Argentina
Jueves, 28 marzo 2024
¿MISIÓN IMPOSIBLE?
11 de septiembre de 2022

Massa, el economista: expectativas vs. realidad

La otra agenda, la económica, atraviesa momentos claves con Sergio Massa como líder del área en el Gobierno. A poco más de un mes de su asunción, su gestión es puesta bajo la lupa mientras se esperan resultados. Inflación, salarios, dilema cambiario, reservas flacas y cómo cumplir con el FMI, algunos de los problemas a resolver.

Tiempos de convulsión política y social se viven en el país tras el intento de asesinato a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Mientras el oficialismo y la oposición gastan todas sus energías en una batalla encarnizada que profundiza la grieta, aparece en el radar una agenda paralela: la económica. Hace poco más de un mes Sergio Massa fue el bendecido para hacerse cargo del Ministerio de Economía con la difícil tarea de desactivar una bomba a punto de estallar. Luego de las expectativas que generó, el tigrense despliega sus primeras herramientas en busca de resultados. ¿Podrá enderezar el barco?

No es ninguna novedad que en las encuestas de opinión pública que suelen circular en el ambiente político se marca que una de las principales preocupaciones de la población es la economía. Nada sorpresivo si se tiene en cuenta que los niveles estrafalarios de inflación –que algunos estiman podría llegar a tres dígitos a fin de año- golpean de lleno al poder adquisitivo de los salarios.
 
También aparecen otros problemas en el medio. Por caso, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y todo lo que se desprende de la pesada herencia que dejó la administración de Mauricio Macri. Cómo pagar la deuda y de dónde sacar dólares es una de las grandes preocupaciones. Al mismo tiempo, se suma la compleja tarea de reducir los subsidios a la energía y su consecuente suba de tarifas.
 
El vínculo siempre conflictivo con los sectores más concentrados del agro es un aspecto más a tener en cuenta. De aquí además, al margen de las acciones especulativas de los empresarios, se ramifica el inconveniente del precio de los alimentos y de la brecha cambiaria por la que algunos exigen una brusca devaluación. 
 
Bajo este cuadro de situación -enunciado brevemente- es que Massa se hizo cargo del Ministerio de Economía. La misión de desactivar una bomba en la previa a un año electoral tiene el aval de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Con un peso político y un consenso mayor al que poseían sus antecesores, es la última chance para intentar encauzar el panorama.
 
Al respecto, varios economistas dialogaron con La Tecla y dejaron sus impresiones sobre la gestión del Ministro. Con algunos matices, coincidieron en que posee una agenda que lo acerca más a Estados Unidos y que implementa una receta clásica para achicar gastos. No obstante, señalaron que el problema de la inflación y los salarios son cuentas pendientes hasta el momento. 
 
Por supuesto, dejan abierto el escenario en función de lo que dicte el clima político en el país. Un tema no menor luego del atentado contra la Vicepresidenta y la profundización de la polarización entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.



RICARDO PANZA
“Una impronta más amigable con Estados Unidos y Europa Occidental”

El economista Ricardo Panza realizó declaraciones a La Tecla y expresó que Massa “está paulatinamente imponiendo la impronta de una relación económica más amigable con Estados Unidos y con Europa Occidental”. Entonces, explicó que “se propone el cumplimiento irrestricto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, del cual no se ha solicitado revisión de metas; ha acudido al BID a efectos de destrabar créditos para el país, los que habían sido bloqueados por recelos políticos previos; está visitando empresas extranjeras y disertando en cámaras comerciales a efectos de atraer inversiones”. 

“Todas estas cuestiones no formaban parte del menú de opciones del ala más radicalizada de la coalición gobernante, pero resultan imprescindibles para encauzar el rumbo económico del país”, añadió.

Sobre las medidas que tomó hasta el momento, consideró que “habría que diferenciar entre las medidas ‘urgentes’ y las ‘importantes’. Entre las primeras, se destaca claramente la obtención de un financiamiento de 1.200 M USD del BID, el que será destinado en forma inmediata a fortalecer las reservas, y el establecimiento de un tipo de cambio promocional, diferencial y transitorio para estimular la liquidación de exportaciones provenientes de la cosecha de soja. Entre las segundas, puede destacarse el inicio de un proceso de ajuste fiscal, consistente en el congelamiento de las partidas subejecutadas y la suspensión de incorporaciones adicionales de personal al Estado Nacional y organismos descentralizados, y la campaña para la atracción de inversiones extranjeras, así como la búsqueda de financiamiento para motorizar proyectos importantes para el potencial exportador argentino, entre ellos, Vaca Muerta”.

Más adelante, dijo que “los acontecimientos políticos turbulentos recientes, tales como el atentado a la Vicepresidenta, y el persistente disenso político entre gobierno y oposición, respecto a este y otros temas, han empañado un poco el éxito comparativo de esta gestión”. Luego, remarcó: “En resumen y por el momento, podría decirse que está cumpliendo con creces las escasas expectativas creadas en torno a su designación”.

Sobre las políticas para achicar el déficit fiscal, afirmó que “claramente estamos frente a un ajuste clásico, basado en la reducción del gasto y el freno a la emisión monetaria como fuente principal del proceso inflacionario. En el mismo sentido, la gestión del Banco Central se ha alineado con este objetivo, en el sentido de impulsar, ya en tres oportunidades, un aumento en las tasas de interés de referencia, con la finalidad de atraer el sistema hacia las inversiones en moneda local y desalentar el exceso de demanda de moneda extranjera”. 

Sobre la economía que se viene para los próximos meses, evaluó que “los riesgos inminentes de un proceso devaluatorio desordenado se estarían disipando y dando lugar a un pasaje más ordenado de aquí a fin de año”. 

“Por ahora, hay ‘aire’ para continuar. En el futuro, se ve inevitable una aceleración del ‘crawling peg’ (mini devaluaciones periódicas), con tendencia a una reducción de la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo, y un proceso lento de unificación cambiaria en algún valor intermedio entre los dos extremos vigentes hoy. Ahora, es difícil de predecir en qué medida las tensiones políticas de un proceso preelectoral pueden afectar el curso de este proceso”, concluyó.



IVÁN CARRINO
“La gestión de Massa está generando ciertas expectativas favorables por ahora”

El economista Iván Carrino, titular de YCYAsociados, dialogó con La Tecla y se refirió a la gestión de Massa en Economía. Al respecto, dijo que “en Argentina todo ha sido tan irracional que algo de ‘normalidad’ llama la atención. La gestión de Massa está generando ciertas expectativas favorables (medidas por la baja del Riesgo País, del dólar blue y de la brecha cambiaria) por ahora. Esto tiene que ver, a mi juicio, por el cambio en la política monetaria, y anuncios que, aunque no fueran muy distintos a los de sus antecesores, ahora parecen gozar de mayor credibilidad producto del poder político que se le dio al ministro”.

En cuanto a las medidas que aplicó, sostuvo que “la suba de la tasa de interés al 69% con perspectivas de nuevos aumentos sin duda es una medida concreta. Luego, la remoción de funcionarios ultrakirchneristas de la Secretaría de Energía y la implementación finalmente del ajuste de tarifas (aunque parcial y en un esquema de segmentación ridículo), también genera expectativa de que va a poder mejorarse el frente fiscal”.

“Hay un ajuste en la parte monetaria y algo en lo fiscal. Pero, como se sabe, no hay reformas de fondo ni cambios radicales. En ese sentido, la realidad se quedó un poco corta respecto de algunas expectativas de cambios más importantes. Pero con estas pocas decisiones, por ahora, las variables financieras mejoraron”, añadió.

Sobre las expectativas de la economía  hacia fin de año, señaló que “podría llegar a transitar un camino de mayor tranquilidad. Menos brecha, inflación a la baja y una continuidad del rebote económico. Todo esto si la política electoral no ‘mete la cola’, por supuesto, algo que suele ocurrir en nuestro país”.


MIGUEL PONCE
"Estamos viviendo uno de los ajustes más duros de las últimas décadas"

El economista Miguel Ponce conversò con La Tecla y sobre los movimientos de Massa sostuvo que "no quiero usar la palabra esperanza, pero se abren expectativas a partir de que se completó el equipo con Rubinstein. Hay dos grandes logros. Por un lado, lo que se logra con la liquidación de la cosecha del campo y  con el viaje a Estados Unidos. Massa está haciendo lo que había prometido Guzmán y Batakis pero con más poder político".

"Con respecto al viaje a Estados Unidos se ha logrado más de lo que se pensaba. Consiguió aportes del BID y del Banco Mundial que no estaban previstos. Marchamos hacia los números de recomposición de reservas en el Banco Central", añadió.

Asimismo, detalló que "el dato curioso es que con el BID se obtuvieron 1.200 millones de dólares de libre disponibilidad. Es lo que generó duda porque en general todas las aplicaciones de fondos están vinculadas a proyectos. Me parece que no es un tema menor".

También consideró que "con respecto al campo, los beneficiados son los grandes exportadores y los pequeños productores están con muchísimas dudas. También surgen dudas en las economías regionales y hay sectores que reclaman dólar para su actividad. Es posible que se vengan tiempos de dólares definidos de manera arbitraria".

Más adelante, Ponce resaltó que "las medidas de mayor peso hasta el momento tienen que ver con la elección del viceministro, Gabriel Rubinstein, que es una definición política de primera envergadura. La otra medida es el viaje a Estados Unidos".

En cuanto a las proyecciones de la economía, explicó que "estábamos arriba del Titanic, bailando en la cubierta, mientras teníamos al frente el iceberg con riesgo de colisión. Hoy, a esta altura, se puede exhibir un logro concreto: las posibilidades de una devaluación inmediata y de una colisión se han desplazado por lo menos por ahora".

Sin embargo, advirtió que "se están cortando las partidas de las áreas no ejecutadas y lo más preocupante es lo que sucede en salud y educación. Lo más importante en términos políticos son los recortes de las obras a las provincias".

“Ya entramos a una estanflación. Es decir, recesión con alta inflación. Esto confirma que terminamos el año con tres dígitos de inflación y en un proceso recesivo. Vamos a tener caída del poder adquisitivo porque las paritarias no van a revertir esta situación", agregó.

A su vez, adelantó que "si no hay un plan de estabilización consensuado tendremos una inflación creciente. Los salarios van a seguir perdiendo. Cuando vuelva Massa de Estados Unidos tendrá que tomar decisiones. Una de ellas es que pasa con el famoso bono, como quiere el Instituto Patria, o se hace lo que plantea un sector de la CGT". 

"La inflación es el ajuste. Estamos viviendo uno de los ajustes más duros de las últimas décadas y por eso no hay grandes quejas del FMI porque la inflación es funcional al ajuste y metas planteadas por el Fondo. Se licúa el endeudamiento y se produce el achicamiento de los ingresos", finalizó.

 

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