La Tecla
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Vía la Tecla Patagonia
Cada tanto aparecen algunas historias que, de una forma o de otra, erizan la piel. Una de ellas es la de Carolina Lanusse, conocida como Lola, nieta de Agustín Lanusse, quien fuera presidente de facto de Argentina entre 1971 y 1973, en pleno proceso de la última dictadura cívico militar.
En el día de ayer, se presentó el libro “Volver a la montaña”, una biografía que retrata la vida de Lola, el cual tiene numerosos hechos muy personales y que también revela su pasión por San Martín de los Andes, ciudad en la cual vive actualmente y se encuentra en pareja con el exgobernador de Neuquén, Jorge Sapag, de alguna manera volviendo a estar cerca de una persona muy ligada a la política, ya que actualmente es presidente de la Convención del MPN.
Uno de los aspectos sin lugar a dudas más crudos de la autobiografía de Lola Lanusse se remonta a los abusos sufridos por su padre Gustavo, hijo del expresidente de facto. En ese apartado cuenta que, al hablar con sus abuelos acerca de lo que sucedía, no obtuvo la contención que esperaba, lo cual derivó en que escapara de su casa.
En una entrevista con Clarín, contó que “mi abuelo parecía impenetrable por esa coraza que tenía. Creo que no supo cómo demostrar cariño. Sin embargo lo sentía. Era torpe en sus demostraciones, pero te lo hacía sentir con otro tipo de actitudes”.
En el año 2001, Lola Lanusse tuvo un hijo de nombre Nicolás y tomó la decisión de viajar por el mundo hasta asentarse en lo que define como su lugar en el mundo: San Martín de los Andes.
En el año 2016, instalada en la ciudad patagónica, tuvo una resonancia a raíz de recurrentes dolores cervicales, los cuales derivaron en un tumor originado por una ependimoma pulmonar.
“Cuando me lo dijeron lo tomé como un regalo que me hacía mi alma para poder tocar fondo, conocer mis oscuridades, mis sombras y salir de ahí. Estaba la posibilidad de no sobrevivir a la cirugía”, expresó Lanusse, y agregó que “todavía tengo insensibilidad en algunos dedos de las manos y del ombligo para abajo, pero recuperé completamente la motricidad. Y fue un proceso muy largo”.
Finalmente, Lola Lanusse comenta que “el mensaje del libro es compartir la experiencia que viví de la manera que mejor me salió. No es para dar consejos porque no soy capaz de hacerlo y no me corresponde. Pero si a alguien le resuena y tiene ganas de salir de la cama porque está deprimido y mirar la luz del sol, yo me voy a sentir infinitamente agradecida”.