Política Provincial
16 de julio de 2012
LEGISLATURA
Un llamado a la ambulancia
Primero se amagó con una ley propia; luego, con la adhesión a una nacional; y en el proceso se desbordó en el Parlamento la interna del FpV, con incondicionales, distanciados y enemigos
Apurado por cumplir con las urgencias financieras, el Gobernador, Daniel Scioli, se ilusionó con una ley que le amplíe las facultades de decisión. El fallo del juez Luis Arias (que obliga al Ejecutivo a pagar en término el medio aguinaldo); las movilizaciones y huelgas de estatales, docentes y judiciales; y las críticas de la Presidenta, Cristina Fernández, y de sus voceros más cercanos, sobre su gestión, fueron la previa de una situación que, minuto a minuto, se fue tornando más tórrida.
La propuesta, anticipada de manera informal por el sciolismo, que esperaba iniciar un proceso de diálogo con la oposición, chocó de lleno con la negativa del cristinismo más puro.
La palabra “ajuste” se escuchó en la voz de ministros y legisladores. “Vamos a apoyar en tanto no implique ajustes”, afirmó el diputado del FpV Fernando Navarro. El legislador del movimiento Evita se encargó de aclarar además que “hace poco más de cuarenta días, cuando tratábamos una ley muy importante, como la de Endeudamiento, entre otras cosas, no se hablaba de emergencia, y sin embargo, ahora, sí; de golpe se habla de eso. No es que nos parezca malo, sino que es una equivocación en la previsión de esta gestión”.
Desde el moyanismo, aunque en principio iban a apoyar la decisión en una suerte de aguante a la gestión sciolista, se alertaron cuando observaron la antipatía que este proyecto generaba en el ámbito laboral. Jorge Mancini, del nuevo bloque de gremialistas, advirtió que “si es una ley que ajusta a los trabajadores, no la vamos a apoyar, porque de una crisis no se sale con ajuste”.
La frutilla la colocó el ministro del Interior, Florencio Randazzo, cuando apareció de imprevisto en una actividad en las afueras de La Plata, donde realizó declaraciones a la prensa. “Si podemos evitar la ley de Emergencia, mejor”, dijo, tras remarcar que en este tema no habría que victimizarse. En línea con su jefe, los diputados de este sector anticiparon en las discusiones legislativas que no iban a avalar una medida de estas características.
Antes de que la iniciativa cobrara cuerpo y fuera enviada al Parlamento, ya tenía el voto negativo de gran parte del oficialismo. El de la oposición, inevitablemente, iba en la misma línea, salvo los seis diputados y la senadora del sector denarvaísta. En ese caso, tal como orientó su referente, se apoyaba la decisión del Gobernador.
El recurso esgrimido entonces por el sciolismo fue plantear la adhesión a la ley nacional de Emergencia financiera, que le permitiría renegociar todos los contratos de obras y servicios de la Provincia, sin que por esto se interrumpan las prestaciones. La propuesta surgió en las extensas mesas de discusión, que se armaron en el ámbito ejecutivo, con el Gobernador y el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, los ministros Cristina Alvarez Rodríguez (Gobierno), Silvina Batakis (Economía), Alejandro Arlía (Infraestructura), Luciano Di Gresia (Secretaría General de la Gobernación), Iván Budassi (diputado aliado), Rafael Perelmiter y referentes que participaron de manera eventual.
La estrategia que implicaba separar el desdoblamiento de los aguinaldos (impuestos a través de un decreto) de la emergencia fue anunciada rápidamente por el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, quien no dudó en dar a conocer la propuesta, aun antes de haber garantizado el aval del bloque del FpV en ambas cámaras.
Sucede que el entuerto financiero que atraviesa la Provincia descubrió las profundas diferencias que conviven en el oficialismo bonaerense de la Legislatura.
Las críticas a la gestión de Daniel Scioli propinadas por CFK y su equipo tuvieron un rebote fuerte en el ámbito parlamentario y dejaron al mandatario bonaerense sin poder en el bloque del FpV.
“Es oficialista, pero de la Nación”, remarcó, en tono irónico, un asesor legislativo en referencia a la bancada de diputados. En realidad, ese universo de 43 legisladores, de los cuales dos se han mudado a un espacio exclusivamente moyanista, alberga a sectores que hoy confrontan abiertamente con Scioli.
Son los casos de los randazzistas, de La Cámpora (más allá de que también sufren sus propias internas) y de quienes siguen las figuras de Julián Domínguez y Amado Boudou.
Desde comienzos de año el Gobernador tuvo cuestionamientos a través de pedidos de informes, conformación de comisiones especiales y pronunciamientos ante determinados hechos, pero hasta el momento nunca se le había impedido una herramienta legislativa.
Durante la discusión del endeudamiento existió una presión fuerte para que el revalúo saliera por decreto, como finalmente sucedió, aunque en ese caso quienes impedían el tratamiento del proyecto eran los opositores, y el Gobierno nacional (interesado en los recursos que generaría el cambio) presionó para que el costo político lo pagara el mandatario provincial.
No es el caso que se da hoy, donde el bloque del FpV de la cámara Baja y la presidencia y mayoría del Senado oficialista condicionan el tratamiento de un proyecto del Gobernador, que intenta enviar en carácter de urgente.
Queda claro que la nueva Legislatura no es sciolista, más allá de algunos integrantes, y que en adelante puede hasta funcionar como la oposición más encarnizada.