31 de diciembre de 1969
Entrevista con Mario Oporto
El régimen de amonestaciones es "un debate saldado"
Aunque la violencia escolar gana muchas veces la tapa de los diarios, en diálogo con La Tecla, el titular de la cartera de Educación provincial, Mario Oporto, aseguró que el sistema de amonestaciones está lejos de retomarse
El pedido de reinstalar el sistema de amonestaciones en las escuelas por parte del titular de la Confederación Mundial de Educación Privada, Edgardo De Vincenzi, abrió la polémica, pese a que el gobierno bonaerense asegura que es “un debate saldado”.
El régimen de amonestaciones, que caducó en 2003 en la provincia de Buenos Aires, no es tema de discusión para la gestión de Daniel Scioli. Aunque en gran parte de la sociedad se advierte un desborde disciplinario y la violencia escolar gana muchas veces la tapa de los diarios, en diálogo con La Tecla el titular de la cartera de Educación de la Provincia, Mario Oporto, aseguró que el viejo sistema de amonestaciones está lejos de retomarse.
-Se generó un nuevo debate por la vuelta de las amonestaciones.
-La polémica en la Provincia no existe. Fue un debate entre un dueño de escuela y el ministro de Educación de Capital Federal. Para nosotros es un debate saldado, y el día que repensemos el régimen de disciplina va a ser para mejorar los pactos de convivencia y no para volver hacia atrás con el régimen de amonestaciones, que en un momento fue un avance con respecto a los castigos corporales, pero
que hoy es un atraso, frente a acuerdos pedagógicos más amplios, donde todos se comprometen en la convivencia dentro de la institución.
-¿Funciona el actual sistema como régimen de sanción?
-Este régimen de ninguna manera elude las sanciones, ni las firmezas, ni la severidad cuando hay que aplicarla. Se trata de un acuerdo que dé la posibilidad de repa-rar el daño hecho, el arrepentimiento, y no elude de ninguna manera la decisión política de separar a un alumno de la institución cuando debe ocurrir.
-Hay quienes ven en el régimen de amonestaciones mejores resultados que en el actual.
-El régimen de amonestaciones es un régimen ya caduco, que no representaba nada, era un régimen que no tenía criterio, no se sabía por qué un alumno podía reci-bir una, cinco o diez amonestaciones, donde muchos alumnos se estacionaban en 24 amonestaciones y después se evitaba echarlos de la escuela. Esto demuestra que la decisión de separar a un chico de una escuela es una decisión de una política educativa y no de suma de pequeñas amonestaciones. El diálogo, la cita a los padres, las sanciones intermedias consensuadas con un equipo disciplinario de la escuela, funcionan mucho mejor que esa relación que era entre un preceptor que sancionaba y un alumno que trataba de eludir que se lo amonestara.
-¿Hay una situación de desborde disciplinario en las escuelas?
-Yo creo que no. Hay que caminar las escuelas para darse cuenta de que no es así. Hay nuevos problemas de disciplina, por supuesto, hay problemas de violencia, por supuesto, y nos preocupa la violencia, desde ya. Si creemos que con poner un
régimen de amonestaciones se resuelve el problema, hay un simplismo alarmante. Creer que sumando amonestaciones, con la amenaza constante de poder echar a un chico, es la solución al problema de la adolescencia, de las relaciones entre los chicos, de la violencia entre ellos, de la violencia de los adultos hacia los chicos, me parece una simplificación, que no merece la educación.
-Usted dice: nos preocupa la violencia y las amonestaciones son impensadas, ¿entonces, cuál es la solución a esto?
-Decir que tengo la solución sería muy soberbio de mi parte; decir cómo se debe trabajar, y, digo que hay que hacerlo como se trabaja hoy en las escuelas, previendo, siempre dialogando con los chicos. La escuela todos los días cita padres, recibe padres, espera padres que no llegan nunca a sus citas, deriva a los gabinetes, sanciona, escucha, previene; eso lo hace todos los días, y hay que seguir fortaleciendo esto.
-La violencia entre alumnos en una escuela, ¿es violencia escolar o tiene que ver con el contexto social?
-A veces hay hechos de violencia escolar. Los adultos no somos inocentes en esta situación, creer que los chicos son violentos y el resto son inocentes, también es una manera de simplificar las cosas. Pero es cierto que a veces ocurren dentro de la escuela hechos o maneras de relacionarse que no son acordes a una institución escolar; yo creo que cuando alguien no puede adaptarse a vivir institucionalmente, sin abandonarlo, hay que separarlo de la institución, sea un docente o sea un alumno.