Argentina
Sábado, 20 abril 2024
POLITICOS EN PIJAMA
7 de marzo de 2021

Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro”

De los tópicos para hablar, el intendente de Junín respondió a todos. Abierto, charlatán y memorioso, el alcalde puso el foco en la familia como su todo. Sus hijos, la relación con su esposa, sus amistades y anécdotas juveniles.

Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro” - La Tecla
Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro” - La Tecla
Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro” - La Tecla
Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro” - La Tecla
Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro” - La Tecla
Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro” - La Tecla
Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro” - La Tecla

El intendente de Junín, Pablo Petrecca, trasmite con confianza y valores sus tópicos en la vida. De familia muy creyente, el alcalde no se privó de palabras para recordar anécdotas con amigos y revivir comidas junto a sus padres pastores, para correrse por un momento de los trajines de la política.


- Pablo, estudiante para contador en la Universidad Nacional de La Plata, ¿cómo fue esa experiencia?

Si bien mi título es de la Universidad Nacional de La Plata, estoy graduado en económicas, físicamente estudié en Junín. En ese tiempo estaba el Centro Universitario Regional de Junín, y con la Universidad Nacional de La Plata y la UBA trajo carreras, entre ellas la de contador, con lo cual yo tuve, como tantos otros juninenses, el placer de estudiar en Junín con profesores de primer nivel, porque los titulares de cátedra daban las clases. Sí cada tanto viajaba para adelantar alguna materia, o porque en La Plata había más posibilidades mensuales de rendir finales que a lo mejor en Junín era más acotado. 

Viajaba permanentemente a La Plata pero no viviendo allá. Sólo iba para rendir algún recuperatorio o adelantar algún final. Tuve el placer de estudiar en mi ciudad la carrera que siempre anhelé y que amo. En definitiva eso fue también el esfuerzo y antecedente de que hoy Junín, a partir del año 2004 tenga una Universidad Nacional, que es la Unnoba, ese ente es el Centro Universitario Regional. 

- Cuando venías acá a La Plata ¿En dónde te quedabas?

Con algún amigo íbamos a algún departamento de quienes vivían allá, o en algún hotel. La mayoría de las veces íbamos ida y vuelta: íbamos allá con otros amigos, rendíamos y nos veníamos 

-¿Todo en el día?

La mayoría de las veces sí, exacto. Excepto que los finales fueran seguidos, nos quedábamos en un departamento de algún amigo, no alquilando, y si la ocasión daba, en algún hotel pero no más que eso. Eran épocas de estudiante, de "vaca flaca", así que había que minimizar los costos.

- ¿Y cocinaban ustedes o salían a comer afuera?

Generalmente salíamos a comer afuera, algo rápido. Sino, siempre algún amigo que vivía allá era el encargado de comprar algo, yo era invitado. La mayoría de las veces comíamos comida rápida, mismo en el comedor de la Universidad, en Calle 6. No sé cómo estará ahora, pero antes tenían un muy buen servicio. La mayoría de las veces aprovechábamos y, entre papeles y apuntes que siempre uno está leyendo hasta último momento, almorzábamos, picábamos algo ahí.

- ¿Tenés alguna anécdota de algún parcial que haya sido muy complicado, o que te hayas quedado dormido para ir a rendir o similar?

(Risas) Sí, hay muchas, la verdad que sí. Te cuento una: una vez que vine a La Plata a adelantar un examen, un día me pasó que en Junín rendí Finanzas Públicas y me habían desaprobado. La verdad que yo estaba convencido de que no era un final para desaprobar, con lo cual pedí, en ese momento con el centro de estudiantes, Franja Morada, que por favor revisaran el final porque estaba convencido de que el parcial que había hecho era bueno, no era para un diez, pero no para desaprobar.

 Además, después charlando con otros amigos con que había estudiado, habíamos puesto casi las mismas ideas y respuestas, ellos habían aprobado y yo no, algo mal había. Por eso pedí una revisión, pero como al otro mes abrían la fecha en La Plata, me fui a rendir. Resulta que rendí y aprobé en La Plata, con un 7 creo, y a la semana me llega la revisión de Junín, que había aprobado también, con un 5, con lo cual de los dos parciales me quedó la nota del 5.

- ¿No te hicieron un promedio?

 No, nada. Esa es la anécdota, rendí el mismo final dos veces, y me quedó la nota del primero, que fue en Junín 

- Como para que no cupiera duda, que tenías razón, estaba aprobado

 Como verás, tampoco me sobraba mucho, pero bueno... 

-Pero estaba aprobado, estaba bien

 Sí, sí

 - ¿Seguís teniendo contacto con tus ex compañeros de facultad?

Sí, un grupito de Junín. Con muchos seguimos trabajando, compartimos el mismo trabajo, incluso nos recibimos juntos. Éramos seis amigos muy unidos y con 5 nos recibimos el mismo día. Veníamos estudiando todo juntos y hasta planificamos la última materia. Con ellos estamos en un grupo de Whatsapp y nos encontramos cada tanto. Por mi función (de intendente), no tan seguido, pero sí cada tanto, y la verdad es que lo que siempre surgen son anécdotas de estudiantes, cosas lindas.

Mantengo buena relación con ellos, de amistad. Cada tanto, aunque un poco más lejana, con algunos compañeros de secundaria, pero con la universidad me quedó un buen vínculo y contacto.

- ¿Se juntan a comer un asado? ¿Hay una casa predeterminada donde se juntan siempre?

 Un compañero que tiene quinta es el anfitrión, vamos allá. A veces salen hamburguesas rápidas, y otras cosas un poco más elaboradas, un asado. 

 Entre esos seis compañeros, uno se fue a vivir a Mendoza y creo que fue hace dos años, una Semana Santa organizamos y nos encontramos todos ahí para estar todos juntos 

-Un muy buen vínculo

 Exactamente, una linda amistad. Ahora hace rato no nos juntamos. En el día del amigo, el año pasado no pudimos juntarnos por la pandemia no nos encontramos, pero ese día en general es un día que aprovechamos y nos obligamos a encontrarnos, al igual que fin de año, vemos cómo está la agenda de cada uno para poder reencontrarnos.

Siempre es lindo, es un poco un cable a tierra. Por supuesto que siempre surge alguna pregunta de gestión y de política, pero es salir un poco del ámbito del día a día y encontrarnos con los afectos, que siempre ayuda.

 - ¿Y cómo sobrellevás esas preguntas políticas? ¿Hay un poco de disputa o lo saben sobrellevar bien? 

 Siempre hay parte de diferencias, pero todos entendemos que la amistad está por encima de cualquier diferencia. De hecho, quizá tratamos de evitar preguntas puntuales. En todos los grupos hay fanáticos de todos lados, las grietas se han metido hasta entre familias y grupos de amigos. 

Nosotros hemos decidido, y yo particularmente, como tengo un rol mucho más activo en la política, no quiero poner ningún tipo de condición, que sea relajado, que cada uno opine lo que quiera, desde ya, pero que en definitiva pongamos la amistad sobre cualquier tipo de diferencia política, en eso estamos todos de acuerdo. 

 Las preguntas son muy esporádicas, de la gestión, o siempre está el comentario "Che, tal calle tal cosa...", pero nadie por encima de la amistad alguna diferencia política. Es un mensaje interesante para aprender también.

 - Tu esposa tiene una huerta en tu casa y le gusta mucho cocinar, ¿Vos cómo te llevás con la cocina, también solés cocinar o tu mujer es más la encargada de eso? 
    
 Eso surgió un poco en la pandemia, en encontrar actividades distintas en familia, buscar algún entretenimiento con los chicos también, hacerlos parte. Tengo dos hijos, Salvador, de seis años, y una niña de un año y siete meses (Isabella). 

 La más chiquitita lo único que hace es lío, y a Salvador también le encanta hacerse parte, sumarse con sus padres.

En rigor de verdad, no soy muy amigo de la cocina pero más que nada por una cuestión de tiempos. Sí cada tanto, algún fin de semana si puedo hago algún asado para la familia, y tenemos como ritual, que trato de mantenerlo: con mi hijo Salvador, los domingos a la noche hacemos pizza. Él me acompaña y hacemos algo más de compinche familiar, esa es mi obligación gastronómica (risas), pero hay que dedicarle tiempo a la cocina, no es fácil, y a veces uno anda con los tiempos justos.
 



Me gusta, me encanta, pero no hago muchas cosas. Sí colaboro en casa, por supuesto. Me tocan algunas actividades, entre ellas lavar los platos, la acompaño mucho a mi señora, ella también trabaja así que estamos juntos en la casa trabajando y acompañándonos para mantener el orden y estar encima de los niños con la educación.

- ¿Hay alguna tarea doméstica que aunque la tengas que hacer decís "que bodrio tener que hacer esto, no me gusta para nada"? 

No, uno se va acostumbrando y sabe que hay que hacerlo. Por supuesto que el primer pañal que uno cambia a su hijo le genera algo, una cosita, pero después lo tomás como algo normal y es algo lindo, y también es un encuentro y una cercanía con tu hijo. 
 
No soy muy manual. Sí por supuesto colaboro en lo que puedo, alguna puerta que se tiene que arreglar, sí, pero no soy de los que están todo el tiempo haciendo cosas en la casa y manteniendo. Pero colaboro siempre, hago todo lo que está a mi alcance, uno lo que hace es con responsabilidad, y también sabiendo que la casa  hay que llevarla entre dos, de manera ordenada y por supuesto dedicarle el mayor cariño. No hay nada que me haga renegar. 

- ¿Y te acordás de esa primera vez que cambiaste un pañal?

(Risas) Sí, sí, me acuerdo. Tenía que tener un manual a ver cómo era, fue hace seis años. Son experiencias inolvidables, recibir a tu hijo, verlo por primera vez y acompañarlo, eso también es parte de ese aprendizaje, de educarlos, el sentimiento, el desarrollo. Hoy por supuesto que es divertido.

Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro”

- ¿Cómo fue explicarles a tus hijos, en el momento en que la cuarentena era mucho más estricta y recién empezábamos a saber sobre el virus, que no se podía salir, que había que ponerse alcohol en gel...? ¿Cómo lo tomaron?

Por supuesto que el que entiende es el nene de seis años, Salvador, la nena prácticamente vivió en cuarentena. Fue muy difícil cuando empezaron a ver a sus abuelos amigarse, porque no había contacto con nadie. Nosotros cumplimos a raja tabla por una cuestión de conciencia y de ejemplo todas las medidas. 

La nena más chiquita se vio rodeada de nosotros solamente, por lo que cuando se reencontró con sus abuelos lloraba porque no los conocía, eso a los niños les cuesta mucho. 

Salvador ha crecido sabiendo un poco mi función. Si bien no entiende del todo qué es ser intendente, todo el tiempo estamos hablando de cosas de la gestión en casa. Lo entendió muy bien, de hecho si salimos a la calle a andar en bici o caminar, lleva su barbijo. Si no lo lleva puesto, lo pide.

Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro”

Los niños son los que mejor aprenden, y hacen caso. No sólo lo veo con Salvador, sino con la mayoría de los chicos, incluso ahora cuando arrancaron el colegio, han tomado el barbijo como una cuestión más, anexa, y lo aceptan rápidamente, lo cual es bueno en un contexto de tanta dificultad que los chicos absorban rápido, entiendan el mensaje y lo apliquen, porque tiene que ver con su cuidado de la salud y de la familia. 

No fue difícil, sinceramente, lo entendieron muy bien. Lo que sí le cuesta a Salvador, que arranca las clases el lunes, es que al ser todo un año en el que se vio físicamente sólo con un amiguito, y tiene esa sensación de timidez, vergüenza, de qué va a pasar cuando se encuentre con sus amigos, con lo cual tiene sensaciones encontradas, con un poco de temor y qué va a pasar con sus amigos. 

Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro”

- ¿A qué te gusta jugar con tus hijos? ¿Qué hacen en los tiempos libres?

Cuando llego a casa absorben toda mi atención. Somos siempre tres personas que estamos siempre "adjuntas", mis dos hijos y el celular, por la función que tengo, estoy constantemente en contacto por si surge una emergencia, pero jugamos a todo, desde armar juegos de mesa: dominó, ludo con Salvador, armo cosas con Isabella, pintar.

Salvador me dice mucho que le haga dibujos, que le pinte algún dibujito. Soy mucho de estar con ellos, de jugar algún juego de mesa con Salvador, armar cositas con Isabella y estar tirados con ellos jugando. Cuando el día acompaña, damos una vuelta a la manzana caminando o en bicicleta. Trato de estar, el poco tiempo que tengo, con ellos, y de maximizar y que sea un recuerdo lindo. Trato de estar lo más posible en los actos escolares, con las tareas también, sus cuadernos. Aprovecho cada momento que tengo, que sea de calidad, y que sirva mutuamente.

-¿Hay algo de tus hijos que haga acordar a vos cuando eras chiquito?

Sí, aunque uno a veces no quiera, siempre hay un paralelismo de cómo jugaba uno con la tierra, o con la pelota en la calle, a la mancha, a la escondida, a los juegos de ahora que son más modernos. 

Como todo padre, a veces cuando de chico te pudieron comprar el juguete que te gustaba, en esas ganas ves en tu hijo también, mientras esté a tu alcance, que lo pueda tener. Trato de que disfruten al máximo lo que yo disfruté la niñez, también viendo el esfuerzo de mis padres, somos cuatro hermanos, y vimos el esfuerzo que ellos hicieron para que no falte nada en casa, trato de llevar esa misma enseñanza a mis hijos.

Uno constantemente va recordando cosas de la niñez, yo lo disfruté con esa inocencia, libertad y la felicidad que implica esa edad.

Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro”

-Entonces, son cuatro hermanos

Sí, yo soy el menor de ellos. 

- ¿Y te llevás mucha diferencia de edad con los más grandes?

No, vamos de dos años en dos años. Yo tengo 42, mi hermana 44, mi otra hermana 46 y el mayor 48

-Eran seguiditos en edades ¿Jugaban bastante juntos o eran más bien de jugar con sus amiguitos o de hacer la suya?

Yo era el típico hermano menor que se metía en los juegos de adultos. Mi hermano mayor de 14 años, yo de 7, estaba metido ahí entre ellos. Iba a jugar a la pelota con ellos y con quien más me vinculaba y disfrutaba por la diferencia de edad era con mi hermana, con la que me llevo dos años, con ella siempre fuimos más compinches.

Después, yo era el hermano metido que andaba ahí con mis hermanas mayores, tratando de que alguien le pase la pelota para jugar. Éramos muy unidos.

Por la pandemia dejamos de vernos todos juntos, pero éramos de juntarnos los domingos, nos juntábamos en una casa con mis viejos y la familia completa, somos muy familia. Domingos en familia es una tradición.

- Y ahora que está todo un poco más tranquilo con la pandemia, ¿pudieron seguir con esa tradición?

No, desde el 20 de marzo que surgió todo esto que no nos encontramos más. Sí nos estuvimos viendo de manera separada, con mis viejos también, son personas mayores, mi papá tiene 77 años. Nos vemos generalmente al aire libre. Por mi función, que tengo contacto siempre con personas, trato de tomar los recaudos necesarios.

La familia completa no se volvió a juntar, nos extrañamos y eso afecta mucho, principalmente a mis viejos, que no se han podido reencontrar con toda la familia, así que estamos esperando el momento en que eso pueda ocurrir. Los extraño, los extraño mucho. 

- Antes me contabas que te cuesta despegarte del celular ¿Sos, como dirían algunos, workaholic?

No sé cuál es esa definición (risas)

-Adicto al trabajo sería

Sí, soy bastante adicto. Estoy pendiente del celular las 24 horas. Si escucho la sirena de la ambulancia o bomberos y estoy preguntando qué pasó. Sí, soy bastante...no sé cuál es la palabra, si adicto, fanático, proactivo o responsable. Por supuesto que tengo un gran equipo de trabajo, delego muchas cosas pero me gusta estar al tanto y pendiente de lo que pasa. 

Incluso en vacaciones, cuando me las he tomado, el celular estaba permanentemente ahí. Estaba un poco más relajado, pero siempre preguntando cómo están las cosas, qué novedades hay, si está todo bien, en qué puedo ayudar, siempre estoy pendiente del celular porque es una herramienta con la que uno también sabe las cosas estando a la distancia. Sí, soy bastante adicto al trabajo

- A la mañana, ¿Tomás mate o café? 

Los días de semana me levanto y tomo café. Los fines de semana, que me levanto un poco más relajado, ahí ya me preparo el mate, pero sino el día de semana es el café rápido para salir a la oficina. 

Cuando me preparo mate más relajado, ahí ya comparto el desayuno con mi esposa y mis hijos, básicamente el domingo, los sábados a la mañana también voy a trabajar, los domingos estamos todos en casa y tenemos un ritual un poco más grande de desayuno.

Los días de semana, si el tiempo y la agenda me lo permiten, soy de tomar unos mates a la tarde. Pero apenas me levanto a la mañana generalmente es el café.

-Como para que te despierte más rápido

Exacto, es un desayuno rapidón, con alguna galletita, barrita de cereal y de ahí ya salgo, si puedo llevo a los chicos a la escuela.

- ¿Te despertás con pilas o te cuesta un poco arrancar?

No, no. Soy de poco dormir también. Me levanto temprano y con pilas, no me cuesta arrancar a la mañana.

Es bueno porque duermo poco. Termino durmiendo seis horas como mucho, y eso genera un desgaste físico, pero me acostumbré así. También con los chicos uno también está atento a si uno va al baño y demás, así que hay un reloj biológico que se despierta varias veces. 

- Hace 8 años que estás en pareja

Así es, desde el 2012, ahora en diciembre van a ser 9 años

-¿Cómo definirías ese vínculo y cómo se fue transformando a lo largo del tiempo?

Es como dice la canción, vamos "Juntos a la par", y vas aprendiendo a convivir, con dificultades, diferencias, por supuesto con discusiones pero con un proyecto en común, mucho compromiso, mucho amor. Amor, creo que es eso, todos los días levantarse con la decisión de saber que es una compañera, un compañero, disfrutar los días, tener un proyecto y poder compartir desde lo más chiquito. 

Para mí es lo mejor que a uno le puede pasar, la familia, la esposa que elegí, que amo, que también me eligió y me ama, y compartir a los dos pequeños, que son nuestro más lindo tesoro.

Es una relación muy linda, donde ambos nos apoyamos, somos independientes. Ella también es contadora, trabaja de manera independiente. Además disfrutamos de otras cosas, los hobbies y cosas lindas, la huerta es una de ellas, a mí me toca más aprender y colaborar, pero lo compartimos juntos, como muchos proyectos.

Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro”

- ¿Y comparten opiniones teniendo en cuenta que comparten la misma vocación? ¿O lo dejan de lado?

Sí, yo antes de ser intendente también cumplía una función como independiente, con lo cual siempre había técnicas que discutíamos. Ahora estoy un poco más alejado de eso, pero ella es también la que aporta una mirada critica a la gestión y eso a mí me sirve mucho, que diga "Mirá, hay cosas que están pasando en tal lugar, me senté con un planista y me dijo tal cosa". Algo que hago habitualmente 
con los vecinos, y también está su mirada, que me ayuda a crecer y en definitiva a hacer una mejor gestión.

Ella también acepta el trabajo, sabe que tiene que convivir con el teléfono al lado mío (risas), lo ha aceptado también. No habría manera de llevar adelante esta gestión si no contara con su acompañamiento.

- ¿Sos creyente?

Sí, muy

- ¿Tenés alguna costumbre? Antes de la pandemia ¿Solías ir a la iglesia?

Sí, de hecho mis padres, ahora jubilados, eran pastores, con lo cual crecí en un ambiente familiar de valores éticos y cristianos. Una de las cuestiones que yo tomo como ejemplo para meterme en la política fueron mis padres. Cuando llegaba de la primaria a mi casa caminando, tocaba el timbre porque en ese momento no teníamos la llave, y mi mamá salía y me decía: "Mirá que en casa hay una persona que no conocemos, la invitamos a comer".

Vivía cerca de una iglesia y un local viejo, si alguien tocaba timbre para pedir alimento, mi vieja en vez de darle alimento, lo invitaba a comer a casa. Crecí con esas enseñanzas. Creo en Dios, y habitualmente cuando puedo, los domingos acostumbro a ir a la iglesia de mi familia,  soy de la rama más pentecostal.

Creo en mucho en Dios, es un poco el norte que me lleva a hacer las cosas que estoy haciendo, incluso también en la política. Creo mucho en los propósitos en la vida y los pasos por los cuales uno está en la vida y esa también es la actitud de servicio que yo trato de involucrar y que esté en cada cosa de mi gestión.

- Contame un poco más de esa experiencia de compartir la mesa con gente que no conocías 

Siempre entendimos que había que hacer algo por el otro, en la vida teníamos que ayudar siempre a otra persona que la estuviera pasando quizá peor que nosotros. Sabíamos que la milanesa había que repartirla. Si había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro. 

En casa teníamos una planta de higos, y no me voy a olvidar más, mi papá sacó el primer higo y lo repartió en seis pedacitos. Siempre nos enseñaron eso, a compartir, a pensar en el otro, no ser egoísta, a ver desde una mirada integral y darle una mano a quien necesitara.

No lo tomé nunca como algo raro, siempre fue natural, crecí con eso, con mi viejo a quien lo llamaban a las dos de la mañana para que lleve al hospital a alguna persona que estaba en una situación desesperante, o que dejen de comer ellos (madre y padre) para darle a otra persona, lo viví siempre, y eso sin duda es una de las cosas que me permite llevar adelante la gestión, esa misma mirada integral es la misma que trato de aplicar, de ayudar a quien más necesita. En definitiva, la mejor herramienta para hacerlo es desde la gestión, desde la intendencia en mi caso.

- ¿Alguna vez pensaste en seguir el camino de tus papás?

No. Yo ya sabía lo que quería hacer. Creo que cada uno en la vida tiene un objetivo, cualquiera sea la función. Podés ser intendente o hacer cualquier otro tipo de actividad, y todo lo que vos hagas en la vida vas a poder servir y ayudar al otro, tener una mirada de servicio. 
Sí los valores que mis viejos me enseñaron son los que me permiten llevar hoy adelante esta función. Si llevara adelante otra, también tendría la misma mirada integral y solidaria, esos los valores son los rectores que hacen que vos lleves adelante cualquier actividad, pero no, nunca quise ser pastor.

- Una última pregunta ¿Algún talento oculto que tengas? Algo que te guste mucho hacer y que no se conozca de vos

No sé si no se conoce, pero soy músico, toco el saxo, he tenido un par de bandas de jazz. Podemos decir que ese es mi talento oculto.

Pablo Petrecca: “Si en mi casa había una milanesa y éramos cuatro, había que repartirla en cuatro”

- ¿Tocabas en la adolescencia o en la adultez?

A partir de los 10 años fuimos al Conservatorio con mis hermanos, todos somos músicos, y el saxo lo empecé a tocar a partir de los 15. A partir de mi primer trabajo, que fue a los 16 años, lo primero que hice fue comprarme un saxo, todo roto pero que fui arreglando. Es un cable a tierra, me gusta tocar, es mi talento oculto.

-¿Tocás cuando tenés algún momento libre?

Las veces que intenté tocar vino mi hijo y sopla conmigo, así que se complica, hace rato que no toco pero que siempre está y que en algún momento volveré a hacerlo, a disfrutar de ese relax con algún amigo, un grupo, y sacarnos un poco el vicio de la música.

Me encanta hacerlo, pero el poco tiempo que tengo prefiero y decido invertirlo en mis hijos. Ya llegará el momento, lo tengo ahí un poco lleno de tierra, pero está ahí.
 

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