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Lunes, 7 julio 2025
Argentina
7 de julio de 2025
RICARDO ALFONSIN 

“La democracia no tiene deudas, las tenemos los políticos”

El exembajador en España y uno de los líderes del Frente Amplio por la Democracia hace una fuerte autocrítica, asegura que todo el progresismo debe coincidir en una oferta electoral y redobla la apuesta: acordar reformas institucionales con los demás partidos de la oposición.

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En su última recorrida por La Plata, Ricardo Alfonsín detuvo un rato su agenda de varias reuniones para conversar un rato con La Tecla. El exembajador en España espera que su espacio, el Frente Amplio por la Democracia, forme parte de la nueva alianza que tiene como base a Unión por la Patria mientras recorre instituciones militando sus ideas. Asegura que la política atraviesa una crisis transversal en el mundo “de significado, de potencia, de margen de acción”, y lo atribuye a que “los Estados progresistas no pueden hacer por la economía lo que podían hacer en otros tiempos”. Aunque destaca que también “hay cosas que pueden hacer y no las han hecho”.

Autocrítico del rol de los dirigentes, lo que ha llevado a una pérdida de confianza por parte de la sociedad, el hijo del expresidente sostiene que “la política ha perdido poder” frente a los poderes fácticos, e invita a blanquear esa situación frente a la gente. “Díganle a la sociedad ‘no tenemos poder y tenemos que tomar decisiones que a ustedes los joden’. No la engañen”, apunta. Y desafía: “Hay que ponerse a pensar cómo hacemos nosotros para recuperar poder”, en un marco donde acepta que la verdadera batalla se juega en el plano internacional. “Hay que globalizar la solidaridad. El Fondo Monetario tiene que cambiar. Las Naciones Unidas tienen que cambiar. El Banco Mundial tiene que cambiar. Perón decía, ´la política verdadera es la política internacional’. Es así, muchachos. Y cada vez más es así”. 

“La democracia no tiene deudas, las tenemos los políticos”
Con Gustavo López, líder de FORJA, y el grupo que lo acompañó en La Plata.

-¿Qué es el Frente Amplio por la Democracia?
-Es un frente que integramos con Libres del Sur, con quien ya compartimos un frente en 2013, UNEN, que hizo una elección extraordinaria y lo destruyeron; con FORJA, que es otro producto de la diáspora radical; con Socialistas de la provincia de Buenos Aires, cuadros jóvenes de la Provincia nos están acompañando; con independientes; con peronistas; y, desde luego, muchos radicales. Y le llamamos Frente Amplio por la Democracia porque creemos, como lo decíamos en el 2023, que la democracia y la república están en riesgo con este señor. No tiene ningún compromiso democrático, ningún compromiso republicano y ningún compromiso federal este Gobierno.

-¿Y se van a presentar como frente o o va a ser parte de otro espacio?
 -Creo que las fuerzas progresistas tienen el desafío de ganarle las próximas elecciones a Milei para detener el avance de un proyecto reaccionario, conservador, plutocrático y autoritario. Preocupantemente autoritario. Deberían reunirse en función de dos acuerdos. 

-¿Cuáles serían?
-Una agenda económico-social que, entre otros temas, tiene que abordar la relación Estado-economía; la relación entre mercado y democracia; la distribución del ingreso; el sistema tributario; la discusión sobre la deuda; la discusión sobre el Mercosur; sobre los BRICS; sobre el sistema jubilatorio; la relación laboral, porque con la excusa de actualizarla están pretendiendo hacer regresar la relación capital-trabajo a los tiempos en los que era mucho más injusta; el tema científico y tecnológico; la educación; la salud pública. Además, hay otra agenda, que tiene que ver con cosas muy importantes que podrían contribuir a recuperar la confianza perdida en las instituciones y en la política: rediseñar las instituciones del Estado para darles certezas a la sociedad de que pueden cumplir con independencia y como corresponde la tarea de controlar a todos los poderes del Estado y a todos los poderes fácticos. Mientras nosotros no logremos que las instituciones de la República resulten confiables para la sociedad, la política no recuperará confianza. Porque sabe perfectamente que si no funcionan bien las instituciones es porque los políticos no hemos hecho la cosa para que funcione bien. 

-Esa confianza claramente no está.
-Por eso es una responsabilidad de la oposición unirse en base a estos dos programas. El institucional tiene que ver con la necesidad de recuperar la confianza, porque si no, aunque tengas un muy buen programa, si vos no le asegurás que sos absolutamente escrupuloso respecto de las instituciones, de la ley y de la Constitución, no vas a recuperar confianza. Y va a pasar lo que está pasando ahora.

-¿Y qué está pasando? 
-Yo hablo con sociedades de fomento, centros de jubilados, sindicatos, cámaras de comercio, comedores comunitarios, entidades intermedias. Y hablamos de la situación del país, y una pregunta que le hago concretamente a la gente es si conocen a mucha gente que votó a Milei. Y me dicen que sí. Incluso me llegan a decir “yo lo voté”. A continuación les pregunto si lo volverían a votar, y me contestan que una proporción importante no. Está enojada, disgustada, decepcionada. Pero hay otra proporción que quiere darle más tiempo. La siguiente pregunta es, ¿y a quiénes votarían esos que están enojados, desilusionados? A nadie. No capitaliza a nadie. Y esto sintoniza con lo que ha pasado en las últimas elecciones, en las que los niveles de participación han sido bajísimos. La gente se queda en la casa. 

-¿Entonces?
-Entonces, si nosotros queremos ganar las próximas elecciones, tenemos que hacer lo que, desde el punto de vista político, institucional y económico, sea necesario para que la sociedad recupere su confianza gradualmente en una alternativa al mileísmo. Los partidos progresistas deben unirse en un frente electoral. Pero además deben acordar con los demás partidos de la oposición, que son republicanos y democráticos, las reformas institucionales necesarias para lograr el objetivo que dije antes: recuperar la confianza en la sociedad. Este acuerdo no tiene por qué ser electoral. 

“La democracia no tiene deudas, las tenemos los políticos”
Diálogo y saludo con los vecinos en la zona de la Legislatura.

-También tiene que ofrecer, ese acuerdo de partidos progresistas, una alternativa a la sociedad que sea confiable, y eso no parece estar.
-No, por eso digo que es un desafío. 

-¿No queda como un rejunte?
-Por eso digo un acuerdo programático. No repetir lo que se ha hecho en otras ocasiones. Un acuerdo programático, suscripto por todos los partidos que integrarían ese frente progresista. Un acuerdo programático económico, social y otro institucional. Y hacer una campaña muy explicativa, haciéndonos cargo cada uno de las responsabilidades que hemos tenido respecto de lo que nos ha pasado en los últimos tiempos. Deberíamos hacer una autocrítica todos, respecto de lo institucional y la República. Aunque a algunos les va a resultar arbitrario lo que digo, nadie está en condiciones de arrojar la primera piedra en este tema de las instituciones. Y ninguno puede arrogarse la autoridad de criticar al otro. Toda la política está en deuda con el funcionamiento institucional. 

-Para llegar a eso también se necesita la cohesión adentro de los partidos, y hoy los partidos más tradicionales atraviesan una crisis interna muy grande. 
-La unión entre los partidos progresistas es la unión con un acuerdo económico, social e instituucional. Con los otros partidos, con el frente que va a ser el radicalismo, con el pro disidente, con el GEN, con Pichetto, no forma parte del acuerdo progresista. Ahora, a pesar de que con esos tendríamos diferencias en la agenda económica y social, razón por la cual no se podría hacer un frente común, sí podríamos acordar una reparación institucional, una reparación respecto de la República y las instituciones de la República, de la democracia. 

-¿Crees que Unión por la Patria va a llegar a un acuerdo?
-Bueno, lo están planteando. Si llegamos a un acuerdo de esta naturaleza, creo que en lo económico y social sería muy fácil. También creo que sería fácil en lo institucional. Para mí una de las cuestiones centrales que hay que hacer en el próximo Congreso es cambiar la ley que reglamenta el uso de los DNU. Se ha usado y abusado de los DNU sin que haya existido de parte de la justicia un control de constitucionalidad. Si nosotros reformamos esa ley, le quitamos a Milei la principal herramienta con la que cuenta para ejercer de manera autoritaria el poder. Es un tiro en la línea de flotación del autoritarismo de Milei. Esa es una responsabilidad central de la política en la Argentina de la que se compromete en serio con la República y con la democracia.

“La democracia no tiene deudas, las tenemos los políticos”

-¿Ya te sentís menos radical?
No, al contrario, me siento más radical. 

-¿Qué pasó con el radicalismo?
-Yo creo que se cayó en una suerte de fetichización del partido.¿Qué es lo central en un partido político?, ¿la marcha, la bandera, la boina?. Son para nosotros símbolos a los que muy afectivamente estamos ligados, pero lo central es el conjunto de ideas, de principios y valores, que no es una abstracción, es la identidad del partido. Desde el año 2015 la Unión Cívica Radical, a sabiendas, ha venido defendiendo programas que nada tienen que ver con la Unión Cívica Radical, y hemos estado representando sectores que son muy respetables, pero no son los que nosotros nacimos para representar. Se sentía muy contenta con la Unión Cívica Radical y con algunos de sus dirigentes de la Sociedad Rural Argentina, o se sentían muy cómodas empresas de la Unión Industrial Argentina, que son muy respetables y muy necesarias, pero nosotros tenemos una visión distinta. ¿Por qué de golpe empezaron a tratarnos con tanta simpatía? Bueno, porque cambió el partido. 

-Así como decís que el partido radical viró en algunas de sus cuestiones ideológicas, la mayoría de los radicales no ve bien kirchnerismo, y vos sí.
-Bueno, porque se alejaron los radicales. (Raúl) Alfonsín aconsejó votar a Kirchner en el 2003. Se abría una luz de esperanza frente a Menem. El Menem del 2015 era Macri.

-¿El primer kirchnerismo es igual que el último kirchnerismo? 
-No, creo que el primer gobierno de Néstor es un gobierno que recibió acompañamiento de muchos más sectores de los que después se llamaron kirchneristas. Nosotros, con el peronismo, para no hablar del kirchnerismo, tenemos más afinidades en las cuestiones que tienen que ver con lo económico, lo social, los intereses que queremos representar respecto del sistema tributario, respecto de lo que debe ser Latinoamérica, de lo que debe ser la matriz productiva de la Argentina, del rol del Estado en la economía y en los mercados. ¡Muchas más! Tenemos muchas más afinidades con el peronismo que con el PRO. Si cada uno de estos partidos hiciera sus autocríticas, podrían reunirse, pero es muy difícil. 

-¿Los políticos se han alejado de la sociedad?
-Absolutamente. La misma crítica hacen en toda Europa. No es la política. De la misma manera que no es la democracia. Algunos dicen que la democracia tiene deuda, la democracia no tiene deuda, sencillamente porque la democracia no gobierna. No es la democracia la que sancionó el RIGI, ni la que ordena reprimir, ni la que baja los impuestos a los ricos. Eso lo hacen los políticos. La democracia no tiene deudas, la tenemos los políticos. Entre otras cosas, hemos sido incapaces de reunirnos frente a objetivos comunes. Eso también nos daría fuerza frente a esa debilidad que ha venido sufriendo el Estado en términos de organización de la economía, de la cual dependen muchísimo las condiciones de vida. No hemos sido capaces de organizarnos ni de hacer en América Latina un acuerdo entre todos los países más allá de las diferencias que tengamos. Esas dos cosas son deudas que tenemos que si las satisfacemos vamos a poder recuperar poder para hacer transformaciones a favor de los sectores populares. 

-¿Te invitaron a formar parte del MDF? 
-No. Nosotros estábamos proponiendo hacer un frente común con Unión por la Patria y dentro de Unión por la patria está el Movimiento de Derecho Futuro. Estamos de acuerdo en formar ese frente si están esos acuerdos que aludí. El otro día me preguntaron si me iría a reunir con Cristina Kirchner. La pregunta es rara. ¿en qué tipo de país vivimos que le preguntan a un político si se reuniría con otro de la oposición? ¿Cómo no voy a ir a reunirme? Me reúno y tengo diálogo con todos, siempre y cuando sean respetuosos y respetables sus ideas. Por ejemplo, a mí me costaría dialogar con (José Luis) Espert), porque no tengo nada para hablar con Espert. Él es respetable pero sus ideas no son respetables. Las ideas que no son democráticas no son respetables. Las ideas que no valoran los derechos humanos no son respetables. Lo que ha hecho Espert con la hija del expresidente es una barbaridad. Eso no es propio de un mal político, es propio de una persona que no es buena. Pero después hablaría con todos. ¿Sabes también con quién hablaría? Aunque me costaría mucho, si el Presidente me llamara. Probablemente no llegue a ninguna conclusión que pueda ayudar, pero iría a hablar. En la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos se unían con la mafia para poder ingresar a Italia. 
 

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