equipamiento que envió esa cartera.
La cadena de sucesos continuaron en la avenida Ratti, donde desde hacía un tiempo estaba emplazado un circo. En un clima confuso por las acusaciones de ve-cinos contra el jefe comunal por “liberar la zona” y la presentación de al menos dos denuncias por presuntos intentos de secuestros, hubo una manifestación frente a la carpa, que terminó en robo durante, en la madrugada del jueves, y en un enfrentamiento entre manifestantes y la Policía, el jueves por la tarde.
En esa línea, la cartera de Seguridad intenta establecer si esos incidentes fueron motivados por el desplazamiento del jefe policial, teniendo en cuenta que por esas horas éste prestaba declaración por la investigación que lo tiene en la mira.
“Unos pocos barrabravas y algún servicio (de inteligencia) han hecho esto en Ituzaingó”, dijo Descalzo horas después a la prensa, e insistió en afirmar que “no hubo ningún secuestro de chicos” en su distrito, como denunciaron los vecinos.
En Ituzaingó, rápidamente, se tejieron varias hipótesis sobre los incidentes que incluyeron piedrazos entre manifestantes y policías. Una teoría habla de que el in-tendente habría motorizado desde las sombras los enfrentamientos para dejar mal paradas a las fuerzas policiales que el Ministerio de Seguridad monitorea desde La Plata. Otra suposición es que los incidentes fueron provocados para desestabilizar la gestión de Descalzo y poner en evidencia el poco control que tiene sobre la seguridad en el distrito.
Además hay quienes sostienen que la participación de la barra brava del Club Ituzaingó no fue espontánea sino operada, a manera de pase de factura al municipio, ante el recorte de supuestos recursos que antes eran girados a esa hinchada, que en muchas ocasiones “prestaba servicios al intendente”, según destacaron desde esa ciudad.
Mientras se intenta desentrañar el origen de los enfrentamientos, la investigación contra el ex jefe policial sigue su curso. En el medio, la oposición del Con-cejo Deliberante ha puesto la mirada sobre el Departamento Ejecutivo, des-de donde esperan que se extiendan las explicaciones sobre los últimos hechos.