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Miércoles, 7 mayo 2025
Argentina
10 de marzo de 2012
LAS COMPENSACIONES DE LA ONCCA

Los subsidios salen como pan caliente

La empresa Andrés Lagomarsino e Hijos SA recibió de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario tres subsidios en 41 días. A pesar de la supuesta evasión impositiva millonaria, el caso quedó en foja cero. Marcos Lagomarsino y sus puestos claves en la industria. Un testigo clave que dio marcha atrás por presuntos arreglos.

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Compensaciones exorbitantes, causas judiciales que prescribieron, empleados despedidos que iniciaron juicios y, posteriormente, retrocedieron por acuerdos con la empresa y un monopolio en la industria molinera son características precisas que describen algunas facetas de la firma Andrés Lagomarsino e Hijos SA.

Esta compañía fue creciendo indiscriminadamente hasta poseer en la actualidad nueve plantas de producción. Sin embargo, su progreso estuvo bajo la lupa ya que fue denunciada por eludir pagos de impuestos entre 2000 y 2003, aunque el año pasado, salió indemne al prescribir la causa.
Desde 2007 hasta febrero de 2011, la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) le entregó en concepto de subsidios y compensaciones a la sociedad Lagomarsino SA una cifra que asciende a los $ 210 millones.

La historia empieza a tomar color a través de la conjunción triádica de los factores protagonistas: las moliendas Lagomarsino, la ONCCA y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). A la matriz de estas tres puntas relacionales, empiezan a sumarse otros actores de reparto que concluyen en el núcleo de esta novela: Andrés Lagomarsino e Hijos SA.

Entre el 22 de diciembre de 2010 y el 2 de febrero de 2011, tan sólo 41 días, Lagomarsino recibió tres compensaciones que alcanzan los $ 54.700.000. Sí, aunque resulte extraño y poco creíble, en menos de un mes y medio, la ONCCA le entregó a la molinera tres subsidios millonarios.

La resolución Nº 6.108/2010, aprobada por la ONCCA y avalada por el ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, expresa que la firma Andrés Lagomarsino e Hijos SA de la localidad de Avellaneda solicita una compensación por las ventas de harina de trigo realizadas durante el mes de agosto de 2010. El Area de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario resolvió, a través de su presidente, la aprobación de dicho pedido por un monto de $ 15.699.272,74.

La segunda entrega está comprendida legalmente bajo la resolución
Nº 240/2011 del 11 de enero de 2011, en donde el presidente de la ONCCA, Juan Manuel Campillo aprobó la partida de $ 21.440.592,55 para la compañía Andrés Lagomarsino e Hijos SA. El destino de este giro también fue hacia la localidad de Avellaneda, en donde la empresa posee la planta más grande.

El tercer y último depósito en esta secuencia desenfrenada de compensaciones está estipulado bajo la resolución Nº 832/2011 del 2 de febrero de 2011, en donde la empresa Andrés Lagomarsino e Hijos recibe de la ONCCA la cifra de $ 17.551.014,24. En este caso, el dinero fue destinado hacia la localidad de Navarro, provincia de Buenos Aires, donde Lagomarsino posee el Molino Santa Catalina. Claro está que tres subsidios en 41 días a un mismo destino, resultaba más que sospechoso, por eso optaron por derivarlo a otra de las plantas del holding Lagomarsino.

A estas partidas colosales, se le suma la exigua participación de la AFIP sobre el control de la molinera Andrés Lagomarsino e Hijos. A pesar de tener causas judiciales de ex empleados que manifestaron con supuestas pruebas contundentes la alteración de la producción de granos, la AFIP, no tomó cartas en el asunto, o al menos, no de la manera en que debería haberlo hecho.

Evasión impositiva

La olla de presión se destapó cuando el ex empleado Jorge Marinucci fue despedido del Molino Concepción ubicado en la ciudad balnearia de Mar del Plata y decidió poner el grito en el cielo. Con supuestos elementos probatorios que fue guardando durante su desembarco en la molinera, mostró de qué manera Lagomarsino evadía al fisco, alterando su producción con un artefacto que permitía bypassear o anular el caudalímetro.

Las evidencias recolectadas por Marinucci fueron elevadas ante el Juzgado en lo Penal Tributario, a cargo de José López Viscayart y ante la Afip. Debido a estas pruebas presentadas, la Administración Federal, a través de un comunicado de prensa de su titular Ricardo Echegaray dijo que “se resolvió la suspensión del pago de reembolsos de exportación a esta firma hasta que se resuelva su situación” y agregó que “el Poder Ejecutivo denuncia a los evasores, pero es el Poder Judicial quien debe poner el traje a rayas” en alusión a las pruebas desestimadas por López Viscayart.

En declaraciones que Marinucci hizo respecto del tema, manifestó que él era el encargado de anular el caudalímetro con el “chupete” y que este artefacto fraudulento se ponía a las 18 horas, con el objetivo de que el molino quede funcionando toda la noche en “negro”.

Entre las evidencias más contundentes que entregó el ex empleado de una de las plantas de Lagomarsino, se encuentran las planillas del día a día, desde 2003 hasta 2010. Marinucci se encargó de realizar tres planillas diarias, donde quedaba expresamente reflejado el volumen real del trigo en una de las hojas, otra en donde mostraba lo que se declaraba ante el fisco y, por último, una planilla donde se registraba la evasión impositiva en cantidad de toneladas.

Se estima que la evasión impositiva producida solamente por el molino Concepción de Mar del Plata desde 2003 hasta 2010, alcanza las 100 mil toneladas, un negocio que ronda los $ 105 millones.
Pero estos datos no son los únicos, ya que Marinucci en la causa reveló nombres de 16 acopios y productores que le vendían el trigo en negro.

En diálogo con Desafío Económico, Marinucci llamativamente dijo: “No puedo hablar más ya que arreglé mi situación laboral con Lagomarsino SA, llegamos a un arreglo y en el mismo se firmó un común acuerdo en el cual no puedo decir nada de nada”.
Por otro lado, Marinucci le contó a Desafío: “Lo que hice fue para cobrar la indemnización laboral, por eso hice todo ese movimiento, para que la empresa reaccionara. Reaccionaron, pero en el acuerdo se fijaron ciertas pautas”.
Además, como adelantó Desafío en su edición Nº 44, la encargada de manejar el dinero proveniente de la evasión impositiva era La Moneta Crediticia, una financiera con sucursales en Tandil y Mar del Plata, entre otros puntos.

Datos contundentes, concluyentes y decisivos que causaron un efecto casi nulo en los directivos de la ONCCA. Mientras tanto, Lagomarsino, libre de culpa y cargo.

LEA LA NOTA COMPLETA EN LA EDICION Nº 45 DE DESAFIO ECONOMICO

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