Las ciencias avanzan y las investigaciones sobre sexualidad cada vez encuentran mayores respuestas para su satisfacción. En cuanto a la sociedad y la educación se apela cada vez más a destrabar tabúes y fantasmas. Cuando circulan afirmaciones sobre ideales tales como “el tamaño ideal”, “la duración ideal”, “el orgasmo ideal”, crecen los miedos sobre el desempeño propio y un encuentro que debiera focalizarse en el goce se transforma en una evaluación, en una especie de competencia con otros que en realidad no existen ni cuentan. |