La alianza Somos Buenos Aires no “prendió” en forma universal. Una intendenta prefirió asociarse a dos libertarios “blue”. Un dirigente distrital con historia eligió la boleta corta. Y en dos distritos, los boina blanca se pegan a la alianza del PRO con LLA.

Radicales díscolos: los que no entraron en el armado de centro

Con mucho esfuerzo, la Unión Cívica Radical (UCR) bonaerense logró concretar una alianza de centro con la que busca disputar un lugar en medio de la polarización que tiene de un lado al PRO junto a La Libertad Avanza (LLA) y del otro, al peronismo unido. Pero no todos los radicales se quedaron contenidos en ese esquema.

Una de las sorpresas la dio la joven intendenta de Adolfo Gonzales Chaves, Lucía Gómez, quien “se fue” con tres legisladores de origen libertario que, tras abandonar al mileísmo para conformar los bloques de Unión, Renovación y Fe (URF) en la Legislatura, ahora tampoco se quedaron con ese grupo y conformaron el frente Nuevos Aires.

Se trata de Gustavo Cuervo, Fabián Luayza y Viviana Romano, quienes ahora ya tienen una “pata radical” en su nuevo espacio.

Por otra parte, un histórico del radicalismo (literalmente, ya que fue intendente luego de que su padre ocupara el mismo cargo) tampoco quiso sumarse a la “tercera vía” acordada por la conducción boina blanca y optó por la boleta corta en su distrito, que es San Isidro.

Porque hablamos de Gustavo Posse, el exintendente que aún cuenta con adeptos en el partido y que encabezaría la lista por fuera del acuerdo de centro.

En tanto, en dos municipios bonaerenses, los dirigentes de la UCR se inclinaron por mantener el acuerdo que tienen con los intendentes proístas desde los tiempos de Juntos por el Cambio (JxC) y quedar dentro de la alianza que el partido amarillo suscribió con LLA. Esto ocurrió en Pergamino, donde gobierna Javier Martínez, y en Zárate, distrito comandado por Marcelo Matzkin.

Las urnas de cristal

Tras el cierre de listas para los comicios de septiembre y octubre quedó evidenciada la disparidad de representación de las candidatas femeninas. La paridad es ley, pero son muy pocas las que encabezan la boleta de los diferentes espacios políticos. Las cifras.

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