Cuando alguien se adjudica ser adicto al sexo puede sonar a canchereada, un simple uso de la frase para seducir o adjudicarse una alocada vida sexual, nadie lo recibiría como una confesión traumática sobre la que es necesario intervenir. De todos modos, cualquier consumo que responda a una adicción, en realidad debería ser tomado con seriedad. |