Estacionamiento medido, en números: la irrisoria entrega de un servicio millonario en Mar del Plata

Por flujo de dinero e impacto en la vida cotidiana, las licitaciones suelen ser un tema candente dentro de la agenda política. Estas semanas, General Pueyrredon se debate por la privatización de un servicio que lleva poco más de 10 años bajo el comando del municipio: el estacionamiento medido. Como informó La Tecla, el camino ya estaría allanado para los empresarios Maximiliano Kunz (titular de Grupo Núcleo y otras empresas, procesado por lavado de activos en una causa vinculada a Venezuela), Jorge Pérez (ex-mandamás de Canal 10 hoy titular de Canal 8) y Juan Pablo Reverter (del rubro de la construcción y viejo conocido del Legislativo por las excepeciones).

En el repaso de los números, la privatización del estacionamiento medido se torna, al menos, irrisoria. El servicio, que cuenta desde hace algunos años con una aplicación, no implica prácticamente costos para la comuna. Respecto a los ingresos, los números son siderales. A $280 por hora (en un rango que llega hasta 10 cómo máximo), multiplicado por 20 autos la cuadra, el medido genera entre 10 y 12 millones por día con el trazado actual. 

La elevación del número lleva a 60 millones semanales, 240 mensuales y la frondosa cifra de $2.880.000.000 anuales. Dicho monto no se detiene ahí. Por un lado, los privados podrían optar por extender la zona de influencia más allá del macro-centro a zonas como Güemes, Constitución, el puerto o San Juan, multiplicando varias veces las ganancias. Por otra parte, hay un segundo ingreso vinculado: las multas por infracciones, de las cuales el 22% quedan para el Juzgado de Faltas y el 78% para el prestador del servicio. 

Fuentes técnicas revelaron a este medio que el único servicio que en la actualidad se vuelve difícil de sostener para la comuna es de las grúas, con un costo de 50.000 o 60.000 dólares cada una. La interrogante queda abierta, ¿por qué no solo licitar el acarreo -como ocurre en CABA- en vez de todo el sistema?

Al momento el expediente tuvo un solo tratamiento dónde no hubo intercambios ni alocuciones ni en el oficialismo ni en la oposición, un nuevo caso de superación circunstancial de la grieta.