24 de agosto de 2025
LA MISMA HISTORIA DE SIEMPRE
Las tasas y los caminos en la provincia
Un tuit del candidato y productor Pedro Vigneau encendió el debate sobre la carga tributaria de los caminos rurales, reflejando un malestar generalizado en el sector agropecuario por la falta de contraprestación de los municipios.

El malestar de los productores rurales con las tasas viales volvió a sumar un nuevo capítulo a través de las redes sociales. El productor y candidato a senador provincial, Pedro Vigneau, encendió la discusión con un tuit que se viralizó en pocos minutos. Allí, a través de unas fotos que muestran una camioneta en un camino lleno de barro, apuntó contra la gestión municipal de Bolívar: “El tema es que tu estado presente me está afanando la guita que le pago por tasa vial hace más de 10 años y no hace nada”.
La reacción de Vigneau no es aislada: resume un sentimiento compartido por buena parte del sector agropecuario, que asegura estar pagando una tasa sin recibir la contraprestación que debería justificarla. En la práctica, el tributo se cobra en función de la cantidad de hectáreas de cada campo, sin considerar la productividad ni el uso real de los caminos. Para muchos, se trata más bien de un impuesto encubierto antes que de una tasa vinculada a un servicio.
El problema se potencia al observar el mapa bonaerense: un relevamiento de CARBAP muestra que mientras algunos municipios no cobran tasa vial, otros aplican montos que superan los $17.000 por hectárea al año. La disparidad genera tensiones adicionales, porque los productores de un distrito pueden quedar en clara desventaja competitiva frente a los de sus vecinos, solo por la ubicación geográfica.
Los intendentes, por su parte, defienden la medida como una de las pocas fuentes genuinas de recaudación propia, necesarias para sostener obras locales en un contexto de alta dependencia de la coparticipación. Pero la contracara es un creciente descontento que se organiza en notas formales, reclamos institucionales y, cada vez más, en expresiones virales que exponen la falta de confianza en la gestión municipal.
A este panorama se suma otro elemento clave: el impacto real en la producción. Un informe sectorial estima cuántos kilos de trigo o soja se necesitan para cubrir la tasa vial según cada municipio. Allí se observa que en lugares como Chivilcoy, Colón o Necochea, la presión tributaria puede equivaler a más de 80 kilos de trigo o 60 kilos de soja por hectárea al año. Estos números ayudan a dimensionar la carga no solo en pesos, sino también en recursos productivos concretos.