2 de septiembre de 2025
LA TECLA MAR DEL PLATA
Una elección que define el poder
El 7 de septiembre no solo se eligen senadores provinciales y concejales, sino que se reconfigura el poder local para dos años venideros. Se ponen en juego liderazgos,gabinetes y las alianzas.

Cada vez falta menos para las elecciones del 7 de septiembre y el clima político en Mar del Plata entra en su tramo final.
No se trata de unos comicios cualquiera: serán históricos, porque por primera vez desde el regreso de la democracia se votará en elecciones desdobladas de las nacionales, que se realizarán el 26 de octubre. Ese desajuste del calendario provocó una campaña con boletas cortas y figuras de peso encabezando las listas provinciales.
Más allá de la disputa inmediata por las cinco bancas del Senado bonaerense y las doce del Concejo Deliberante que se renuevan, el resultado definirá mucho más: el futuro de los principales liderazgos, el equilibrio interno del oficialismo, la relación de
fuerzas con la oposición y hasta la composición del gabinete local. En otras palabras, lo que ocurra en septiembre puede marcar la política de General Pueyrredon hasta el 2027.
En el centro de la escena están dos nombres ya conocidos: Guillermo Montenegro y Fernanda Raverta. El intendente busca por tercera vez medirse con la extitular de Anses, en una rivalidad que ya lo tuvo dos veces como vencedor. Esta vez, Montenegro encabeza la lista de La Libertad Avanza, tras sellar una alianza con los libertarios, mientras que Raverta lidera la boleta de Fuerza Patria.
Pero el verdadero impacto de la elección está en lo que viene después. Montenegro ya adelantó que, si es electo senador provincial, asumirá su banca en diciembre, lo que abriría un nuevo escenario en la Municipalidad. Suena, además, como posible ministro de Justicia de la Nación, un movimiento que reforzaría su proyección nacional y alimenta la hipótesis de que su mirada va mucho más allá de Mar del Plata, con ambiciones hacia la gobernación bonaerense.
Si el jefe comunal deja el Palacio, el sillón quedaría en manos de Agustín Neme, actual presidente del bloque del PRO. Ese traspaso implicaría una reconfiguración del gabinete, hoy compuesto por un delicado equilibrio de amarillos, lilitos, radicales y peronistas no K. La incógnita es doble: si Neme mantendrá el rumbo de gestión y, al mismo tiempo, si sostendrá a los mismos funcionarios. La alianza con los libertarios abre la puerta a un eventual desembarco de figuras de ese espacio, aunque todo dependerá de cuántas bancas logre asegurar el oficialismo y de si seguirá necesitando del apoyo radical.
Esa tensión atraviesa al propio “modelo Mar del Plata”, que entró en crisis después del cierre de listas. El PRO cerró su acuerdo con La Libertad Avanza, pero los radicales, liderados por Maximiliano Abad, decidieron apostar por la boleta corta y proponer a Gabriela Azcoitia como candidata, en un intento de romper la polarización y empezar a construir un proyecto propio con miras al 2027.
Del otro lado, Raverta juega una partida crucial. Con pérdida de influencia en las distintas tribus del peronismo local, un mal resultado la dejaría debilitada y abriría la cancha para nuevas figuras que pretendan representar al campo popular. Además, la derrota impactaría de lleno en los funcionarios provinciales que ella misma ubicó en el gobierno de Kicillof.
En paralelo, los libertarios llegan a la contienda en una situación cómoda: no ponen bancas en juego, pero tienen todo para ganar.
El crecimiento de su estructura se explica en buena medida por el rol de Alejandro Carrancio, vicepresidente de LLA en la Provincia. Con respaldo de la Casa Rosada y ahora como candidato a diputado nacional, se posiciona como uno de los referentes a seguir.
En definitiva, septiembre será mucho más que una elección intermedia. Los marplatenses elegirán senadores y concejales, pero lo que realmente estará en disputa es el futuro político de los principales liderazgos locales. Se ponen en juego su destino inmediato, sus ambiciones a mediano plazo y el modo en que se configurará el tablero político hasta el próximo turno electoral. Lo que suceda en las urnas será la llave para entender quién se fortalece, quién retrocede y quién queda en condiciones de dar pelea por el 2027.