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Martes, 18 noviembre 2025
Argentina
18 de noviembre de 2025
LETRA CHICA

El titanic de Kicillof y un salvavidas millonario para que el Astillero Río Santiago no se hunda

Con un presupuesto proyectado de $88 mil millones para 2026 y una estructura que destina el 95% de sus recursos a salarios, el Astillero Río Santiago navega entre la parálisis y la dependencia absoluta. Sin conducción, con internas gremiales y sin producción significativa, el debate sobre su futuro recae sobre la mesa.

El titanic de Kicillof y un salvavidas millonario para que el Astillero Río Santiago no se hundaEl titanic de Kicillof y un salvavidas millonario para que el Astillero Río Santiago no se hunda
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El Astillero Río Santiago (ARS) vuelve a ocupar el centro del debate bonaerense, esta vez por el monumental presupuesto que absorberá en 2026: $88.472.435.000, según el proyecto que envió Axel Kicillof a la Legislatura. Una cifra que contrasta con la magra producción de la empresa estatal y que expone el tamaño del esfuerzo fiscal destinado a sostener su estructura.

La preocupación se amplifica ante la falta de un rumbo productivo. Con una planta de casi 2.900 trabajadores y escasa actividad, el ARS opera cada vez más como una estructura administrativa sostenida por fondos públicos antes que como un motor industrial. En el primer trimestre de 2025, el astillero gastó más de 20 mil millones de pesos, de los cuales el 95% se destinó exclusivamente al pago de salarios. La ecuación se repite año tras año: en 2024, el gasto total superó los 70 mil millones, mientras que los ingresos propios apenas alcanzaron los 43 millones, el nivel más bajo de la última década.

El titanic de Kicillof y un salvavidas millonario para que el Astillero Río Santiago no se hunda

El presupuesto 2026 mantiene esa lógica, de los 105 mil millones proyectados, 87 mil millones irán a sueldos, 11 mil a servicios y mantenimiento, y solo 7 mil millones a inversiones de capital. Un salvavidas multimillonario que revela la fragilidad de un modelo financiado casi exclusivamente por las arcas provinciales.

Un gigante paralizado y sin conducción

Pese a los intentos del gobierno provincial por sostener la estructura y apostar a una eventual reactivación, lo cierto es que el astillero atraviesa un período de parálisis operativa. Los talleres ,que alguna vez fueron emblema del trabajo metalmecánico bonaerense, hoy funcionan más por inercia política que por dinamismo productivo.

A eso se suma la ausencia de conducción: desde la renuncia de Pedro Wasiejko, el ARS continúa acéfalo. Wasiejko, ligado a la CTA de los Trabajadores, dejó el cargo luego de finalizar apenas dos embarcaciones encargadas hace más de una década por la Armada. Desde entonces, el Ministerio de Producción, a cargo de Augusto Costa, bajo cuya órbita depende la naviera, no designó reemplazo. El vacío de liderazgo profundizó la sensación de abandono institucional.

Internas gremiales y malestar creciente

En paralelo, el frente gremial está lejos de ofrecer estabilidad. ATE Ensenada, el sindicato con mayor representación en el astillero, enfrenta cuestionamientos por el manejo de ascensos y categorías. La reciente designación de “personal superior” con sueldos que superaban los 2,5 millones de pesos generó un estallido interno: más de 500 trabajadores forzaron en asamblea la marcha atrás de las asignaciones y expusieron el desgaste de la conducción.

El episodio reavivó tensiones profundas entre la base y la dirigencia que encabezan Francisco Banegas y Lorena Benaglia, acusados de negociar a espaldas de los trabajadores en las últimas paritarias. La bronca se intensifica en un contexto en el que la Provincia declara superávit fiscal mientras mantiene congelados los salarios del astillero.

El presente del ARS no puede desvincularse de la discusión política de fondo. Mientras los presupuestos vienen en caída real desde 2019 y la inflación erosiona los ingresos del personal, crece la incertidumbre sobre el futuro del astillero de cara a 2027, cuando la Provincia enfrente un nuevo ciclo electoral.

En ese contexto, sectores libertarios impulsan su privatización. El diputado bonaerense Guillermo Castello presentó un proyecto para declarar al ARS “sujeto a privatización”, argumentando que se trata de una empresa “ineficiente, politizada y con un déficit millonario”. Según su planteo, concentra el 80% del empleo naval del país, pero solo produce el 20% del valor industrial del sector.

La iniciativa desató un rechazo inmediato. Oscar de Isasi, de ATE Buenos Aires, la calificó como un intento de “saqueo y entrega”. También Wasiejko defendió el rol estratégico del astillero y sostuvo que su futuro debería orientarse hacia la producción para defensa, offshore y energía eólica, sectores con demanda creciente.

El Astillero Río Santiago no es solo una empresa estatal: es parte del paisaje político, laboral y simbólico del Gran La Plata. Cientos de familias dependen de su funcionamiento, y la persistente falta de un rumbo claro mantiene en alerta a toda la región.

Con el presupuesto 2026 en discusión y un nuevo pedido de endeudamiento provincial sobre la mesa, el futuro del astillero promete volver a encender la disputa: entre quienes exigen eficiencia, quienes reclaman reactivación y quienes temen su desaparición. Entre tanto, el ARS sigue a flote únicamente gracias a un salvavidas multimillonario que no resuelve su principal problema: la ausencia de un proyecto industrial sostenido.

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