Fuerza Patria, la alianza que se recicló en el peronismo a los ponchazos y casi no sale a la cancha, deberá encarar una campaña con sus principales socios totalmente enfrentados. Las pequeñas batallas que se libran hacen temblar las endebles estructuras. El armado de listas dejó heridos, pero también ganadores. Las primeras señales que anuncian que todo seguirá igual o peor.
Ante el armado del Frente La Libertad Avanza, tras la incorporación del PRO, el justicialismo se vio obligado a juntarse para dar batalla en las urnas el 7 de septiembre y luego el 26 de octubre. En ese marco, lograron avanzar en un armado en el cual las decisiones se tomaran a través de un triunvirato compuesto por Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner.
En ese sentido, encararon las negociaciones para llegar a la unidad en los 135 municipios y las ocho seccionales electorales. El esquema ideado para consensuar trajo innumerables inconvenientes ante la ausencia de una jefatura unificada y los conflictos estallaron tanto por arriba como por abajo.
En cuanto a las listas para diputados y senadores provinciales, la batalla fue sanguinaria al punto de agitar la posibilidad de una ruptura. De hecho, en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) ordenaron a su tropa que armaran boletas propias en caso de obtener un acuerdo con La Cámpora y el Frente Renovador.
La disputa seccional se trabó principalmente a la hora de elegir a los que encabezan la Primera y Tercera. En el kicillofismo se plantaron para que sean Gabriel Katopodis y Verónica Magario, pero según cuentan, todo estalló cuando el cristinismo propuso a Mayra Mendoza en lugar de la vicegobernadora. El corte de energía llegó para dar oxígeno y tiempo y así llegar -con la lengua afuera- a un acuerdo.
La hipótesis que manejan varios en el peronismo es que una buena elección les permitiría sostener 29 bancas en la provincia de Buenos Aires y 15 en la Cámara de Diputados nacionales. En concreto se tratan de los mismos números que obtuvieron en la elección del 2021, cuando Victoria Tolosa Paz (Frente de Todos) fue derrotada por Diego Santilli (Juntos).
Sobre esa base es que pensaron el reparto de nombres para las Cámaras de Diputados y Senadores. Con Kicillof asegurándose a Katopodis y Magario como cabeza de boleta junto a Diego Nanni en la Segunda mientras que las otras cinco seccionales las encabeza el kirchnerismo, el tablero implicó un saldo positivo para Cristina Fernández de Kirchner y un balance para nada despreciable para el massismo.
Según indicaron fuentes del oficialismo a La Tecla, dentro de los lugares expectables un total de 15 quedarían para La Cámpora, 9 para el MDF y 5 para el Frente Renovador. Este reparto podría tener alguna pequeña variación, pero lo concreto es que el cristinismo se quedó con la mayoría ante el kicillofismo. Incluso, otras voces dicen que terminaría con 14 cristinistas, 8 kicillofistas y 8 renovadores.
“Es el precio por sostener la unidad”, sentenciaron desde el entorno del Gobernador ante el reparto de legisladores. Asimismo, manifestaron que “nosotros no peleamos por encabezar, pero sostener la unidad costó horrores”. Así se configura la primera lectura que hacen desde el kicillofismo.
Otro detalle a tener en cuenta es que en la lista Tercera en segundo lugar quedó Facundo Tignanelli y en el tercero Mayra Mendoza. Con la candidatura testimonial de la Vicegobernadora abre la puerta para el ingreso de otra figura, pero el camporismo se hará fuerte con dos dirigentes de la mesa chica. También aparece Mariano Cascallares en la nómina por el MDF y algunos hablan que podría ser propuesto para presidir la Cámara baja.
El actual jefe de bloque de diputados y la intendenta de Quilmes reforzarán la línea de La Cámpora en el parlamento y se paran como dos figuras claves que le marcarán la cancha a Kicillof desde la vereda de enfrente. El tándem será clave para la vida política legislativa y desde el MDF deberán prestar atención a los movimientos.
“Está todo roto, todo mal”, dijo una voz del interior del kicillofismo ante los hechos acontecidos. Además, sostuvo que “quiero ver cómo va a evolucionar, dicen que está todo roto, que se termina en noviembre. Unidad no hay”. En esa sintonía, aseguró que “no se cómo piensan ganarle a Milei si fue una payasada”. Sobre el reparto de legisladores, afirmó: “Encima La Cámpora se queda con casi todo en todos lados”.
Otro desafío que le aparece al Gobernador es cómo contener a la tropa que quedó afuera de las listas y que estaban convencidas de que se enfrentaría con todo a La Cámpora. Si bien se había adelantado que podrían contener con lugares en el gabinete, los ánimos están caldeados a la espera de respuesta que los conforme.