Los hitos de uno de los ídolos argentinos más grandes de la historia

La selección argentina de fútbol celebró el campeonato mundial de 1986 con un joven Diego Maradona que fue crucial para que el país levantara la copa, él se convertía definitivamente en un astro fundamental para la cancha profesional, el muchacho de Lanús que ya había logrado ser campeón mundial en las ligas juveniles.
 

Con la selección argentina también llegó a ser subcampeón en el mundial de Italia del ’90, pero también quedó grabada en la memoria, aquella angustia cuando fue descalificado de la selección en el mundial de 1994 por no pasar un control antidoping lo que noqueó el espíritu del equipo completo.
 

Los hinchas de Boca y del Nápoli lo amarán para siempre, el primero, el club de sus amores y el equipo italiano que fue casi devuelto a la vida por obra y gracia del jugador. La historia de la gloria del Diego ocupa muchos capítulos que quedan guardados en el corazón y la memoria de la historia mundial.

 

Los últimos momentos gloriosos fueron aquella clasificación del equipo argentino para el mundial 2010, que significó volver a trabajar con quien fuera su entrenador, Carlos Salvador Bilardo. Se despidió de este mundo siendo entrenador de Gimnasia y Esgrima de La Plata, el equipo díscolo que no logró ningún campeonato, pero que tuvo a ese gran jugador a sus espaldas.