Al igual que los afiches y el slogan que llevaron a Néstor Kirchner al poder en el 2003, el oficialismo aplica la seriedad como concepto ligado a la gestión. De esta forma, Vidal y compañía le pagan con la misma moneda al kirchnerismo. En el año 2003, Néstor Kirchner y Daniel Scioli se aferraron a la misma estrategia para convencer al electorado que estaba desencantado con la era menemista y el pos De la Rua. ¿Tendrá el mismo resultado?

“El público se renueva”, dijo Mirtha Legrand y Cambiemos lo sabe de memoria. 14 años después de la campaña del 2003 que llevó a la presidencia a Néstor Kirchner, el oficialismo se abraza al concepto de seriedad como marca de gestión y lo baja en afiches.

Del “un Pais en serio”, que supo aplicar la fórmula Néstor Kirchner y Daniel Scioli para llegar a Casa Rosada, al “esta vez es en serio” de los afiches actuales de Cambiemos hay un tramo político/temporal, pero no en cuanto a las estrategias de marketing.

Es que los afiches del oficialismo apelaron al “Esta vez es en serio” y dejaron expuesta la comparación dentro de la cual el oficialismo quiere que el electorado mida a los gobiernos a la hora de emitir su voto.

Como ya adelantó este portal, de un tiempo a esta parte, preocupados por los resultados de las encuestas que ubican a CFK como la ganadora, la alianza gobernante retomó el discurso “anticorrupción” y la “pesada herencia”.

Dentro de esa lógica se escucharon varios mantras que gambetean los conceptos políticos. Uno de ellos es el “Juntos es posible”, otro el “Sí, se puede”, pero también de la boca de los precandidatos se escucha decir: “Esta vez es en serio”. Algún pícaro podría interpretar: “¿Entonces en 2015 no era en serio?"

La frase fue la elegida por la segunda precandidata a senadora nacional, Gladys González, en su última visita a La Plata cuando en un local del Pro, repitió las palabras mágicas como forma de exponer y justificar un cambio que está demorando pero que también, si demora, es porque esa transformación “esta vez es en serio”.

Mismo método lo aplicó Vidal en sus oratorias en Lanús junto a Néstor Grindetti y posteriormente en Pilar con Nicolás Ducoté. Estrategia calcada, también echaron mano otros precandidatos como Esteban Bullrich y Graciela Ocaña.

Así las cosas, en Cambiemos confían en el viejo refrán de que "las comparaciones son odiosas" y apuestan a señalar al kirchnerismo como una época donde no se gobernó por una transformación real.

Todo vale cuando en materia de captar votos y, en la provincia de Buenos Aires, el sentido común y las mañas se reciclan. 7 campañas atrás ell tándem Néstor Kirchner y Daniel Scioli se aferraron a la misma estrategia para convencer al electorado que estaba desencantado con la era menemista y el pos De la Rua. En pleno siglo 21, la gráfica de Cambiemos no parece haber cambiado tanto.

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