PRO bonaerense: una foto con sabor amargo, caras de pocos amigos y pronóstico reservado

El PRO bonaerense realizó una nueva reunión de su mesa de conducción y esta vez fue en La Plata. El objetivo primordial por estos momentos es calmar las aguas que descienden virulentas desde arriba. No obstante, en el encuentro se notaron gestos adustos a pesar de la foto en la que quisieron mostrar unidad ante el kirchnerismo. El impacto en los municipios, una de las principales preocupaciones.

El cronograma de la reunión había sido dado a conocer con anticipación. El Salón Dardo Rocha del hotel Howard Johnson fue el escenario. Según lo estipulado a las 11:30 era la recepción , a las 12 el comienzo del cónclave, a las 13 el almuerzo, 14:30 la foto grupal y a las 15 la ronda de medios.

Sin embargo, lo ocurrido fue distinto a lo planeado. Pasadas las 12.30 ingresaron los últimos participantes y algunos optaron por dialogar con la prensa. Todo cambió y minutos antes de las 14 bajaron los asistentes para sacarse la foto en el lujoso patio del hotel y armar la rueda de prensa de la que participaron Julio Garro, Soledad Martínez y Silvia Lospennato.

Cuando bajaban por las escalares para dirigirse hacia afuera los gestos de los protagonistas eran adustos y con una tensión evidente. No pasó desapercibido el breve diálogo que mantuvieron a solas los dos precandidatos a gobernador: Diego Santilli y Cristian Ritondo. Gestos de seriedad que marcaban una postal de la batalla interna que atraviesa el PRO.





El momento de la fotografía quizás fue el instante en el que más intentaron disfrazar el clima de pocos amigos reinante. Con algunos chistes entre ellos, el objetivo de mostrar distensión ante la prensa quedó trunco.

Otra mini charla que fue llamativa fue la de Ritondo con la del intendente de Olavarría, Ezequiel Galli. Es conocida la disputa territorial entre ambos en un distrito clave de la Séptima Sección Electoral.

Otro aspecto que fue tenido en cuenta y generó malestar fue la poca presencia de alfiles de Patricia Bullrich. Incluso, despertó alguna queja que se dejó trascender al remarcar que solo había un representante. 

Fuentes consultadas por La Tecla no negaron el clima tenso, pero lo vincularon con momentos propios del escenario electoral y bajaron la espuma. Al respecto, manifestaron que "son momentos de negociaciones, de charlas antipáticas muchas veces". Además, indicaron que "esto tiene un único fin y horizonte de que la situación se acomode, pero son momentos álgidos".

De esta manera, la pelea encarnizada protagonizada por "halcones" y "palomas" que se expresa en la batalla por la carrera presidencial entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta mete presión hacia abajo. La preocupación pasa por sostener los distritos pintados de amarillo sin que la interna beneficie al kirchnerismo. Lo mismo sucede a nivel provincial. El objetivo es encontrar los caminos para subsanar los problemas, pero hasta ahora el pronóstico es reservado.