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Fuera de Foco
12 de noviembre de 2018
LO DULCE
El terror de las dietas
La Tecla dialogó con la licenciada en nutrición Agustina Nuñez para evaluar algunas opciones que impidan caer en el descontrol
Para los amantes de lo dulce, reemplazar este tipo de alimentos resulta imposible. No hay nada que lo sustituya y que genere el mismo placer que llevarse un chocolate a la boca. La Tecla dialogó con la licenciada en nutrición Agustina Nuñez para evaluar algunas opciones que impidan caer en el descontrol.
- Cuando comenzamos con una dieta es cuando más se presentan los antojos, ¿por qué sucede eso?
Muchas veces está relacionado con el tipo de alimentación; es decir, si es muy restrictiva, quita muchos alimentos o implica que la persona esté continuamente cuidándose de lo que come o midiendo las cantidades, puede ser eso genere ansiedad o ganas de comer algo que no esté dentro del plan. Lo recomendable es siempre hacer dietas equilibradas, nutritivas y acompañadas de actividad física.
- ¿Hay algo realmente dañino que sería mejor evitar?
Generalmente, cuando uno tiene ansiedad o antojos de comer algo dulce se trata de alimentos muy ricos en hidratos de carbono y súper refinados, es decir, que tienen todo un proceso por la industria que les quitó la fibra y el valor nutritivo y que no generan saciedad. Como profesional, recomiendo elegir opciones dulces, pero que a su vez quiten esas ganas de seguir comiendo.
- ¿Cuáles serían algunas opciones?
Podemos recurrir a frutas que sean fáciles de incorporar y que ya estén listas para consumir como uvas y frutillas. También se pueden recurrir a otras opciones como las frutas deshidratadas que son dulces y nos ayudan a quitarnos el deseo de comer otra cosa.
- ¿Y cómo hacemos con los postres?
Se pueden reemplazar ingredientes y reversionar recetas de manera que sean más saludables.
Tips Infalibles
*Sustituir endulzantes artificiales
Podemos reemplazar el azúcar blanca tradicional por endulzantes naturales tales como la stevia o el azúcar mascavo, que tienen menos procesos de refinamiento, son más saludables y conservan más las propiedades.
*Dar espacio a los permitidos
Lo más importante es ser consciente de la elección que hacemos. Es decir, puede que en algún momento optemos por algo que no sea lo más saludable, pero ahí debemos encontrar el equilibrio con el resto de las comidas y la actividad física. Tampoco es saludable eliminar alimentos, simplemente podemos moderar la cantidad.
*Educar el paladar
Es muy importante el rol de los padres, porque lo fundamental es ayudar a generar un hábito alimentario saludable en los niños. No hay que prohibir, sino mostrar la gran variedad de opciones, enseñar a moderar las cantidades y a optar por lo más saludable.
La clave está en aprender a distinguir el hambre real del emocional
La licenciada señala que lo más importante es detectar el motivo del antojo: “Mucha gente no sabe distinguir entre un hambre real y un hambre emocional. En general, estos caprichos por comer algo dulce están directamente relacionados a emociones tales como tristeza, enojo, ansiedad, etc. En esta línea, Nuñez propone canalizar de otra manera: “Tenemos que tratar de distraernos para evitar caer en el atracón”. una opción es salir a caminar.