Que si una es dura y el otro blando; que si Schiaretti sí o no; que si Espert sí, pero con condiciones, todo sirve de excusa para que las huestes de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich se arrojen granadas a poco de cerrar las listas y las candidaturas en el PRO.
El clima caliente, atizado en las últimas horas por la jugada del jefe de Gobierno porteño de sellar un pacto con el gobernador cordobés (bloqueado por los halcones, quedaría postergado para luego de las PASO-, es visto como una amenaza para los jugadores bonaerenses del espacio amarillo.
“Tenemos que esperar que terminen de acordar arriba para tomar definiciones”, asegura la casi totalidad de los miembros de la conducción provincial. Entre las cuestiones pendiente está la posibilidad de que los intendentes no tengan competencia interna donde gobiernan y que pueda “colgarse” de las boletas del larretista Diego Santilli y el bullrichista Néstor Grindetti.
En medio de tironeos en todos los sentidos, el titular del bloque PRO en Diputados, Cristian Ritondo, demora una definición, tras ser desairado en su intento por ser el hombre de la exministra de Seguridad para buscar la Gobernación.
Horas de debate, decenas de reuniones con su tropa bonaerense y con los precandidatos al sillón de calle 6 no han sido suficientes para inclinar la balanza hacia un lado u otro. Aunque su ejército -la mayoría, al menos- prefiere jugar con los “halcones”, Bullrich no llega a definir el apoyo de quien tiene, a su juicio, un apetecible armado territorial.
Diego Santilli y Néstor Grindetti, precandidatos a Gobernador.
Ella, tanto como el jefe de Gobierno porteño, han movido fichas, ofreciéndole al exministro de Seguridad de María Eugenia Vidal ser primer candidato a diputado o senador y lugares para sus hombres en las listas.
La exgobernadora provincial decidió, tiempo atrás, bajarse de la carrera presidencial, teniendo esporádicas apariciones públicas y volcando su opinión sobre la realidad nacional y provincial a través de las redes sociales.
En las últimas horas volvió a mostrarse equidistante de las polémicas generadas con temas como el de Schiaretti, y asumió que, hoy por hoy, no está en la mesa de las decisiones fuertes. “En política algunas veces te toca ser Messi, otras veces ser el ‘Dibu’ Martínez, otras veces te toca repartir agua”, fue la frase que resonó.
La aguatera aseguró que tiene opinión y hasta preferencias entre Rodríguez Larreta y Bullrich, pero que prefiere no hacerlas públicas. Todo “en pos de defender la unidad, que salvemos diferencias. Esa es mi prioridad”, explicó.
Sin embargo, en las entrañas del partido aseguran que hace tiempo viene manteniendo un diálogo fluido con el mandataria porteño. “No es asesora, pero Horacio la escucha, tiene mucha experiencia y gobernó una provincia enorme y gigantesca”, sostienen.
Para muchos es una señal que su exlugarteniente, Federico Salvai, otrora jefe de Gabinete durante su gestión, esté trabajando en las sombras en la campaña del “Pelado”. Tras la salida del Gobierno se dedicó a la actividad privada, creando una consultora y sin ninguna aparición pública ni partidaria.
Si, finalmente, la hipótesis de un vidalismo bancando al larretismo se confirmase, ¿cómo resolvería Ritondo, hombre fuerte de la gestión vidalista, un eventual apoyo a Grindetti? Desde lo político, claro, porque ambos mantienen una amistad y una pasión en común: el fanatismo por Independiente.
No pareciera ser un camino fácil que transite un camino diferenciado al que indique Vidal, aunque en el diccionario de la política la palabra imposible no figura. Y un apoyo a Santilli implicaría contradecir el clamor de su tropa, cuando buena parte de ella ya trabaja con los referentes de Bullrich, especialmente en el Conurbano.
Queda para el terreno de la especulación y de la tensa espera que una teoría sea contrastada con la realidad. Suena alocada, aunque algún dirigente amarillo no la negó ante la consulta de La Tecla.info: la de poner los huevos en las dos canastas.
“Puede ser que Cristian no se incline públicamente por alguno de los bandos, o que lo haga a título personal y deje librado a cada dirigente apoyar a uno o a otro. Aunque suene raro, o a poner los huevos en ambas canastas, nada es descartable, y así él y Vidal se asegurarían de tener a los suyos en la lista ganadora. Hay que esperar, no queda otra”, sostuvo.
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