Política Provincial
16 de octubre de 2015
ENTREVISTA
Grinberg y su sueño de la reforma
El presidente del Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires no sólo contó cómo sobrelleva el organismo los años electorales, sino que también describió la relación con los intendentes. Repaso de sus casi tres décadas al frente, anécdotas y el ejemplo de Brasil en cuanto a políticas de control estatal
Abogado desde 1965 y presidente del Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires desde 1987, Eduardo Grinberg desgranó, en entrevista con Desafío Económico, cómo accedió al mundo de la política, en qué estado encontró el organismo que conduce casi tres décadas atrás, cuáles son las parti-cularidades y tensiones que se viven durante los años electorales, alguna que otra anécdota y cuál es el modelo a seguir en lo concerniente al modelo de control.
-¿Qué recaudos toma para no quedar en el medio de la puja
política?
EG -Nosotros evaluamos las denuncias y a partir de lo que vemos le damos el recorrido que corresponde. Si es un invento o si tiene reales raíces fácticas y jurídicas suficientes para darle un tratamiento. La diferencia es que en los tiempos electorales se incrementan las denuncias que muchas veces se utilizan como instrumento de campaña electoral. Simplemente, estamos más atentos para evitar que la institución sea utilizada en esos términos. En lo demás no cambia nada.
-¿Qué errores cometen normalmente los intendentes?
-A los intendentes los admiro. Son los gobernantes de carne y hueso que tienen que enfrentar cara a cara el reclamo social que cada vez es más intenso y complejo. Con pocas facultades y recursos. Ellos no se pueden dar el lujo de aparecer cuando quieren, o hacerlo en forma virtual. Están, y no les queda otra que pelear en vivo y en directo. Como error fundamental, les reclamo que no pelearon lo suficiente por autonomía y reforma tributaria que les dé mejores condiciones para las batallas que diariamente tienen que enfrentar.
-¿Cuál ha sido el período de mayor irregularidad entre los municipios?
-Esos períodos coinciden con las crisis generales del país. Se incrementa el reclamo social, les cuesta recaudar, los gobiernos provincial o nacional por ajustes generales les retacean o cortan fondos, y en síntesis, aguantan como sea. En lo demás han mejorado sus administraciones por nuevos conceptos y aplicación de tecnología. Saben que ya no es como antes, y se cuidan muchísimo de no caer en cesación de pagos. De ocurrir, hasta podrían tirarles un salvavidas de plomo.
-En alguna oportunidad ¿sintió presión al ejercer el cargo?
-Presión se siente siempre. Viene de adentro. Uno se presiona a sí mismo para que las cosas salgan cuando en ge-neral todo es difícil. Si la pregunta se refiere a presiones externas le diré que no. Por ejemplo, cuando el poder político quiso atacar, lo hizo de frente. Y de frente defendimos a la institución.
-¿Tiene suficiente presupuesto el HTC? ¿Qué le falta?
-A esa pregunta siempre la respuesta debería ser no. Quizás nos falte una mejor partida de capital. Pero es así para todos. La Gobernación paga los sueldos puntualmente y los avances que hemos tenido por capacitación, incorporación de tecnología y otras he-rramientas importantes lo fue por asistencia externa de organismos como BID, Banco Mundial y OLACEFS. También está en uno diseñar estrategias para cumplir sus objetivos. Si nos encerramos y nos dedicamos a golpear todos los días la misma puerta, difícil será avanzar.
Su llegada a la política
-¿Cómo fue su acercamiento al mundo de la política?
(EG) -Siempre tuve inquietudes, me interesó mucho la política. Tuve vocación de participar en 1975, cuando las cosas en el país estaban muy mal. Por medio de unos amigos, me acerqué a lo que era la Asociación de Profesionales Radicales, que dirigía Gustavo Soler. Fui miembro de la Comisión de Economía que en ese momento presidía el doctor García Vázquez, que luego fue presidente del Banco Central. A raíz de eso, adquirí el perfil de un abogado con inclinaciones a las ciencias económicas.
-¿Qué referentes políticos tenía en esa época?
-Participé en el Movimiento Renovación y Cambio, cuyo líder era Raúl Alfonsín. El retorno de la demo-cracia fue un momento muy feliz a pesar de que el país venía de severos acontecimientos internos. Uno muy grave externo, como fue la Guerra de Malvinas. En aquel momento era impensable ver al país en guerra con una potencia extranjera.
-¿Con qué organismo se encontró cuando ingresó al Tribunal de Cuentas?
-Con un organismo que no estaba adecuado a un esquema institucional, porque estas variaciones de gobiernos constitucionales débiles y cortos produjeron falta de independencia y cambios constantes que no permitían transcu-rrir de forma estable con un programa y un plan institucional verdadero. Hasta la democracia era un apéndice del go-bierno, con un esquema que no obedecía a los tiempos de un estado moderno.
-¿Cómo se logra esa autonomía?
-Con el tiempo. Son varios los factores: el esquema institucional, se respeta la Constitución Nacional, cambia el go-bierno pero se respetan las instituciones; en segundo lugar, también quienes están en la conducción de este tipo de orga-nismos tienen que tratar de modernizarlos, fortalecerlos para adaptarse a los nuevos tiempos, conocer lo que se hace en otros lados y demás.
-¿Es el mismo tipo de irregularidad el que se denuncia ahora que el que se denunciaba en la década del ‘90?
EG -En aquellos tiempos no había un feedback demasiado cercano entre el organismo de gestión y el de control. Esto ocurre años después, cuando empezamos acoplarnos. No venían al Tribunal de Cuentas, iban a la Justicia. Ahora se percibe la presencia del Tribunal de Cuentas y la denuncia o el requerimiento vienen acá.
“Estrés, doctor”
-¿Cuál es la anécdota que la causó gracia en lo referente a su trabajo?
EG -Una de mis principales actividades fue dar conferencias, exposiciones, presentaciones, etc. Desarro-llábamos un programa que llamamos docencia y control. En una disertación, frente a intendentes, traté de explicar cuáles son los riesgos que hay que detectar en la gestión, en beneficio de la auditoría. Se llama análisis de riesgo. Y explicaba como ejemplo que el médico analiza también factores de riesgo: presión arterial, exceso de peso, nivel de colesterol, etc. De pronto, el intendente Amieiro de San Fernando se levanta y dice: ‘Doctor, se olvidó del ESTRES, se olvidó del ESTRES. (Risas generales). Manifestaba sin duda el ESTRES de un intendente.
-¿Tuvo algún enfrentamiento con algún funcionario o intendente a causa de irregularidades?
-No en los términos de la pregunta. Pero sí hubo hace tiempo un intendente que en nada cumplía con el Tribunal. No presentaba nada, no res-pondía nada, etc., como si el organismo de control no existiese. En una reunión en La Plata dijimos a los intendentes que en esos aplicaríamos la mayor de las sanciones. Cargo por todo el presupuesto. Así lo hicimos. Desde entonces es un municipio de cumplimiento absolutamente normal.
Control
-En comparación con la región, ¿en qué situación se encuentra el país?
-Control implica muchas cosas. No sólo tribunales de cuentas. Las leyes de administración financiera de distintos estados, en diversos países, han tendido a mejorar el sector público. Las tesore-rías que se adaptaron a la Cuenta Unica, como la de nuestra Provincia, han dado un giro sustancial para el cumplimiento de postulados globales. En el caso de nuestro Tribunal de Cuentas, fue el primero estadual que ingresó a OLACEFS, grupo latinoamericano de INTOSAI, que dicta las normas internacionales de auditoría. Hoy este Tribunal está al mismo nivel, por ejemplo, que los estaduales brasileños que son los mejores. Con el Tribunal de Cuentas de Uruguay, Contralorías de Chile y Ecuador, Paraguay, los estaduales brasileños, etc., trabajamos en auditorías compartidas a un mismo nivel. Pronto estaremos evaluándonos recíprocamente en programas especiales. Sólo el Tribunal de Cuentas de la provincia de Santa Fe viene siguiendo estos pasos. De los demás argentinos, ninguno.
-¿De qué manera se puede agilizar el funcionamiento del HTC?
-El Tribunal conoce día a día a través de sus delegaciones, la ejecución del gasto en toda la Provincia. Y en forma inmediata se le hace saber al gestor público que hizo mal y debe co-rregir. Al 31 de diciembre de cada año, el órgano controlado y el Tribunal saben de qué se trata la cuenta. Pues ambos conocen las observaciones, cuáles se corrigieron y cuáles no. Los 16 meses que corren desde el cierre hasta el fallo son a favor del ejercicio de defensa del alcanzado y no del Tribunal.
La reforma del Estado
-¿Cómo se lleva con el resto de los integrantes de la institución?
-La máxima autoridad del organismo es el Cuerpo del HTC. Un organismo colegiado, cuatro vocales y un presidente, donde todos somos uno y cada uno es diferente. Sería hipócrita decir que no tuvimos o tenemos diferencias. Pero eso resulta porque cada uno trata de dar lo mejor de sí en beneficio del organismo. Por eso la dinámica y por eso el debate. Finalmente el acuerdo y seguir adelante con nuestras coincidencias y diferencias. Los logros a todos nos pertenecen, y cuando no los hay, todos nos hacemos cargo.
-¿Cuáles considera que son los tres hitos de su gestión en el HTC?
-Primero, el intenso proceso de fortalecimiento y modernización desarrollados; segundo, haber sido reconocidos por el BID y Banco Mundial como sus auditores para los préstamos otorgados a la Provincia y, tercero, haber enfrentado todo lo que hubo que defender en cuanto a la existencia e independencia de la institución. Y algo más. Un tribunal joven, activo y propenso a los cambios.
-¿Cómo se ve dentro de 10 años?
-Si Dios me lo permite, me veo desarrollando una vida pasiva, leyendo un diario (por Internet) cuyo titular dice: ‘Formidable reforma del Estado en la provincia de Buenos Aires’. Con municipios autónomos y con potestades tributarias, se realiza el más formidable proceso de descentralización conocido. En educación, salud y seguridad, serán actores principales. La administración provincial asume la dirección y normatización de la reforma. Y controlará el desarrollo de ese proceso de transformación.