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Política Provincial
23 de febrero de 2012
EL MUNDO CIRIGLIANO

Cirigliano: de Menem a los K, con el mundo sus pies

Los hermanos Mario y Claudio, de ser herederos de una pequeña empresa de línea urbana, supieron concentrar gracias a sus relaciones, con el menemismo primero y el kirchnerismo después, gran parte de los servicios de transportes públicos de nuestro país. Claro todo esto no hubiera ocurrido si el Estado no le brindaba más de 100 millones de pesos anualmente en subsidios

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¿Cómo se puede crecer tanto en tan poco tiempo y ser poderoso?. La respuesta es incuestionable, ser amigo del poder y esto los hermanos, Mario y Claudio Cirigliano lo lo tienen muy en cuenta en cada uno de los negocios empresariales que emprenden.

En un par de décadas de ser una familia que comenzaba con una línea urbana de pasajeros, pasó a manejar gran parte de los transportes del área metropolitana y del país

En el año 2010, Agencia de Noticias CNA publicó una nota titulada “un imperio familiar llamado Cirigliano”, hoy dos años más tarde la situación no varió, y contrariamente a atacar al monopolio del transporte público, el kirchnerismo le cedió más beneficios a este apellido que como dicen a menudo los usuarios de trenes y colectivos “juegan con la vida de las personas”.

Siempre amigos del poder, los Cirigliano forman parte del incondicional empresariado K, surgido y sostenido a través de los subsidios. Si con Menem dieron el gran salto al incorporar ramales ferroviarios a sus negocios, con el kirchnerismo lograron ampliarse al sector de ómnibus de larga distancia.

A partir de 2003 giró para el lado de los ómnibus de larga distancia. La compañía que dirigen, Grupo Plaza, es el principal accionista del holding Comercio Metropolitano de Transporte (Cometrans). Empresa de empresas que en la actualidad transporta miles de pasajeros por día en Capital federal, Gran Buenos Aires y ciudades del interior.

Progresivamente y al calor del poder, los hermanos Mario y Claudio Cirigliano convirtieron la herencia paterna en un verdadero imperio familiar que hoy mueve millones, en partes amparados en los subsidios del Estado.

Siempre amigos del poder, los Cirigliano forman parte del incondicional empresariado K, surgido y sostenido a través de los subsidios. Si con Menem dieron el gran salto al incorporar ramales ferroviarios a sus negocios, con el kirchnerismo lograron ampliarse al sector de ómnibus de larga distancia.

Tener una relación tan estrecha con el Gobierno Nacional les ha valido a los Cirigliano, también, algún dolor de cabeza. El menor de los hermanos, Claudio Sergio, fue procesado por el presunto delito de dádivas en la causa en la que se investigan viajes del ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, que manejaba 600 millones de pesos mensuales en subsidios. Según se supo el avión familiar, un jet Citation 501, quedó involucrado en la causa de algunos traslados de Jaime, a Florianópolis.

También figura en la nómina de empresarios argentinos que asistieron a la Casa de Gobierno el 6 de agosto de 2007, cuando Guido Alejandro Antonini Wilson ingresó en el Salón Blanco; visita que desató el escándalo de la valija.

Junto con el mandamás de Techint, Paolo Rocca, Gustavo Grobocopatel y Carlos Wagner, ingresó para asistir a un acto que encabezaron los presidentes Hugo Chávez y Néstor Kirchner, y la entonces primera dama y candidata, Cristina Fernández de Kirchner a horas de que se conociera el decomiso de la valija con 800.000 dólares que devino en un escándalo político y judicial internacional.

El Grupo Plaza, o como se autodefine “La empresa de empresas” se inició con una unidad que lo compró Nicola Cirigliano, padre de Mario y Claudio.

Uno de sus primeros trabajos en la Argentina fue en la municipalidad porteña, donde fue conductor de camiones. Su olfato para los negocios y el conocimiento del rubro automotriz lo llevaron a comprar el interno 16 de la línea 295. Era 1959.

Al cabo de algunos años, los Cirigliano adquirieron las Líneas 61 y 62, con las que la empresa familiar comenzó a crecer hasta que en 1975, Nicola cedió la gestión a sus hijos.

Pero el gran salto llegó en la década del ‘90, cuando los hermanos Cirigliano ganaron la concesión ferroviaria con TBA. Claudio fue parte de la comitiva que acompañó al ex presidente Carlos Menem en su primera visita al Reino Unido.

En 1991 la todavía llamada Transporte Automotor Plaza, participó en la formación del holding Cometrans, como líder del proyecto que en 1994 ganaría el proceso licitatorio de Trenes de Buenos Aires (TBA). Con estas dos líneas (ex Mitre y Sarmiento) la familia poderosa del sector transportista concentra el 40 por ciento del movimiento de pasajeros de los trenes metropolitanos.

Fue en esos años, mientras los Cirigliano acudían a las invitaciones de Menem para jugar al golf, que Cometrans obtuvo la concesión del Metro de Río de Janeiro, explotación que mantuvo hasta mayo de 2007, según publicó Desafío Económico.

La formación de Cometrans les permitió también a los Cirigliano obtener la concesión del servicio de subte como accionistas de Metrovías SA, desde 1994 a 2000.

Antes, en 1993, se habían quedado con la licitación de la Fábrica Militar General San Martín, predio que utilizaron para instalar sus plantas industriales: Emprendimientos Ferroviarios SA (EMFER), para reparación y mantenimiento de carrocería de trenes y Tecnología Avanzada en Transporte SA (TATSA), para armado y refacción de vehículos para el transporte público de pasajeros.

Muestra de lo que significaron los lazos con el menemismo en el crecimiento del imperio Cirigliano es la cantidad de líneas adquiridas por Grupo Plaza en esos años: en el ‘93 compraron el paquete accionario de la Línea 143. Ese mismo año adquirieron la Línea 141 y la empresa Mariano Moreno SA (Línea 36). En el ‘94 ganaron las licitaciones de las líneas 140, 142 y 133.

En 1998 sumaron la Línea 124 y la 114. Por esos años compraron, además, el paquete accionario de la empresa de transportes Línea 104. El conglomerado de los Cirigliano parecía imparable.
Pero a pesar que el kirchnerismo intenta marcar la cancha y diferenciarse con el menemismo, en esta oportunidad todo siguió igual. Fue a partir de 2003 cuando comenzaron a sumar empresas de transporte interubarno.

Hay un relato que es vox populi en el sector transportista; habla de cómo anexaron al grupo la empresa Plus Ultra. Al parecer, después de un accidente que en septiembre de 2006 dejó 11 muertos con uno de sus ómnibus en Misiones, el empresario cordobés Ricardo Lagos empezó a estudiar la posibilidad de vender su línea de larga distancia Plus Ultra Mercobus, intervenida después de la tragedia.

Cuenta la anécdota que en octubre Lagos habría recibido una llamada de la secretaría de Transporte en la que le aconsejaban vender su empresa. Ante la respuesta del empresario de estar pensando qué hacer con la firma, el mensajero lo habría amenazado con quitarle los permisos para operar. Lagos habría dicho que ofertaría su compañía en el mercado aunque la nueva respuesta habría sido determinante: vender la empresa o quedarse sin ella. A los pocos días, Lagos vendió la línea en 28 millones de pesos a los Cirigliano.

En los últimos años, Grupo Plaza opera un total de 40 líneas urbanas; más de 21 en la Ciudad de Buenos Aires, 12 en la ciudad de Bahía Blanca y 8 líneas en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa.

Entre sus productos cuenta a las empresas de transporte urbanos, de media y larga distancia: Transporte Automotor Plaza, Mayo Transporte Automotor, Transporte Mariano Moreno, Transporte 104, Ecotrans (firma que reúne a las 10 líneas provinciales 253, 321, 322, 317, 503 y 635), Dumas Cat, Plus Ultra Mercobus y El Rápido Argentino.

También controla la empresa de viajes Pasajes Express, la compañía de servicios de tecnología informática, gerenciamiento y desarrollo de proyectos de software y tecnológicos Sig SA y la dedicada a publicidad callejera Transmedios.

Una de las premisas del kirchnerismo para ser parte es “ser leal al proyecto nacional y popular” y los Cirigliano lo fueron. Y según cuenta que en el 2003 se hicieron cargo de la colecta para el proyecto Kirchner presidente, luego estuvieron en El Calafate el día en que Aerolíneas Argentinas anunciaba aumentos de frecuencias en un acto con Cristina y Néstor Kirchner. Y también, por pedido del Gobierno, Cirigliano pagó, durante seis meses los sueldos de la desaparecida aerolínea Southern Winds, compañía que daba pérdidas y no era suya.

El grupo dice que fue una apuesta de dos millones de pesos por mes hasta que despegara Safe Flight. En una entrevista periodística le preguntaron a Mario cómo les explicó esta jugada a sus socios. “Ellos nos acompañan desde hace mucho, en los buenos y en los malos negocios”, respondió, aunque ante la insistencia sobre si podían recuperar tanto dinero contestó: “Es una pérdida para nosotros”. Pero como dice el anillo de otro kirchnerista acerrimo, José Luis Meizner (dirigente de la cúpula de la AFA) “algo queda”.

Sergio Claudio Cirigliano y su hermano mayor, Mario Francisco. Socios comerciales, herederos de la línea de colectivos que transformaron en un comglomerado de empresas, reparten los roles según su carácter.

Dicen sus allegados que Mario es el encargado de las operaciones comerciales y Claudio el de las conexiones políticas. Ambos incluyen en sus negocios a Florencia y Nicolás Cirigliano.

Por fuera de Grupo Plaza, Claudio es titular de Yaniel SA, dedicada a la cría de ganado. También posee una inversora, Invercla Inversora SA y la empresa dedicada a transacciones inmobiliarias Ibancor.

Mario, por su parte, es titular de Travel shop SA, una compañía de marketing. Ambos figuran en la nómina de socios de la inversora BCAUSTRAL.

Varias denuncias implican a empresas de los Cirigliano o a los propios hermanos. Uno de los informes más pormenorizados del veloz enriquecimiento al calor del poder vino de la mano del exdiputado provincial Sebastián Cinquerrui (CC), que denunció maniobras ilegales de los empresarios en el documento “TBA y el Grupo Cirigliano”.

“El Estado le otorga a los Cirigliano la cantidad de dinero que se necesita para arreglar los trenes. Ellos después eligen a qué empresa contratar. Así se sortea la ley de Contabilidad y el Estado no controla absolutamente nada”, denunció. “Ellos mismos presentan a las empresas que van a reparar los trenes. Todos sabemos a cuál van a elegir”, agregó

Desde la empresa respondieron que, pese a reconocer que en la mayoría de las reparaciones trabaja Emfer, su firma, no reciben el dinero en forma arbitraria ni directa como marcó Cinquerrui, sino que antes pasa por un proceso de licitación pública.

Para el Grupo Plaza el negocio es redondo: por un lado, reciben subsidios por el transporte de pasajeros y por otra parte el dinero para reparar o construir unidades nuevas y contratarse a sí mismos, luego de otorgada la licitación.

Según fuentes sindicales, se calcula que los hermanos Cirigliano han recibido subsidios, gracias a sus empresas de transportes públicos, por un valor de $1120 millones para el grupo familiar, algo así como 140 millones de pesos anuales.

Pero el último gran negocio de uno de los grupos más poderosos de los últimos tiempos no tiene nada que ver con el transporte, sino con la tecnología.

Gracias a la medida del kirchnerismo de la Televisión Digital Terrestre, el holding del cual son socio mayoritario, Cometrans, es uno de los principales beneficiarios.

El Gobierno nacional anunció en el año 2010 con Julio de Vido a la cabeza, el plan “Televisión para Todos” que representaría una inversión oficial de 1.800 millones de dólares hasta el próximo año. El costo total de los decodificadores que compró el Gobierno era de 550 millones de pesos. De los tres conglomerados empresarios a los que el Gobierno encargó la fabricación de los conversores de señal, Cometrans integra el Consorcio New Tronic, que se ubica en tercer lugar, teniendo a su cargo la fabricación de 300 mil set-top-box -tal es el nombre técnico de los aparatos.

Por otra parte, según un trabajo realizado por el reconocido y referente de Proyecto Sur, Alejandro Olmos Gaona, indica que justamente Cometrans, a través de TBA, en En reiteradas oportunidades ha comprado materiales que luego le facturó al Estado con sobreprecios que llegaron al 4000% como la renovación y puesta a punto de material rodante y parque tractor de origen japonés. Grifos de bronce con un valor de mercado de $ 3.45, fueron facturados al Estado a 138 pesos.

A pesar de la millonada de dinero que recibieron, los hermanos Cirigliano se mantienen firme con su política de no inversión y por esto en diez años (1996 a 2006) se pueden contabilizar 879 accidentes en la línea Mitre y 1198 en la Sarmiento, que dejaron, 665 heridos en las dos líneas y 1372 muertos. Todo ello por un deficitario funcionamiento de la estructura operativa (falta de funcionamiento de señales, problemas en los cruces, falta de inversión en la estructura ferroviaria.

En el último informe del año 2010 la Auditoría General de la Nación señalaba que: “las distintas resoluciones de las Secretaría de Transporte se apartan de lo establecido en los contratos y permiten una contratación directa, autorizándose. Es descomunal el monto de subsidios que recibe el grupo Cirigliano, a través de Metrovías, TBA, y los colectivos del grupo Plaza”.

Ahora habrá que esperar unos días para conocer la decisión del Gobierno nacional. Si prefiere continuar con sus políticas de apañar a los empresarios amigos, o si realmente tiene la intención de mejorar un servició que en solo seis meses se cobró más de 60 victimas fatales y que durante los ocho años de Gobierno K ha sabido crecer gracias a los subsidios estatales y la concentración monopolica que el propio oficialismo permitió.

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