A fines de enero, un grupo de diez rugbiers asesinó a golpes al estudiante de Abogacía Fernando Báez Sosa a la salida del boliche Lebrique en Villa Gesell.
Tras la detención de los jóvenes y la inminente declaración de prisión preventiva, ellos pasan su tiempo en el Penal de Dolores, están aislados y sin comer las viandas de la institución. De esta manera, solo ingieren los alimentos que les proveen sus padres que los visitaron ayer por la tarde. También se supo que juegan al truco, charlan entre ellos y están asistidos por un equipo psicológico.
Según trascendidos de último momento, la velada vespertina fue trágica, los chicos lloraron y se vivieron circunstancias tensas. Entre los concurrentes también fueron amigos, hermanos y las novias de los chicos. Además cumplen una serie de hábitos diferentes a los demás presidiarios y cuentan con una celda para ellos.
En esta segunda visita los padres no brindaron ninguna declaración a la guardia periodistica que los esperaba por fuera de la prisión, y se fueron en grupo hacia Zárate, lugar de residencia de las diez familias.