ECONOMIA
La Tecla
Redacción
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Los procesos se viven como un River-Boca, se banalizan. No importa la justicia de la resolución, ni la prueba, ni la imparcialidad, ni los argumentos. Importa si el imputado es alguien que no quiero o no me gusta o que quiero y me gusta. En un caso deseo que lo condenen y en el otro que lo absuelvan. No es racional, es pasional. Se habla y se opina de causas judiciales sin conocer las actuaciones”, aseguró el legislador boina blanca.El descreimiento social y la desconfianza en el sistema judicial provocan situaciones como las que vivimos en estos días.
— Diego R Garciarena (@dgarciarena) June 10, 2025
Los procesos se viven como un River-Boca, se banalizan. No importa la justicia de la resolución, ni la prueba, ni la imparcialidad, ni los argumentos.…
Al respecto, añadió que “lo paradójico es que siempre son los mismos jueces que, cuando fallan como me gusta son juristas y cuando fallan como no me gusta son corruptos. Hay descrédito en la política, no es una novedad. Pero también lo hay en el Poder Judicial y eso nos coloca en un complejo lugar”.