7 de junio de 2025
NOTA DE TAPA
Legislatura: escenario hostil donde el gobernador registra pequeñas victorias
A la espera de que se trate la reelección de legisladores, el gobernador ganó batallas en el parlamento, aún con desventaja numérica.

“Nuestra postura es que debemos ir ganando batallas. Sale lo que dice Axel o no sale nada”. En la voz de un intendente del kicillofismo se resume toda la estrategia que ha llevado al Gobernador a sentirse cada vez más empoderado internamente y empuja a su sector a animarse a cortar lazos con el cristinismo.
Las quejas permanentes del Ejecutivo acerca de las trabas que le ha impuesto la Legislatura, y que en el Parlamento niegan, son una parte clave en la batalla interna. Y allí Kicillof anota victorias inesperadas y espera una más, que podría ser definitiva.
El mandatario está en clara desventaja, con apenas un puñado de legisladores que responden al Movimiento Derecho al Futuro, y varias leyes quedaron trabadas, además de la no aprobación del Presupuesto y la Ley Impositiva. Y es probable que ahora pase las de Caín el nuevo pedido de endeudamiento que descansa por ahora en el Senado.
Sin embargo, como señaló La Tecla en su edición del 20 de mayo, hay pequeños triunfos que envalentonan al Gobernador. Señalan particularmente dos: quebró la voluntad cristinista de trabar el desdoblamiento y, con ayuda de la Justicia, logró que se cambiaran los plazos electorales.
La tercera batalla se juega por estos días, y es por las reelecciones indefinidas. Aunque el Senado avance en las reelecciones de los legisladores y concejales, para el Ejecutivo bonaerense esa ley no debe salir así. “O es para todos o no es para nadie”, dicen cerca del Gobernador, respecto a que si se modifica la normativa también debe incluirse a los intendentes.
Para el kicillofismo es clave que las reglas las ponga el Gobernador, pese a estar en minoría legislativa. Claro que, en el Parlamento también tienen la llave de varias cuestiones de suma importancia, como el mencionado endeudamiento y algunas otras leyes que el Ejecutivo asegura necesitar pero no puede destrabar.