Argentina
Miércoles, 24 abril 2024
JAVIER GONZALEZ FRAGA
23 de febrero de 2013

Entre la economía y los búfalos

El economista y ex candidato a vicepresidente por la Udeso, Javier González Fraga, habla con La Tecla respecto de la actividad que lo dispersa de los números: la crianza de búfalos

Entre la economía y los búfalos - La Tecla

En diálogo con La Tecla, Javier González Fraga cuenta cómo lleva adelante su otra pasión: la crianza de búfalos. Además de los números, el economista revisa a diario la performance de sus búfalas y planea nuevos proyectos.

-¿Cómo y cuándo surge la idea de criar búfalos?
-En 1985 estaba saliendo de visitar las ruinas griegas del sur de Italia, me tenté con unos vendedores de “mozzarella vera di búfala” en el camino, y la probé. Me pareció lo más rico que había comido en mu-cho tiempo, y entonces empecé a averiguar cómo se hacía. Tardé muchos años en integrar un grupo de productores que importamos unas búfalas lecheras de Brasil, y pa-ra el año 1995 empecé la producción en La salamandra.

-¿Usted es el creador de la marca de dulce de leche La salamandra?
-Efectivamente. Cuando ya el proyecto de la bufarella estaba en marcha, surgió la idea de hacer un dulce de leche. Fue durante una visita al tambo El sosiego, en Punta del Este, fabricante del dulce Lapataía, en aquel momento propiedad de Francisco Yobino, con quien hice un acuerdo de colaboración. Tuvimos mucha suerte en poder fabricar un dulce de tanta calidad.

-¿Logró reducir su tambo de búfalas y convertirse en la primera cabaña bubalina del país?
-Estamos en eso. Ya he vendido más de cien búfalas de alta producción, y todavía tengo que vender unas cincuenta más. Algunas van a ser exportadas al Uruguay, para iniciar ahí una explotación lechera.

-Imagino que habrá sido una gran satisfacción ser el único argentino que ganó el premio de oro en la feria Fancy Food de Nueva York.
-Fue en el 2000 y, efectivamente, fue una gran satisfacción. Fue el primer premio en una categoría muy amplia de dulces, mermeladas, untables, etcétera; más de tres mil productos muy finos de todo el mundo. Entiendo que ese premio facilitó las exportaciones de dulce de leche que siguieron.

-¿Su obsesión por estos días sigue siendo la producción de mozzarella de búfala?
-Sí, no he abandonado la idea; pero si vuelvo a hacerlo, será en pequeña escala, porque la mozzarella de búfala de alta calidad es incompatible con las cadenas de supermercados, acá y en Italia. Primero quiero achicar el tambo, y luego pensar en la vuelta a la producción, para abastecer restaurantes, hoteles y unas pocas queserías que sepan cómo tratar el producto tan frágil.

-¿Continúa con su rodeo de búfalas de alta producción láctea y el tambo?
-Sí, estoy reservando para mí las mejores cincuenta búfalas, por producción, pero también por mansedumbre.

-¿Es más difícil ser presidente del Banco Central que criador de búfalos?
-Estaba más preparado para ser presidente del Banco Central que para criar búfalas, y por eso me sentí más cómodo en esa actividad. La actividad ganadera, o agroindustrial, es sumamente complicada en un país como la Argentina.

-Teniendo en cuenta la situación económica de nuestro país, ¿en qué es preferible invertir: soja o búfalos?
-Cada cual invierte en lo que conoce. Yo prefiero invertir en búfalos, no sólo por cálculo económico, también por la satisfacción que me dan esos animales. Es algo más que una inversión, es una pasión.

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