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4 de abril de 2020
¡INDIGNADO!

El enojo de Nico Occhiato al ver a su abuelo en la cola del banco

Victorio Occhiato estuvo entre las decenas de miles de abuelos que se expusieron en plena pandemia a fin de cobrar su jubilación

El enojo de Nico Occhiato al ver a su abuelo en la cola del bancoEl enojo de Nico Occhiato al ver a su abuelo en la cola del banco
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En medio de la cuarentena por el coronavirus, ayer los bancos abrieron sus puertas para que los jubilados y beneficiarios de planes sociales que no tienen tarjeta de débito pudieran cobrar sus haberes. El resultado fue interminables filas y un aglomeramiento que se contradecía con el aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el gobierno hace 15 días atrás.

Esto provocó la indignación de muchas personas y fue la postal de la que hablaron todos los medios de comunicación. En este marco, en Nosotros a la mañana, el ciclo de El Trece conducido por Joaquín Pollo Álvarez, siguieron lo que acontecía en una de las entidades bancarias de la localidad de San Justo.

Pero para sorpresa de muchos, en medio del conflicto y el tumulto, el periodista Santiago Zeyen encontró en el lugar a Victorio Occhiato, el abuelo de Nicolás, el último campeón del Súper Bailando.

Cerca de la puerta de entrada, Victorio se mostró sumamente molesto por lo que estaba atravesando tanto él como sus compañeros de fila. Pero enseguida las redes sociales estallaron y tomaron como blanco al animador, que horas más tarde se expresó en sus perfil de Instagram.

"A todos los que me escriben porque mi abuelo estaba en la fila de un banco para cobrar la jubilación, ya lo sé! Ya lo vi!", comenzó diciendo. Y continuó: "Y a mí me enfurece y me pone mucho más triste que a todos ustedes".

"Todo el que tenga un familiar mayor debe saber lo difícil que es hacérselos entender que no tienen que salir (yo hace unos días hable de esto por acá) en nuestro caso, hasta nos mienten", aseguró. Y al respecto insistió: "Todo el tiempo estamos en contacto con ellos, mi hermano, mi mamá, que hacen las compras y se las dejan en la puerta. Yo los llamo todo el tiempo y, por ejemplo, nos habían dicho que no iban a ir al banco, pero nos mienten (por eso no quiso hablar con el cronista) para dejarnos tranquilos".

Finalmente concluyó: "En algunos casos se nos hace incontrolable. Son personas grandes que no entienden la gravedad de la situación. Y hay que intentar siempre hablarles con amor porque en definitiva hay que estar en su lugar".

"Gracias por preocuparse tanto por mi familia. Ya hablamos con el nuevamente y parece haberlo entendido", cerró. 
 

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